El día clave fue cuando Argentina chocó contra México.  Maradona y Mancuso repartieron las camisetas a los titulares y a los eventuales suplentes.

Según se informó, sin palabra mediante alguna repartieron las remeras azules en el piso para los titulares y cuando llegó el turno de Juan Sebastián Verón, se le dio una color rojo, la que siempre llevaron puesta los relevos.

Al ver que no estaba entre los titulares, Verón la habría tomado con el pie y ni siquiera se agachó para levantarla. Ese gesto habría generado el posterior cortocircuito que no tuvo vuelta atrás y según dijo Luis Ventura: "nadie del cuerpo técnico volvió a dirigirle la palabra a Verón".

Ventura también realizó otra dura aseveración: "Todo el plantel quiere pedir la cabeza de Mancuso". Esto sería porque el ayudante de campo se tomó otras atribuciones a lo largo de la Copa del Mundo que molestaron.

También se habla de que Verón transmitía los chismes de la concentración al Presidente de la AFA, Julio Grondona, y que encima se le habría unido Gabriel Heinze, algo impensado para el entrenador argentino.