Su estilo de ejecución de penales, la ‘cavadinha’ en Brasil, vivió ayer un momento límite, cuando su equipo, Botafogo, perdía 2-1 en el clásico ante Fluminense y le cometieron falta penal al uruguayo.

Se hizo cargo con su archiconocida ‘picada’ pero el arquero Tricolor se quedó parado y contuvo el tiro. Pero poco después, el árbitro cobró un nuevo penal y Abreu no dudó en pedir el tiro.

Tomó carrera, se perfiló, trotó hacia la pelota y... ¡volvió a picarla! Aunque con alguna precaución, porque en lugar de apuntar al medio, eligió el palo derecho (o izquierdo, en la perspectiva del arquero) y anotó el empate de su equipo.

"Por eso él es ‘loco’: nunca se sabe lo que pasa en esa cabeza. Abreu usa ese tipo de tiros, tiene el dominio de lo que hace y pocas veces erra. Pero todo el mundo falla penales", relativizó Joel Santana, entrenador de Botafogo.

Luego su equipo alcanzó el tercer tanto, que dio vuelta el marcador con que finalizó el partido. Esos tres puntos colocaron a Botafogo al tope de su serie en la Copa Guanabara (primera rueda del torneo carioca) con 15 puntos, uno más, justamente, que su rival de ayer.

"El penal es una gran responsabilidad. Pero después de lo sucedido, estoy seguro de que va a mejorar en las prácticas para que no suframos. Pasó y no volverá a suceder, porque tiene experiencia y madurez para no fallar nuevamente", dijo Santana a Globoesporte.

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Foto: web Botafogo