El orden, la disciplina táctica, la solidaridad y la recuperación de una dignidad futbolística fue otra vez lo que sobresalió del conjunto celeste. El equipo mostró una identidad que no había exhibido en los últimos partidos por Eliminatorias, lo cual había provocado un rechazo por parte del aficionado.

Uruguay volvió a destacarse como una fuerza combativa y como un equipo duro para recuperar la pelota en la mitad de la cancha, aunque a veces abusando de la infracción, como en el primer tiempo.

La Copa América nos devolvió algunas cosas importantes, pero todavía queda mucho por construir, ya que a ese orden hay que agregarle ahora mucho más fútbol.

Ante Argentina, los celestes casi no pudieron tener la pelota y se limitaron prácticamente a tirarle pelotazos a un Diego Forlán que siempre debió pelear demasiado solo. Esto se acentuó después de la expulsión de Bizera, pero la verdad es que Argentina fue superior desde el comienzo del partido.

El arbitraje fue muy malo, pero no influyó en el resultado. Uruguay pegó mucho en el primer tiempo y fue poco castigado, al tiempo que el argentino Ayala debió ser expulsado en la segunda mitad tras una falta sobre Diego Pérez.

Fue una derrota justa ante un rival que es superior, más teniendo en cuenta que Fossati realizó seis cambios para encarar este partido.

Los valores clásicos del fútbol uruguayo –garra, fuerza, temperamento y actitud- están de vuelta, pero con eso no alcanza. Hace falta jugar mucho mejor como para competir con otras posiblidades, sobre todo ante equipos como el argentino.

En fin, Uruguay perdió, terminó tercero en su grupo y ahora viajará a Tacna para enfrentar a Brasil o Paraguay, o a Trujillo para medirse con Colombia.

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Goles:
9´ Estoyanoff (U), 20´ Killy González (A) de penal, 21´Figueroa (A),
35´ Sánchez (U), 82´ Ayala (A) y 88´ Figueroa (A)

Expulsado: 30´ Joe Bizera (U)