Fuentes de la delegación uruguaya reconocieron que antes de partir de Uruguay, en una conversación telefónica Figueredo prometió arreglar el tema de los sueldos de los jugadores. Esto se le comunico a jugadores, dirigentes y al propio técnico por parte del Presidente.

El hecho de que no apareciera por la concentración celeste y que no diera respuesta al reclamo de los jugadores fue lo que motivó las molestias del plantel y luego del técnico Jorge Fossati.

El presidente solo pasó por el hotel de Chiclayo ante el requerimiento del Capitán Paolo Montero. Su excusa para no estar más con Uruguay fue que cumple tareas para la Confederación.

El nudo del problema radica en que si bien Figueredo prometió un arreglo a los jugadores, no lo comentó con los dirigentes en Uruguay y éstos están molestos por el tema y ahora no quieren acordar nada por no sentirse respaldados por el Presidente.

La situación creada será una bomba al regresar a Uruguay, ya que en su intento de tirar lejos el problema, quedó entre las dos partes y ambas lo identifican como el culpable del problema, por prometer a unos y no consultar a otros.

De cualquier manera, los jugadores de la selección decidieron antes de viajar a Tacna dejar el asunto para el regreso y concentrarse en lo que queda de la Copa.