Bielsa, que tomó el mando del seleccionado nacional en agosto de 2007, supeditó su continuidad al frente de la 'Roja' a la reelección del periodista Harold Mayne-Nicholls, quien lo contactó para venir a Chile y por quien aseguró sentir admiración.

Mayne-Nicholls, que además ejerce un alto cargo en la FIFA, perdió la elección por 22 votos contra 28 conseguidos por Segovia, actual presidente del club Unión Española, quien fue apoyado por equipos grandes como Colo Colo y las Universidades de Chile y Católica.

"El día en que la conducción que Harold encabeza termine su gestión, yo voy a abandonar mi tarea", afirmó Bielsa la noche del miércoles, en una extensa rueda de prensa, que olía ya a despedida.

"No puedo, ni voy a trabajar en común con el señor Segovia, es imposible que yo lo haga", afirmó el técnico rosarino. "No tengo coincidencias con el señor Segovia; me convertiría en un obstáculo para una organización con la que no comparto los valores", añadió.

En respuesta, este jueves Segovia dijo en rueda de prensa tras su elección que "no voy a entrar en una polémica con Marcelo Bielsa. Para mí es un caso cerrado. El ya se expresó claramente que no va a seguir, y por tanto, no vale la pena perder ni un minuto con eso".

La contratación de un nuevo técnico será prioritaria.

"Estamos empezando a contactar alternativas a Bielsa", señaló el español sin mencionar nombres, aunque en la prensa se ha especulado con técnicos como el chileno Manuel Pellegrini, el argentino Claudio Borghi o el español Luis Aragonés.

La partida de Bielsa supone un duro golpe para la hinchada local, que lo vio como un ídolo desde que el argentino tomó el mando de la Roja, dejando atrás un pasado marcado por la indisciplina y los fracasos deportivos.

Un centenar de hinchas se reunió en las afueras de la sede de la ANFP para manifestarse contra la salida de Bielsa y Mayne-Nicholls, mientras los mensajes de apoyo a ellos se multiplicaban en las redes sociales, donde había coincidencia que bajo su mando el fútbol chileno vivió un momento culminante.

De la mano de Bielsa y con un sello marcadamente ofensivo, Chile cambió su impronta deportiva, y clasificó en segundo lugar en las eliminatorias sudamericanas al Mundial de Sudáfrica 2010 detrás de Brasil.

En Sudáfrica Chile ganó por primera vez en 48 años un partido en un Mundial, algo que no lograba desde que obtuvo como anfitrión la medalla de bronce en el Mundial de 1962, al vencer 1-0 a Yugoslavia.

Pero el argentino, al que algunos hinchas pidieron santificar, mantuvo siempre la modestia, restándose constantemente méritos por los éxitos de la Roja.

"Dicen que yo modifiqué una realidad del fútbol chileno (...) eso no es cierto. Nadie estimula condiciones que no existen y nadie activa potenciales que el ser humano no tiene", declaró el año pasado.

¿Porqué entonces Mayne-Nicholls perdió la elección a manos de Segovia?, se preguntan los fanáticos más desprevenidos.

Los equipos grandes exigian mayores ingresos por concepto de las retransmisiones televisivas de los partidos, y más presencia en las decisiones sobre la selección, que Mayne-Nicholls y Bielsa manejaron con absoluto hermetismo.

Segovia debería asumir en enero próximo y se supone que Bielsa dejaría el cargo tras el duelo amistoso previsto para el 17 de noviembre frente a Uruguay en Santiago.

Bielsa había renovado su contrato en agosto pasado, para liderar un proyecto general en el fútbol chileno. En lo inmediato tenía por delante las próximas eliminatorias al Mundial de Brasil-2014 y la Copa América de Argentina 2011, un proyecto que quedó trunco.

Fuente: AFP
Foto: La Tercera