Tenis

Ya se van conociendo los cuartos de final en París

Por Andrés Guidali, desde Roland Garros especial para Espectador.com


El cielo perdonó a la tierra hoy, en el octavo día de Roland Garros, pero igual se hizo presente con su gris mirada durante toda la jornada, como para demostrar lo frágiles que pueden ser las cosas cuando son al aire libre y dependen de su ánimo.

Esperemos que los octavos de final de la presente jornada puedan terminar sin problemas, ya que quedan sólo un par de horas de luz y el único encuentro que resta disputar es el del escocés Andy Murray que está enfrentando al checo Tomas Berdych en el estadio Suzzane Lenglen.

La verdad es que a medida que va avanzando el torneo, los encuentros van tomando una tonalidad multicolor. Porque ya no son tan blanco o negro, y los jugadores que se enfrentan en estas rondas llegaron hasta acá producto de ser parte de la elite del tenis y no por haber tenido un par de buenos días o una brisa a favor.

La sensación general es la de que cada vez se ven mejores partidos; pero al mismo tiempo se siente un poco de nostalgia por el hecho de ver cómo se vuelven a sus casas o continúan con sus viajes, algunos de los jugadores que tanto prometían. Es una pena, por ejemplo, contar a esta altura con un sólo jugador latinoamericano en el torneo (el brasilero Thomaz Bellucci) y ver cómo los demás han tenido que decir "arrevoir" en un improvisado francés.

Pero así es el tenis y así son los deportes, salvo los que permiten un empate: deben tener un ganador que salga de ese mismo encuentro.

Y aunque los suizos que se enfrentaban en el tercer turno y en el estadio principal Philippe Chatrier hubieran querido terminar en un empate (porque son grandes amigos y comparten muchísimas cosas en su vida), tuvo que haber un ganador. Por lógica, fue el más conocidos de los dos: Roger Federer.

El Nº 1 del mundo no estuvo en uno de sus mejores días y es verdad que el clima parisino, con bastante viento y frío, pone incómodos a muchos jugadores; pero eso no fue suficiente para detener o hacer dudar a la máquina(ria) de Federer. Se notaba desde afuera que, tal vez por esa amistad tan importante y porque se deben conocer de memoria, Wawrinka no tenía demasiadas precauciones para con el juego de Federer y llegó a quebrarlo en varias ocasiones. En el segundo set llegó a llevar a Roger hasta un tie break (desempate en 6 iguales), pero en ese momento el Nº 1 hizo gala de su ranking y sacó sólo por un momento sus más pulidos golpes, para así ponerse dos sets a cero.

El tercer set fue un trámite; Wawrinka ya se sentía impotente y concluyó que su oportunidad se había escapado en el desempate del segundo set. Llegó a quebrar una raqueta por la frustración y demostró que no todo lo que proviene de suiza es igual; hay relojes y hay chocolates, y, por más buenos que sean los dos, uno se acaba antes que el otro.

En el mismo turno, pero en el estadio que lleva el nombre de Suzanne Lenglen, el vicecampeón del pasado año, Robin Soderling, (5) no tuvo piedad con el croata Marin Cilic (10) y le explicó sólo con tenis y en un rápido 6-4, 6-4 y 6-2, por qué llegó el año pasado a la final del torneo parisino.

En el segundo turno del estadio principal y todavía con los ecos de los festejos de Federer, la decepción fue compartida entre Jo-Wilfried Tsonga y su afición, ya que tuvo un problema muscular en uno de los glúteos y se tuvo que retirar cuando acababa de perder por 6-2, producto no del buen tenis de del ruso Youzhny (11), sino de la desafortunada lesión. Este era uno de los platos fuertes que se servía en el día de hoy y la entrada suiza había dejado a los franceses con ganas de un plato principal, pero hecho en casa.

Por último, el tiempo decidió acompañar los ánimos de Tsonga y comenzó a mojar la triste tarde parisina, para que el partido que faltaba disputar entre el escocés y el croata empezara a entrecortarse y ahora estén entrando a jugar nuevamente, después de haberse suspendido en 6-4 para Berdych y 4-4.

El día de mañana tiene para todos los gustos, pero sin dudas para el general del público o capaz que perdiendo la objetividad y más cerca de mi gusto personal, el encuentro más esperado será el de Rafa Nadal contra el brasilero Bellucci.

Nunca había visto jugar a éste nuevo Nº 24 del circuito y la verdad que sorprendió. Mañana Nadal no la tendrá fácil y a medida que vaya pasando la tarde veremos si los carnavales se festejan en Cádiz o en Río de Janeiro.