Uruguay jugó bien y ganó bien. Después del gol de Forlán todo cambió, desapareció toda esa carga histórica que no tenían por que llevar estos jugadores, pero que se les hace sentir, comenzaron a jugar, se pasaron la pelota, jugaron con agresividad pero sin violencia desmedida, se animaron a mostrar que saben y finalmente lograron un gran resultado.

A esta altura, aunque solo han pasado dos partidos Uruguay mostró lo que tiene, concentración para la marca, seguridad defensiva y a eso se le agregó un buen trabajo en la tenencia de la pelota y la construcción ofensiva, con un gran destaque de Diego Forlán que asumió la crisis de creación del equipo y jugó, aunque no le gusta lejos del arco y fue genio y figura.

Es cierto que Sudáfrica no es un gran equipo, es el más débil del Grupo y está claramente por debajo de Uruguay, pero aun así, ganar con la contundencia y solidez con que se ganó, no es común.

Tras este gran partido queda decir, que solo es eso, una muestra de que Uruguay puede competir de igual a igual con Francia, vicecampeón mundial y superar con autoridad a un equipo lejano en el Ranking de la FIFA.

Pero eso no da la clasificación, no da garantías de nada, porque hay que repetir las actuaciones y hay que jugar los partidos, ahora ante rivales cada vez más difíciles.

Pero lo de la noche de Pretoria quedará en el recuerdo, pues no se había visto un equipo uruguayo jugar tan bien y ser tan superior a su rival, es más ganar así y sin sufrir es de otro planeta.

Ante Francia dije solo el resultado, ahora digo más allá del resultado.