La primera jugada del partido pudo ser un augurio del desenlace, cuando no corría ni un minuto y Núñez puso un centro al área que Medina logró conectar y mandar apenas afuera.

Pero duró nada la algarabía porque pronto Liverpool se acomodó en la cancha y buscó quitarle protagonismo a Nacional, reteniendo la pelota. Sobre el cuarto de hora las intenciones de ambos eran parejas, aunque Nacional se mostraba más inquieto en ataque, al influjo de Viudez.

Sobre la media hora, los dos equipos imprimieron gran vértigo al juego y se dieron varias jugadas a destacar. Una gran atajada de Castro con tiro a quemarropa de Calzada; entreveros en el área Tricolor, con el peligro de que alguna pierna pudiera encontrar el gol, y como postre, la lesión del arquero Matías Castro en una jugada intrascendente.

El clima del partido estaba muy arriba y así terminó la primera mitad. Pese a que no hubo cantidad ni calidad de jugadas de gol, la tensión reinante en la cancha era notoria, más aún porque se sabía que en Jardines Danubio estaba ganando su partido ante Bella Vista.

Para el segundo tiempo, Gallardo mandó su fórmula mágica, con Recoba y Bueno, para ver si encontraba la forma de abrir el marcador. Y apenas empezado el período lo tuvo, cuando Figueroa se equivocó y dejó a Viudez de cara al gol, que pasó a Recoba y éste tiró un centro que no encontró a nadie.

Liverpool comenzó de a poco a imponer un toque corto que cumplía la doble función de quitarle presión a su defensa y llegar al área de Nacional con recurrencia.

Pero Nacional devolvía con centros buscando la cabeza de Boghossian y así el partido recuperó el alto voltaje del primer tiempo, más por fuerza y voluntad que por fútbol. Y el fantasma de Danubio ganando en Jardines también jugaba su partido.

Cuando el reloj caminaba incesante al minuto 90, un centro atrás poco pretencioso de Boghossian cayó sobre el borde del área para Recoba, que primero esquivó la embestida de un rival, luego amagó a patear con derecha, acomodó para su zurda y la sensación de gol ganó toda la cancha: disparo combado al segundo palo y a cobrar.

Golazo del ‘Chino’ a falta de diez minutos de un partido que lucía complicadísimo. Figura insular de este Nacional y del Apertura, que pocos minutos por partido le bastaron para dejar su marca de calidad y sellar partidos clave con sus cinco goles, como el que le hizo a Defensor, el del clásico, o éste, que valió un campeonato.