La selección uruguaya vuelve a despertar entusiasmo
(Por Ricardo Piñeyrúa, desde Perú) La actuación de la selección en la Copa América ha devuelto a Uruguay la confianza en sí misma y a partir de ello, el reconocimiento del resto del continente.
Los golpes recibidos en los tres últimos partidos de las Eliminatorias dejaron una sensación de impotencia y frustración que hizo pensar que el Mundial era inalcanzable.
Once goles en contra en tres partidos, dos derrotas consecutivas como local y falta de rebeldía de los jugadores hizo perder la confianza de la gente.
El nuevo grupo formado por Jorge Fossati fue integrado en su mayoría por nuevos jugadores, entre ellos varios del fútbol local y algunos jóvenes.
Trabajo en la recuperación de la autoestima a partir de la incorporación al plantel de jugadores con mucha personalidad como Paolo Montero y Darío Rodríguez, buscando un fortalecimiento del trabajo defensivo.
Pese a todos los inconvenientes por el reclamo salarial de los jugadores registrados antes de partir y aun en Perú, el plantel trabajó mucho en la recuperación anímica, en el fortalecimiento de una personalidad dotada de mucha agresividad, fuerza combativa y convicción en el trabajo colectivo.
Sin renunciar a la forma táctica que quiere Fossati y pese a no manejar con soltura la pelota, la selección demostró rápidamente una gran aplicación que le permitió mostrarse muy ordenada, con mucha agresividad en la marca y con fuerza para el gol, de hecho, en cuatro partidos marcó nueve goles, siendo la tercera selección más goleadora tras Brasil y Argentina.
Los buenos resultados siempre ayudan, pero en este caso lo que más ayuda es ver la entrega y las ganas de mejorar que mostró el equipo y la serenidad para remontar la adversidad, ya que en tres de los cuatro partidos fue perdiendo y logró remontar resultados, más allá de que perdiera con Argentina.
La Copa América ya dejó una buena simiente, hay una base de equipo y de plantel y creo que hay nuevas reglas que reconoce la gente de Uruguay, para jugar por la selección hay pelear mucho, tener gran entrega y pensar en el equipo.
Con esta base y mejorando el juego con pelota, Uruguay puede seguir peleando para ir a Alemania 2006, ahora la palabra la tienen los dirigentes, que deben mostrar su cara para respaldar sin condiciones el trabajo iniciado.