Tras su histórica segunda clasificación a octavos de final en un Mundial de futbol, Corea del Sur encara pletórica de confianza su partido con Uruguay en la siguiente ronda del torneo sudafricano.

"Creo que va a ser una situación de 50-50 (de posibilidades)", dijo el seleccionador surcoreano, Huh Jung-moo, tras la clasificación de su equipo.

El partido, agregó el técnico, dependerá de quién controle el flujo del balón el día del partido".

"Entre los equipos sudamericanos Uruguay es particularmente conocido como su juego duro y su fuerza. Y tienen a varios excelentes jugadores", apuntó Huh.

El entrenador cree en las opciones de sus jugadores, a los que considera ya adaptados a la altura de Sudáfrica y al Jabulani, la denostada pelota del Mundial.

Corea del Sur, por lo demás, se ha "acercado un poco más" a la élite del fútbol, asegura Huh, ya que tienen a varios jugadores con experiencia en ligas europeas.

El equipo asiático, por lo demás, pone especial atención en el poderío de los atancantes charrúas Diego Forlán y Luis Suárez.

"Estaremos bien preparados" para lo que pueda ofrecer el equipo dirigido por Oscar Tabárez el sábado en Port Elizabeth, agregó un confiado Huh.

Por ahora, los jugadores asiáticos ya se han asegurado un premio de 140.000 dólares cada uno por el pase a octavos.

El gobierno, además, está considerando exonerar a los futbolistas de la selección nacional del servicio militar obligatorio, algo que facilitaría a los jugadores salir a jugar al extranjero para ganar más experiencia.

Por ahora el objetivo de los "guerreros Taeguk", como se les conoce en la prensa local de su país, está claro: quieren repetir la hazaña del Mundial de 2002, del que fueron coanfitriones y en el que llegaron a semifinales.