Diego Rodríguez Cano falleció el sábado a las ocho de la mañana, de un paro cardio respiratorio, final de una situación desesperante de dos días para el joven. Había sufrido un accidente de tránsito y producto de este hecho afectó la normalidad de sus funciones cerebrales.

A partir de la tarde del sábado inició su velorio en la empresa Bordino, de la Villa del Cerro; barriada de donde era originario y había transcurrido su vida como niño, adolescente y joven.

Temprano, en la mañana de este domingo el velatorio se trasladó a los salones principales de la sede del Club Nacional de Football. Minutos antes del mediodía, el cortejo fúnebre partió hacia el kilómetro 22 de Ruta Nº5, departamento de Canelones, sede de la necrópolis privada donde iba a ser inhumado.

Fue sepultado en el Panteón de la Mutual Uruguaya de Futbolistas Profesionales.