El mérito de estar siempre en la pelea
Pese a que solo consiguió un título de envergadura, Defensor Sporting recordará el segundo tramo de esta década como uno de los momentos más exitosos de su historia.
Tal como debe hacer un equipo de avanzada, peleó casi todos los torneos hasta el final y consiguió que las malas rachas no duraran más de seis meses. Al mismo tiempo, logró consolidarse en sus participaciones internacionales, así como convertirse en uno de los máximos referentes del basket nacional.
Tras un brillante año 2000 y un aceptable comienzo de 2001, Defensor sufrió por los malos resultados hasta el segundo semestre del 2004 (año en el que debió jugar un cuadrangular con Cerro, Plaza y Deportivo Colonia para zafar del Torneo Permanencia).
Fernando Sobral, presidente en ese entonces, manifestó públicamente que la generación que estaba surgiendo, y que estaba teniendo graves dificultades para adaptarse a primera, le daría en un futuro cercano muchas satisfacciones al club. Se refería a Martín Silva, el Zurdo Lamas, Nelson Semperena, Nacho Ithurralde, Tata González, Miguel Amado, Maxi Pereira, Diego De Souza, el Cabezón Peinado, Chino Navarro, entre otros. Era difícil creer en ellos cuando el equipo deambulaba en la parte baja de la tabla, mientras caía goleado en el Franzini con Liverpool y Tacuarembó. Pero, nobleza obliga, y como dice Julio, el tiempo pone las cosas en su lugar.
Tras la huelga en la mitad del 2004, Defensor Sporting fue protagonista casi siempre y disputó cada título hasta las últimas fechas (salvo el Apertura 2005 y Clausura 2010). Y a partir de 2007 ganó tres torneos cortos (Apertura 2007, Apertura 2010 y Clausura 2009), dos veces la Tabla Anual (2007-2008 y 2008-2009) y un Campeonato Uruguayo (2007-2008). Tal vez el mayor mérito es que alcanzó esos objetivos mientras llegaba al mejor rendimiento internacional de su historia, clasificando dos veces a los cuartos de final de la Copa Libertadores (2007 y 2009) y dos veces a los cuartos de final de la Copa Sudamericana (2007 y 2008). Es decir, venció a la doble actividad en más de una ocasión, algo que no pudieron hacer Nacional, Danubio, ni mucho menos Peñarol, que casi no tuvo participación internacional en el período en cuestión.
A esto debe sumársele inexorablemente los logros en el basket, deporte en el cual es actual campeón, además de estar siempre entre los cuatro mejores. Defensor Sporting y Nacional comparten el mérito de ser los únicos clubes que compiten en los dos deportes más populares de nuestro país, pero Defensor Sporting es el único que pelea títulos en ambas disciplinas.
No hablo de un club perfecto (los dos casos de dopaje a fines de 2007, la política de contrataciones en el segundo semestre de 2009 y el no retiro del equipo de la cancha de Independiente en 2010 demuestran que eso no existe), pero sí creo que es imposible dejar de destacar los resultados obtenidos en los últimos años.
Defensor Sporting logró en este lapso la meta ideal de un club con aspiraciones: regularidad en la lucha de campeonatos, estirando las rachas buenas y minimizando las malas.
El Apertura 2010
El título conseguido en Tacuarembó se basó en una excelente decisión a la hora de elegir el entrenador y, obviamente, en el plantel de jugadores, que sin duda se encuentra entre los tres mejores del Uruguay.
Pablo Repetto encaró en el 2010 un desafío enorme para su carrera como entrenador: confirmar lo que había mostrado en Fénix y Cerro en un equipo que se plantea objetivos más ambiciosos. No hace falta decir que la prueba fue superada. Defensor mostró rápidamente las características positivas que habían desarrollado los anteriores equipos de su nuevo entrenador. A saber... solidez defensiva, vocación ofensiva, orden táctico y buena posesión de balón. Podemos discutir horas si Repetto reacciona mal ante las adversidades que plantean los partidos, si demora mucho en hacer los cambios, o si estuvo bien en incorporar a Adrián Argachá o Darwin Ramírez. Sin embargo, es indiscutible que el balance de su gestión es más que positivo. Llegó a Defensor con 36 años, sin una carrera deportiva destacada y sin ser "de la casa". Entró pisando fuerte con algunas decisiones controvertidas (no contó con Teca Gaglianone, por ejemplo) y le dio para armar un equipo que fue claramente el mejor en Uruguay y que no fue menos que nadie en Copa Sudamericana.
El plantel violeta tiene cuatro jugadores estelares. A Silva, Amado y De Souza (los tres campeones en 2008) se sumó la explosión de Rodrigo Mora, quien volvió picante tras un semestre en Cerro. A Silva suelen exigirlo poco, pero generalmente aparece cuando se le necesita. Miguel Amado es generalmente olvidado en los análisis individuales, pero volvió a hacer gala del jugador que es: superdotado en lo táctico, excelente en lo físico y más que respetable en lo técnico. Morita arrancó exultante, sobre el final bajó un poco, pero siempre fue clave, además de ser goleador del equipo. De Souza comenzó disperso (los conflictos por su pase lo tuvieron a maltraer), pero terminó poniendo el hombro en el momento más caliente, siendo la figura en Tacuarembó.
A los cuatro estelares hay que sumarle a Nacho Risso, que tal vez haya sido el más importante de todos. Su tradicional afinidad con el arco vivió momentos tormentosos, fallando situaciones muy propicias, algunas de las cuales costaron puntos. Pese a eso, se impuso por su extraordinaria inteligencia para hacer mejores a sus compañeros, y terminó haciendo el gol decisivo ante Peñarol (¿el más importante para la obtención el título?).
Hay que destacar la irrupción de Diego (el) Toro Rodríguez, así como la buena actuación del Flaco Risso, quien pareció recuperar el nivel del amanecer de su carrera. La contratación de Ibáñez fue bastante discutida, ya que su pasaje anterior no había sido demasiado bueno, pero en esta ocasión cumplió con corrección.
Es interesante el caso del Damián Suárez, que es bastante resistido, pero que siempre termina siendo titular. Algo similar pasa con Sebastián Ariosa, que sin sufrir los desbordes emocionales del Zorro, suele alternan momentos brillantes con errores poco creíbles.
Por último, habría que destacar algunos aportes de Aranda, quien fue demasiado intermitente, y el elemento revulsivo que resultó Adrián Luna, ya mucho más afianzado como jugador de primera división.
Al ganar el Apertura, Defensor se metió en la definición del Campeonato Uruguayo y para calibrar su chance de éxito habrá que ver qué cambios tendrá su plantel. Es indudable que el escenario económico actual el del fútbol uruguayo en general y el suyo en particular- no le hará sencillo sustituir con cierto grado de eficacia a determinados jugadores que pueden irse. Para que quede más claro: sin plata es casi imposible disimular la ausencia de Silva, Mora, De Souza o Amado, entre otros.
De todas formas, contará con una ventaja nada menor, ya que tanto Nacional como Peñarol deben afrontar la doble actividad al disputar ambos la Copa Libertadores.