El cuerpo técnico eligió una preparación diferente a la que se hacía habitualmente, en lugar de jugar muchos partidos, hacer una larga gira, se optó por la recuperación física, la memoria colectiva y que sus jugadores llegaran descansados a esta instancia.

Creo en ésta forma de preparación para jugadores que viven alejados de sus afectos, pudieron prepararse rodeados de ellos, sin excesivas presiones y encierros que son innecesarios para un grupo tan profesional como éste.

De cualquier manera los resultados darán o no la razón, aunque no necesariamente éstos se den por la forma en que se llegó al mundial. Seguir la máxima del fútbol de que los resultados mandan es muy malo, los resultados mandan donde no se piensa y no se tienen proyectos. Si se mirara este proceso y se entendiera lo bueno que ha sido, dejaríamos los resultados para la anécdota y aprenderíamos como seguir haciendo las cosas.

Se hizo todo lo posible, una buena concentración en Kimberley y todos los trabajos para llegar sin lesionados y con el equipo pronto para el debut. Ahora más allá de un cambio, una elección de un jugador sobre otro, lo que pesará es el trabajo y la concentración en los partidos, independientemente de las circunstancias que hacen que una pelota en el palo o adentro nos permitan o no seguir en el Mundial.

Jugar en un Mundial es de por si una victoria para un país  como el nuestro pero a eso se le ha agregado una preparación a conciencia y ahora esperar que nuestros jugadores se levanten mejor que los rivales.

Uruguay vuelve al Mundial y yo le tengo confianza, por la historia que éste grupo ha comenzado a escribir, pero si las cosas no salen bien, espero que se reconozca que este camino hay que seguirlo igual.