Festejan igual
Pese a perder la final, la llegada de "la naranja" a Holanda fue una fiesta. La organización prevista en caso de ganar la final se mantuvo de todas formas, por lo que los jugadores recorrieron este martes los canales de Amsterdam en un desfile en barco. Miles de hinchas acompañaron.
La selección Oranje fue recibida en La Haya por el primer ministro del país, Jan Peter Balkenend, quien consideró a la selección "una inspiración" para el país, pese a la derrota ante España en la final del Mundial.
Los jugadores también fueron recibidos por la Reina Beatriz en el Palacio Noordeinde de La Haya y luego, ya en Amsterdam, se pasearon en barco por los canales para festejar el subcampeonato mundial con la afición holandesa.
Giovanni van Bronckhorst, el capitán, fue el encargado de hablarle al público y agradecer por el apoyo incondicional. Mientras, Wesley Sneijder repartía cervezas entre los jugadores, que llevaban las medallas de plata conseguidas.
El técnico Van Marwijk se mantuvo serio y en un segundo plano, cediendo el protagonismo a los jugadores.
Los miles de holandeses que se hicieron presentes, festejaron con gritos de emoción, muchas vuvuzelas y humo naranja de bengalas. Se vieron también camisetas con Howard Webb, árbitro de la final, dentro de un cartel de "busca y captura".