Por Andrés Guidali, desde Roland Garros especial para Espectador.com

Hoy miércoles en Roland Garros comienza la segunda ronda, tanto de damas como de caballeros. Finalizando el martes, el tiempo amenazó con suspender algunos partidos, pero por suerte todos llegaron a su final y hoy se puede arrancar sin ningún encuentro en el debe.

Poco hay para decir sobre una jornada que recién empieza y que apenas nos va soltando, con cuentagotas, algunos resultados. En el court principal Philippe Chatrier, acaba de ganar la estadounidense Venus Williams frente a la española Parra Santonja por 6-2 y 6-4 en un encuentro que fue mucho más parejo de lo que revela el tanteador.

En estos momentos es el turno de los hombres en el estadio principal. El colombiano Alejandro Falla está jugando un excelente tenis y de igual a igual frente al "adulto mimado" del torneo, Roger Federer. Si todo sigue así, seremos testigos de un gran partido que de alguna manera nos toca de cerca por tratarse de un latinoamericano. Ahora, hay que ser observadores y precisos: qué difícil es hacerle un punto a Federer. Ojalá que Falla pueda mantener su juego pero, sobre todo, la precisión y el estado físico.

Durante el día seremos testigos de varios encuentros de raquetas latinoamericanas. Es el caso del argentino Leonardo Mayer, que está disputando un ajustadísimo duelo frente al local Benneteau, de la argentina Gisella Dulko, que enfrentará a la sudafricana Chanelle Scheppers, y de Juan Ignacio Chela, que se medirá en tercer turno nada más y nada menos que frente al preclasificado Nº 4 del torneo, Andy Murray.

También en el día de hoy comienzan los dobles. Una vez que sentimos que empezamos a dominar de a poco el acontecer de este monstruo llamado Roland Garros, una nueva categoría asoma para volver a hacernos sentir impotentes frente a tanta información.

A esta altura ya nos vamos haciendo carne con muchas cosas que suceden, no sólo dentro del recinto sino también en la ciudad de París; sensaciones que nos van quedando, observaciones que surgen a medida que uno se va sintiendo menos turista, y que ya iremos comentando en días posteriores dado que el torneo recién está en pañales.

Hoy tiraremos solo un dato. No es demasiado revelador, porque se puede conseguir fácilmente en internet, pero recuerdo habérmelo preguntado infinitas veces y no haber podido respondérmelo nunca con precisión. Tiene que ver con el reparto de dinero en premios del torneo parisino.

Lo primero que me llamó la atención, y me parece un cambio absolutamente positivo, es que las damas y los caballeros ganan lo mismo, cualquiera sea la ronda en que pierdan. Uno pensará que es un poco retrógrado alegrarse por un cambio de ese tipo –sobre todo perteneciendo yo a un continente donde dos mujeres ya han sido presidentas– pero la verdad es que hasta hace dos o tres años la diferencia en las ganancias de damas y caballeros en los distintos torneos era significativa.

Vayamos de a poco para que el lector pueda ir asimilando y no le caiga mal el café de la mañana, o eventualmente el mate, ya que en el momento que escribo son casi las 9:00 de la mañana en Montevideo.

Por jugar en el cuadro principal del torneo uno ya se garantiza una ganancia de 15.000 dólares; suficiente para viajar hasta el continente europeo con su equipo de trabajo, pagarse el alojamiento y también la comida; bueno, dependiendo de los gustos de cada deportista, ya que hemos visto precios de hoteles para los jugadores donde la habitación más pomposa cuesta 60.000 dólares por noche.

El jugador que abandona el torneo en segunda ronda vuelve con un cheque en su bolso raquetero de 25.000 dólares; suficiente para los festejos de haber ganado la primera ronda, pagar los dos días más que debió quedarse en RG y ahorrar algunos euros para lo que crea más conveniente. Y sin dudas esto sigue poniéndose interesante.

Quien ha sido un iluminado del tenis y ha empezado una buena semana ganando dos encuentros se lleva 42.000 dólares. Quien entra a octavos de final –y ya está haciendo un papel destacadísimo, sobre todo para tratarse de un Grand Slam– será merecedor de un depósito de 70.000 dólares en su cuenta, sin importar dónde resida o tenga su cuenta bancaria. Por algo es que muchos jugadores viven en países que tienen secreto bancario, o que resultan paraísos fiscales para deportistas que tendrían que pagar infinidad de impuestos en sus respectivas tierras.

Los cuartos de final son una instancia en la que jugadores como el argentino Vasallo Argüello se han hecho conocidos, aunque hayan alcanzado esa ronda solo una vez en un Grand Slam. Cada uno de los cuatro jugadores que se retiran a esta altura del torneo se lleva la nada despreciable suma de 140.000 dólares. De la misma forma, los dos jugadores que pierden en las semifinales duplican la cifra anterior y se despiden con 280.000 dólares.

Y ahí ya estamos en la tan esperada final del Grand Slam, en este caso Roland Garros. Quien sea finalista y se lleve el plato –en lugar de la copa que recibe el campeón– tendrá no sólo una entrega de premios televisada para todo el mundo y la oportunidad de hablar en público al cierre del campeonato, sino también un aumento en su patrimonio de 560.000 dólares.

El campeón, que se podrá retirar del tenis si lo desea, ingresando entre los nombres más importantes de la historia, se irá del recinto cargando con la culpa de haber facturado, en solo dos semanas, la módica suma de 1.120.000 dólares, que como ha dicho un colega: "Si uno es prolijo y ordenadito, no sólo le da para pagarse los gastos durante los 14 días, sino además para vivir toda una vida de esos ingresos".

Más allá de la ironías y comentarios, las sumas son acalambrantes y siempre caeremos en la discusión de si los deportistas deben ganar cantidades tan grandes de dinero o no. En todo caso, eso queda para otro momento, mate o café de por medio.

Llovió y paró, como es habitual, y por eso el partido del court principal se suspendió. Todavía no han vuelto los jugadores. Todos se están preparando para reanudar.

(Foto: flickr.com/naomikean)