El partido de la final de la Copa Sudamericana entre el Sao Paulo y el Tigre fue dado por concluido  antes de comenzar el segundo tiempo por el árbitro chileno Enrique Osses debido a la negativa de los jugadores del equipo argentino a salir a la cancha al alegar falta de garantías.

Osses dio por terminado el encuentro tras fallidos esfuerzos para convencer al equipo argentino de Tigre a salir a la cancha.

Con esa situación los jugadores del Sao Paulo celebran el título del torneo tras haber terminado el primer tiempo en ventaja de 2-0.

Los jugadores del Tigre alegaron que fueron agredidos por el personal de seguridad del Sao Paulo al terminar el primer tiempo, que concluyó con un amago de pelea y la victoria parcial del Sao Paulo.

Tras esperar en vano durante varios minutos que el plantel argentino retornara a la cancha del estadio Morumbi, el árbitro dio por terminado el partido.

"El jugador Albín fue amenazado con un arma en el pecho por la seguridad de San Pablo y también golpeado por la policía", denunció en la televisión Rubén Pasquini, dirigente de Tigre.

"Fueron la seguridad de San Pablo. Nos emboscaron a la entrada del vestuario. A todo lo que se movía le pegaban", añadió.

No puedo recibir quién va a recibir sanción. Tigre se negó a entrar a la cancha, según su versión fueron agredidos. No lo pudimos constatar", afirmó Eugenio Figueredo, vicepresidente de la Conmebol.

De acuerdo a integrantes de la delegación de Tigre hay grabaciones de las agresiones. Deberán mostrarlas para que el club no sea sancionado.

El partido dio por terminado el partido, luego de esperar la entrada de Tigre por más de 15 minutos.

Reglamentariamente San Pablo ganó por retirada de Tigre. Una definición, sin duda, totalmente atípica.

Los goles fueron de Lucas y Osvaldo. Los dos, obviamente, en el primer tiempo.