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Ultramaratonistas en Uruguay: cuando correr se transforma en pasión y creatividad

Ultramaratonistas en Uruguay: cuando correr se transforma en pasión y creatividad

Últimamente, las carreras de 10 kilómetros en Uruguay han tenido una explosión. Así es que, cuando llega la primavera, las ramblas de todas partes del país se engalanan de estos eventos deportivos que reúnen a miles de personas que participan para divertirse, distenderse, hacer deporte o competir. Sin embargo, también están los que prefieren las maratones (de 42 kilómetros). Y, más extremos aún, están los llamados ultramaratonistas, que pueden llegar a recorrer distancias de 80 kilómetros en un día o de más de 240 kilómetros en un día y medio. Para conocer más sobre las motivaciones de quienes practican estas carreras de largo aliento, En Perspectiva conversó con dos ultramaratonistas uruguayos, Hugo Gordillo y Jorge Xavier. Gordillo participará en Atenas de la Espartatlón, una carrera de 246 kilómetros entre Atenas y Esparta. A sus 53 años, además de deportista es remisero. Dijo que para él correr "es una pasión. Veo cosas corriendo que desde el auto no veo y aprecio cosas que desde el auto no aprecio. Yo no compito contra nadie ni sigo a nadie; corro contra mí mismo". Por su parte, Xavier, de 51 años, dijo que a él le "aporta creatividad. Es habitual que la cabeza vuele mientras uno va corriendo y viendo panoramas que habitualmente no ve".


(emitido a las 10.11 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Cada vez es más común que los uruguayos aprovechemos las ramblas y los parques para salir a correr. Por eso tienen mucho éxito varias corridas como la San Felipe y Santiago, la San Fernando, la Nike, la Reebok y muchas otras que organizan empresas e instituciones, sobre todo en primavera y verano.

En esas ocasiones en general se corre una distancia de 10 kilómetros. Los aficionados más entrenados sueñan con el escalón siguiente, la maratón de 42 kilómetros, y viajan para participar en las que se organizan por ejemplo en Buenos Aires, en Nueva York o en París.

Pero también están los ultramaratonistas. Son los que corren bastante más y en terrenos plagados de dificultades. Corren 80 kilómetros en 24 horas, o 246 kilómetros con un límite de 36 horas.

En Uruguay tenemos varios de ellos. Vamos a averiguar cómo se entrenan y cómo les ha ido en sus experiencias en el exterior.

Para eso nos acompaña Jorge Xavier, que se encuentra aquí en el estudio, y Hugo Gordillo, que está en Atenas porque mañana va a correr la Espartatlón, una de esas carreras de 246 kilómetros que en este caso será entre Atenas y Esparta.

¿Ya está pronto todo, Hugo?

HUGO GORDILLO:
Pronto. Salimos a las 7; a las 2 de la mañana de Uruguay arrancamos desde Atenas rumbo a Esparta.

EC - Hoy le toca dormir bastante.

HG - Bastante; control médico ahora, la charla informativa y nos acostaríamos a las 9.30 y a las 10 de la noche estaremos durmiendo.

EC - Empecemos con Jorge.

JORGE XAVIER:
Brevemente: un saludo a Hugo a la distancia y el deseo de éxito en esta aventura.

EC - Se conocen, ¿no?

JX - Sí, hemos compartido muchas actividades, nos hemos encontrado en cuanta carrera hay los fines de semana en Montevideo o el interior del país e incluso en el exterior.

EC - ¿Tú ya has corrido 246 kilómetros?

JX - No, la distancia máxima que corrí fue la de hace dos semanas el 10 y 11 de setiembre. Fueron 80 kilómetros en Córdoba, durante el Ultra Trail de Champaquí, que tiene una característica distinta de las de las carreras tradicionales, porque es una carrera de aventura, y por tanto el terreno sobre el cual se corre presenta desafíos importantes, subidas y bajadas, en este caso concreto un desnivel acumulado de 3.500 metros, y por tanto físicamente exige un desempeño distinto del de una tradicional carrera de calle.

EC - ¿Qué es más difícil, la subida o la bajada?

JX - En mi caso me costó mucho más la bajada. Lo había leído, me había informado bastante, tanto leyendo a Haruki Murakami en un libro que recomendaron hoy, como a Christopher McDougall en el libro "Nacidos para correr". Lo estoy terminando de leer y recomiendo su lectura. En ese libro se señala la dificultad que presenta la bajada. En este caso nos tocó bajar por lo que se conoce como la cuesta de las Cabras; estoy convencido de que ni siquiera las cabras bajan por ahí, por el grado de dificultad y la peligrosidad que presenta. Se corre al borde de verdaderos abismos, bajando de más de 2.600 metros de altura hasta 650 metros, en ambos casos sobre el nivel del mar, en forma casi abruta, en situaciones bien complejas, de madrugada, con un frío terrible. Por tanto, confieso que me costó mucho más la bajada que la subida.

EC - Pero no todas las ultramaratones son así de complejas, no todas tienen ese carácter de aventura.

JX - Hablamos de ultramaratón cuando pasamos los 42 kilómetros. Eso se conoce como la "distancia reina". En particular, este desafío de las carreras de aventura presenta el atractivo de un terreno desconocido, con desniveles importantes, con cambios en la propia composición del terreno, en la temperatura a la cual se corre. De alguna manera despierta en nosotros el espíritu aventurero que en general uno tiene cuando es más niño y que a esta altura de la vida ha olvidado; por suerte uno tiene amigos que ya han hecho estas experiencias y nos recomiendan muy bien.

EC - ¿Siempre se hacen en el exterior este tipo de carreras?

JX - Hay algunas en Uruguay. Este fin de semana se corre lo que se conoce como el Desafío Ánimas, que es sobre 100 kilómetros en la zona de la sierra de las Ánimas. En octubre se corre una en dos días; 30 kilómetros el sábado y 21 kilómetros el domingo. Cuando conversaba con otros corredores en Córdoba nos preguntaban dónde entrenábamos en Uruguay para ese tipo de carreras. Les decíamos que no tenemos ningún terreno que se parezca en lo más mínimo a las dificultades que uno encuentra en esas carreras.

EC - ¿Entonces?

JX - Uno no tiene más remedio que apelar a lo poco que encuentra al alcance de la mano. En el caso concreto, con los otros tres compañeros que fuimos a Córdoba entrenábamos en el Prado en un desnivel del terreno de 15% durante una extensión máxima de 250 metros haciendo subidas a un nivel de explosión, cuando el cuerpo no soporta más, y bajando muy lentamente para tratar de recuperar y mejorar la capacidad aeróbica, aprendiendo a usar bastones con los cuales uno se ayuda en subidas y bajadas, pero no más que eso.

EC - Podrían trasladarse, por ejemplo, al cerro Pan de Azúcar, en Piriápolis, y entrenarse allí. Quizás el inconveniente es que no tienen tiempo para eso porque ustedes trabajan y hacen otras actividades.

JX - Exacto, esa es una limitación importante. Son las posibilidades que tenemos al alcance de la mano.

EC - ¿Cuáles son las ultramaratones más famosas?

JX - Las ultra que conozco son esta que va a correr Hugo en Grecia, los 246 kilómetros, en San Miguel del Monte, en Argentina, se corrió una el fin de semana pasado sobre 100 kilómetros, se corre todos los años, es una de las más conocidas de la región. En Argentina se corren varias. Esta que corrimos es la segunda de una serie conocida como La Misión, que tiene una tercera etapa los días 2, 3 y 4 de diciembre sobre el doble de distancia que corrimos, 160 kilómetros, con 72 horas para completarla. Estamos orejeándola.

EC - ¿Esa es la próxima?

JX - Creo que sí.

EC - Hugo Gordillo, ¿qué características particulares tiene la Espartatlón que vas a correr? Yo ya mencioné algunos datos; ¿cómo la describes tú?

HG - Ahora estuve escuchando a un mexicano en el almuerzo, es la sexta vez que lo intenta. Es increíble, viene por sexta vez buscando la revancha.

EC - No ha logrado completar el recorrido.

HG - No, es la sexta vez que va a intentarlo. Es increíble. Por lo que escuchamos de los mexicanos y los japoneses, es la carrera más dura del mundo, por el tema de las temperaturas, el frío, la montaña. Por algo todo el mundo viene; para mí que es lo máximo que voy a correr, que me va a tocar vivir.

EC - Son 246 kilómetros.

HG - Se sale de Atenas a las 7 de la mañana del viernes y tenemos hasta el sábado a las 19 horas. Son 36 horas corriendo. En los primeros 81 kilómetros el 70% queda eliminado, porque es con control de tiempos, tipo rally. Tenés un tiempo para llegar a tantos kilómetros, y si no llegás te descalifican. De 350 corredores están llegando 80, 90.

EC - Revisando antecedentes, esta Espartatlón recrea la ruta de Filípides, a quien los generales atenienses mandaron a Esparta para buscar refuerzos a efectos de confrontar a la Liga Asiática en la batalla de Maratón, según lo narrado por Herodoto en el año 490 a.C. El dato que aporta Herodoto es que hizo ese recorrido saliendo un día y llegando al otro. En el año 1982, John Foden decidió comprobar si eso era posible, si alguien corriendo podía hacer ese trayecto saliendo un día y llegando al otro, y puso a realizar la prueba a algunos corredores ya entrenados. Y se verificó que sí, que se podía, que el tiempo andaba, según el estado físico del atleta, en 34, 35, 38 horas.

HG - Es cierto. Todos los corredores estamos esperando la carrera con mucha ansiedad. Hay gente que repite la carrera. Todos vuelven por más. Es una carrera muy dura pero no imposible; para eso entrenamos todo el año.

EC - ¿Por qué es "dura"?

HG - El tema de las subidas, mucha bajada al corredor. Las bajadas son terribles. Tenemos bajadas de siete, 10 kilómetros. Como decía Xavier, es terrible por un tema de músculos, de articulaciones; el calor, el frío de la montaña de noche, y los puestos de control, que son muy tiranos. Si te pasás un minuto quedás eliminado.

EC - ¿Cuántos puestos de control hay? ¿Cómo es eso de las eliminaciones?

HG - Hay 75 puestos de control. El primero está en el kilómetro 81, es el control más grande; tenemos puestos del 0 al 22, del 22 al 35, pero el filtro de los corredores es el puesto 81, ahí queda eliminado el 70%.

EC - ¿Qué es lo que se verifica en esos puestos de control?

HG - El tiempo, el desgaste, si salís muy rápido... Todo depende de cada corredor, cada uno está preparado de distinta manera. A nosotros nos tocó el invierno, ellos entrenaron en el verano. Y nosotros no tenemos montañas, ellos tienen. Hay muchas cosas.

EC - En esos puestos de control, ¿también evalúan el estado físico de ustedes? ¿Pueden llegar a eliminar a un corredor porque un médico entiende que ya no está en condiciones de seguir?

HG - Por supuesto. Ahora nos hicimos un chequeo médico; el médico decide si estás para seguir o si tenés que abandonar la carrera.

EC - Hay un límite máximo de 36 horas.

HG - Los últimos 50 kilómetros son los más terribles, te dan ocho horas para llegar, ya subiste y bajaste la montaña y te quedan esos 50 kilómetros, ya el cuerpo viene cansado, el calor, porque pasamos del calor todo el día al frío hasta el otro día. Comenzamos con el calor de vuelta todo el día. Y el cansancio y los kilómetros suman. No hay que abusar mucho de la energía al principio sino conservar las piernas lo más enteras posible porque las vas a necesitar en los últimos kilómetros. Para mí, las bajadas son terribles.

EC - Obviamente no duermen; son 36 horas sin dormir.

HG - Sin dormir. Casi no hay límite para descansar, para pasar al puesto a comer, a alimentarte, cambiarte la remera, ponerte un abrigo y seguir. Casi no hay tiempo. Por eso son los controles de tiempo.

EC - Suena muy exigente eso de recorrer 246 kilómetros en 36 horas, sobre todo teniendo en cuenta esas dificultades que tiene el trayecto. Pero es impresionante saber cuál es el tiempo de los ganadores. A muchos corredores esas 36 horas les sobran. A ver si está bien: Yiannis Kouros, que ganó el primer Espartatlón, tiene el récord de 20 horas y 25 minutos.

HG - Es increíble, cuatro veces ganó esa carrera. Ya está retirado. Es increíble lo que llega a hacer el cuerpo humano. Uno no se da cuenta de lo que es el cuerpo humano: vence el cansancio, el sueño... Es increíble.

JX - Y a nuestra edad, además.

EC - Cuenten las edades, ese es un dato importante. ¿Cuánto tiene Jorge Xavier?

JX - Tengo 51 años.

EC - ¿Y Hugo?

HG - 53.

EC - Más de un oyente puede preguntarse: ¿qué están haciendo ahí? ¿Qué locura es esta?

HG - Es pasión. Yo siempre les digo a los muchachos que es pasión. Y pienso que mucho de esto es mental. La mente es fundamental.

JX - Sin dudas.

HG - Porque si tú pensás que no vas a sufrir dolor en 100 kilómetros... Yo siempre digo: si pensara en los dolores no correría, porque dolores los tengo todos, desde los pies hasta los pelos.

JX - En la maratón de Rosario leí una frase que siempre cuelgan que dice: "Fuerza, maratonistas. El dolor es pasajero; la gloria es eterna". Es de esas cosas que siempre nos inspiran a quienes pensamos en este tipo de locuras, son las que nos mueven a asumir desafíos permanentemente, a probarnos. Es increíble la calidad de vida que se gana con este tipo de cosas.

***

EC - Nos advierte un oyente que Gordillo no es el primer uruguayo en la Espartatlón y que el ingeniero de UTE Dardo Segurola fue el primero que la corrió en el año 2006. Más temprano habíamos recibido el mensaje de Rafael, que nos aclaraba que Segurola, del grupo Los Coyotes, había sido el primero, y lo hizo en menos de 36 horas, concretamente en 35 horas, nueve minutos, 51 segundos.

Hugo, tú conoces a Segurola. Has hablado con él y te has asesorado con él.

HG - Sí, con Dardo nos conocemos. También es compañero de ruta. Es cierto que él corrió en 2006, pero lo hizo como particular.

EC - ¿Qué quiere decir eso?

HG - Vino por fuera de la CAU, la IAF.

EC - No sé si los oyentes conocen esas siglas...

HG - Vino como particular a competir esa carrera. Yo iba a venir así, [pero] me tuve que afiliar a la CAU para poder representar a Uruguay.

EC - ¿Qué es la CAU?

JX - La Confederación Atlética del Uruguay.

HG - Yo iba a venir como Dardo, pero no te reconocen. Tenía que afiliarme a la CAU por la IAF para poder participar y quedar en un registro nacional.

EC - ¿Es importante esa diferencia?

JX - En términos de nivel de exigencia y de la carrera en sí, considero que no. Pero la situación de Hugo tiene el respaldo institucional del que corre en representación de la CAU, y por tanto cuenta con la homologación de su desempeño.

EC - ¿Por qué están en esto? Sería bueno, en primer lugar, ubicar a cada uno de ustedes.

Hugo, tienes 53 años y tu profesión es remisero.

HG - Es cierto. Comencé a correr en el 2006. En 2006 hacía tres kilómetros por día, debido a mi trabajo.

EC - ¿Cómo fue eso?

HG - Trabajaba muchas horas sentado, y un día dije "salgo a trotar". Empecé con mis tres primeros kilómetros en 2006, hacía un kilómetro y medio y un kilómetro y medio; tres por día. Así comenzó mi historia de correr estas carreras. Después corrí carreras de 10, después de 21, 42, 60, 80, 100... Ahora corrí las 24 horas en San Pedro, hice 189 kilómetros, y entré segundo en la general y primero en mi categoría. Corrí 24 horas sin parar.

EC - Empezaste en esto como forma de compensar las horas que pasabas en un trabajo como el de remisero, el de conductor, que te implica estar sentado quieto en una posición seguramente desgastante, compleja.

HG - Es verdad, muchas horas sentado, y dije: "Tengo que hacer un giro en mi vida". [Un día] salí a trotar y no he parado.

EC - ¿Por qué? ¿Qué ventajas le encontraste a esto de correr?

HG - Es una pasión. Veo cosas corriendo que desde el auto no veo y aprecio cosas que desde el auto no apreciás. Yo no compito contra nadie, corro contra mí mismo. Nunca sigo a nadie; compito conmigo mismo. Es lo fundamental en este deporte.

EC - ¿Eres el único en tu familia?

HG - Sí.

EC - ¿Cómo sigue tu familia esa pasión tuya?

HG - Al principio no estaban muy de acuerdo, pero ahora ya vivo corriendo. Porque corro mucho. La gente no se imagina lo que corro. Corría 30 kilómetros de mañana y 20 de noche. Estuve haciendo 50 kilómetros por día. Uno corre demasiado a veces.

EC - ¿Te apoyan? Por ejemplo, ahora, ¿están contigo ahí?

HG - Por supuesto. Está mi hijo y está David, mi amigo corredor de Las Piedras, que me está apoyando, porque es una carrera muy larga y siempre es conveniente que venga el apoyo mental de la familia y de los amigos.

EC - En el caso de Jorge, que tiene 51 años, es contador público, se desempeña actualmente como gerente de Recursos Humanos del Banco Central y es docente en la Universidad de la República. ¿En qué momento empezaste a correr?

JX - Igual que Hugo, con 46 años; en realidad Hugo empezó un poquito más tarde; empecé en el año 2006. Por razones similares, uno siente la necesidad de darle un vuelco a su vida. El médico nos recomienda hacer algo de ejercicio.

EC - ¿Hubo una advertencia?

JX - Sí.

EC - ¿Hubo un sacudón en materia de salud?

JX - No, simplemente me dijo: "Con esta edad es bueno que empieces a hacer algo". Me subí a un caminador en el gimnasio, me sentí bien, y a los tres meses corrí mis primeros 10 kilómetros, en agosto del año 2006, y, como Hugo, no pude parar.

EC - ¿Por qué?

JX - La pasión que despierta probarse y sentir que es posible. Uno recarga energías, pese al enorme desgaste que sufre; perdón: que disfruta. En lo personal, me aporta creatividad. Es habitual que mientras uno va corriendo y viendo panoramas que habitualmente no ve, como comentaba Hugo, la cabeza vuele. Increíblemente se me ocurren cosas que aplico después en mis responsabilidades, tanto en el Banco Central como en la cátedra de Administración General en la facultad. Además, uno desarrolla amistades que están absolutamente por encima del tipo de actividad habitual que haga, del tipo de formación que tenga. Uno descubre rincones de la vida que de alguna manera había dejado olvidados y que lo llenan de satisfacción. Yo hoy tengo amigos con los que nos vemos casi todos los fines de semana, que nos conocemos –y mucho– y que compartimos esta locura.

EC - De los mensajes de la audiencia, uno señala: "Estos son ejemplos de deporte real y no de deporte negocio". Otro, Javier, dice: "Los valores y ejemplos de estos deportistas deberían ser referencia obligatoria para la juventud de hoy".

¿Cómo les cae esto de que se hable de valores y se los mencione como ejemplo?

JX - Indudablemente uno trasmite algún tipo de valores. Eso es francamente positivo en lo personal, y también desde el punto de vista social. Yo lo comento habitualmente en mis actividades. Tengo compañeros de trabajo, alumnos y otros docentes que trabajan conmigo en la cátedra que de alguna manera también están pendientes de estas cosas y de a poco se van sumando. De esa forma creo que van incorporando la práctica sana del deporte, más allá del negocio, como comentaba el oyente, que creo que nos redunda positivamente en calidad de vida.

EC - Dice Adrián: "Está demostrado que correr genera endorfinas, la droga de la felicidad".

JX - Sin dudas. Además surgen iniciativas interesantes de apoyar movimientos de tipo social. El Movimiento Tacurú en particular tiene un grupo de corredores a los que apoya, gente en condiciones sociales bastante críticas, y lo hace y suma gente. ALCO, la Asociación de Lucha contra la Obesidad, tiene gente que permanentemente participa en este tipo de actividades. Por donde lo mire, uno encuentra efectos positivos.

EC - Hugo, ¿te cabe esa categoría de ejemplo? ¿Cómo ves esta discusión a propósito de valores?

HG - Es cierto. Yo no soy ejemplo, me parece. Pero es cierto que a mí el deporte personalmente me cambió la vida. ¿Qué te proporciona el deporte? Como mejor, duermo mejor, ya no me peleo con los taximetristas, porque los remiseros siempre nos peleamos con los taximetristas.

EC - En el tránsito ahora eres más pacífico.

HG - Sí, ya no me peleo con los taximetristas y no lo puedo creer, porque te quitan la preferencia, te encierran... El deporte me ha cambiado la vida, me siento feliz con lo que hago. Creo que soy el menos indicado para decir que soy un ejemplo, porque comencé muy tarde, con 48 años. A todo el mundo le digo: "Mirá que yo no soy corredor, soy ciclista", pero creo que cuando uno se propone hacer cosas... Yo nunca en mi vida pensé que iba a correr 10 kilómetros, nunca. Cuando salí a trotar mis tres kilómetros nunca pensé que iba a correr 10, ni 20, ni 40, ni 100, ni los casi 190 que corrí en San Pedro. Y ahora voy por 246. Pienso en lo que es la mente y lo que es el cuerpo humano cuando uno se propone cosas. Es como la vida; uno se cae y hay que levantarse de vuelta, volver a caer y levantarse de vuelta.

EC - Por supuesto que hay una cantidad de mensajes con saludos, felicitaciones y deseos de suerte para Hugo, que está a pocas horas de largar en Atenas.

Uno de los mensajes es de otro Javier, que dice: "Fuerte abrazo y suerte, Hugo", y agrega: "El 22 de octubre yo estaré corriendo la maratón del Círculo Polar en Groenlandia". ¿La conocen?

HG - La he oído nombrar, pero no tengo muchas referencias.

***

EC - Hugo, ¿qué vas a hacer tú este fin de semana, después de terminar con la Espartatlón?

HG - Espero lograrlo, si dios quiere, porque necesitamos mucha suerte, que no te vaya a atacar ningún dolor, porque por supuesto uno también es humano. Uno escucha las versiones acá donde está almorzando y dice "no corro", porque son versiones de gente que ha corrido y no lo logró. Pero uno viene con la mente positiva. Nunca pienso que no lo voy a lograr, nunca miro los kilómetros que faltan, siempre miro los kilómetros que hice. Si hice 100 puedo hacer 100 más. Siempre digo que se puede, "vamos que se puede". Después de esto me iría a correr la Aceguá-Melo, la primera ultra en Uruguay, que son 60 kilómetros. Y después de ahí, si no se enojan mi señora y mis hijos, la otra semana me iría a correr 24 horas. Y después a descansar, y me dedicaré a jugar a las bochas.

EC - En el caso de Jorge, ¿cuál es la próxima instancia?

JX - Como desafío importante –y cuando digo importante digo algo así como una maratón o una ultra–, los días 2, 3 y 4 de diciembre, La Misión, en San Martín de los Andes, 72 horas para completar sobre 170 kilómetros. Con los compañeros que fuimos a correr la de 80, Pablo La Paz, Ruben Beledo y Luis Castro –si no los menciono no me lo van a perdonar– estamos planificando ir a hacer esa actividad.

EC - Van ustedes cuatro; ¿quién más?

JX - Nos juntamos y vamos en el vehículo de uno de nosotros. Tenemos actividades absolutamente distintas los cuatro, vidas absolutamente distintas. Únicamente coincidimos en la locura, la pasión por este tipo de actividades. Nos juntamos, lo pagamos de nuestro bolsillo y lo disfrutamos a pleno.

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EC - "Es muy cierto lo que dicen, el día que no te entrenás sentís que te falta algo. Es muy placentero, y además ayuda para mejorar la calidad de vida." Un abrazo les manda Guillermo de San Carlos.

Hay otras reacciones, como la de Fernando de El Pinar: "Estaba acostado modorreando y ya salté a correr. Empiezo hoy mismo".

JX - Se ha generado ese impacto positivo en la audiencia.

EC - Hugo: mucha suerte mañana, estaremos atentos a cómo te vaya y ojalá podamos conversar después, la semana que viene, y que nos cuentes.

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Transcripción: María Lila Ltaif

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