Futbol Internacional

Conozca más sobre la vida del fútbol mexicano

En México el fútbol no sólo mueve mucho dinero sino también genera pasiones. Aquí se ofrecen tres lugares de referencia: el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de la Federación Mexicana, el Estadio Azteca y también del lugar donde nació el fútbol mexicano, la localidad de Pachuca de Soto.


El C.A.R de Valle Verde

La Federación Mexicana de Fútbol se encuentra entre las más poderosas a nivel económico en el mundo, y un dato de esta situación lo simboliza  ser el combinado que más camisetas vende a nivel global.

Al separarse la Liga MX – torneo local mexicano – de la federación, también la infraestructura y ganancias corren por carriles separados.

Al llegar a la sede de la Federación, ubicada en el coqueto barrio Roma Norte del Distrito Federal, el primer elemento llamativo es el sistema de seguridad, teniendo que atravesar dos cacheos antes de ingresar a la mesa de información.

A esto hay que sumarle que para subir a algún piso del edificio, el visitante debe retornar con la firma de la persona con la que va a interactuar para poder retirarse sin que le retengan su cédula de identidad o pasaporte.

Una vez llegados al segundo piso, se pudo conversar con el Jefe de Prensa, Israel Márquez, quién accedió al pedido de conocer el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de la Federación bajo la condición de no entablar contacto personal con los directores técnicos, debido al delicado momento que está atravesando la selección mexicana en las Eliminatorias de la Concacaf, a falta de dos partidos (próximo 11 de octubre frente a Panamá y Guatemala).

Después de viajar en tres tramos (primero metro, luego tren ligero y por último el autobús con destino a Valle Verde), se llega al CAR, el cual ubicado al sur del Distrito Federal ofrece una estancia tranquila para los futbolistas que allí se hospedan. La excepción a este clima la brindan los disparos que se escuchan desde las prácticas del colegio militar, que se ubica a pocos kilómetros.

Cinco canchas de fútbol, una de pasto sintético; dos hoteles, uno para la selección mayor y otra para las selecciones juveniles; dos vestuarios; un gimnasio equipado con la última tecnología; una sala de hidroterapia; una sala de prensa; y una terraza en la zona alta para que familiares y visitantes puedan observar los entrenamientos conforman las doce hectáreas del centro.

En palabras del jefe de prensa,  "lo único que le puede faltar al complejo es una alberca (piscina), pero como en esta zona no llega el agua potable, la operativa sería muy grande para poder crearla".  

Al tratarse del primer entrenamiento al mando del  nuevo técnico de la selección mayor, Víctor Manuel Vucetich, los medios de comunicación acudieron en masa para conocer las novedades. Cerca de 150 periodistas se agolpaban en la zona mixta para conocer los testimonios de los futbolistas.

El gran número de cámaras y micrófonos hacían que cada uno de los jugadores se detuviera entre cuatro o cinco veces para contestar a grupos de entre diez y quince medios de comunicación, como los periódicos El Universal, Milenio, Reforma, La Jornada, o las televisoras TV Azteca, Televisa y Uno TV, reciente creación del empresario mexicano Carlos Slim quién según la revista Forbes está catalogado como el hombre más rico del mundo, valorando su fortuna en 73 mil millones de dólares. 

El Centro respeta el carácter natural del valle en el que se encuentra, y las edificaciones tienen una arquitectura que combina lo moderno con lo tradicional. La apuesta de la federación es clara: "consolidarse como el centro de Alto Rendimiento de Fútbol de mayor excelencia en América Latina y posicionarse dentro de los tres mejores a nivel mundial".

Estadio Azteca

A diez minutos (en auto) del CAR, se encuentra el Estadio Azteca. También conocido como el "Coloso de Santa Úrsula", debido a que se encuentra ubicado en el antiguo territorio del pueblo del mismo nombre.

En medio de una superficie de roca volcánica, (debido al volcán  Xitle),  para poder construir la edificación en 1962 se colocaron explosivos,  y al tratarse de una gran cantidad de dinamita, la cancha terminó ubicada a casi diez metros por debajo del nivel del suelo. Otro vestigio de este hecho se percibe en las paredes rocosas que rodean gran parte del perímetro. Luego de cuatro años de construcción el Estadio se inauguró oficialmente en el año 1966, bajo la presidencia de Gustavo Díaz Ordaz.

Una serie de plaquetas ilustran la entrada al visitante, como la que refleja el 4 a 3 de Italia sobre Alemania en el mundial de México `70, denominado el "partido del siglo"; otra brinda un homenaje al árbitro –y coronel – mexicano  Mario Rubio, quién fue el que expulsó a Diego Maradona en el mundial 1982 frente a Brasil; y también resaltauna para el jugador chileno Carlos Reynoso, quién en la década de 1970 brilló como volante creativo, y es entendido como el mejor fichaje en la historia del club América, quién junto a la selección mexicana son los únicos equipos que juegan como local en el estadio.

En los días de partido, al llegar al estadio los jugadores deben recorrer a pie los 250 metros que componen el "túnel maratón" hasta llegar a los vestuarios. Ambientado totalmente en el mundo futbolístico, en una de las paredes hay 146 placas referidas a cada uno de los equipos que ha visitado el Estadio Azteca, tanto nacionales como internacionales, mientras que en la otra hay colocados murales con las fotos más significativas de los dos mundiales en  que México fue sede (1970 y 1986). El Azteca es el único estadio donde se han disputado dos finales del mundo.    

A poco de llegar a la zona de vestuarios se encuentra un pequeño centro de prensa, donde en uno de los laterales hay un espacio dedicado para la Virgen de la Gudalupe, espacio que adquirió mayor relevancia en 1999, cuando  fue bendecida por Juan Pablo II.

Ingresando al vestuario local se pueden apreciar los cubículos para los jugadores. Éstos tienen gigantografías de cada uno de ellos, ocupando tres paredes. Están ordenados de acuerdo a las posiciones en la cancha: goleros y defensas en uno de los laterales, delanteros en el medio, y volantes en el otro costado. Sobre la pared que resta hay dos camillas para realizar los masajes deportivos.

La salida a la cancha curiosamente se da por detrás del arco de la cabecera donde se coloca la tribuna local, que en el caso de los partidos del América se conoce como la "Monumental".

La cancha, de 68 metros de ancho por 105 de largo, tiene un césped natural muy cuidado, que se genera a partir de una semilla importada desde el continente africano     (fundamentalmente Kenia) denominada "kikuyo".

Con una capacidad actual para 95 mil espectadores, las tribunas presentan asientos en todas las localidades, y éstos de diferentes colores generan las imágenes de los anunciantes más poderosos como también el escudo de las "águilas" en las cuatro esquinas y también en el centro de la cabecera popular.

La muchacha que hacía de guía explicó a los visitantes que no se puede pisar el césped, de todas formas, para los fanáticos del fútbol, queda el consuelo de dibujar con la mirada el lugar donde empezó Maradona a driblear ingleses hasta convertir el mejor gol de la historia.

En la cuna del fútbol mexicano

La ciudad Pachuca de Soto es la capital del Estado de Hidalgo y se encuentra a 96 kilómetros al noreste de Ciudad de México. Caracterizada por la extracción de plata de las minas, los mineros ingleses trajeron consigo sobre fines del siglo XIX y principios del XX la práctica del fútbol.

En el año 1901 se fundó el Pachuca FC, siendo el primer equipo oficial del fútbol mexicano. Hoy en día, ya sin el éxito deportivo que lo condujo entre 1998 y 2008, el equipo disfruta de un importante crecimiento económico que se materializa en cada una de las instalaciones: la Universidad del Fútbol, el Museo Interactivo, el Pabellón Joseph Blatter y por supuesto el "estadio Hidalgo".

Con cerca de 250 mil habitantes, cuando juega el equipo la ciudad se paraliza. Por todos lados se aprecian los pegotines, banderas y playeras (camisetas) de los "tuzos". Este apodo tiene relación con el animal "tuzo", especie de topo, en evocación al origen minero del equipo.

A las 19.00 horas empezaba el partido contra Santos Laguna, y ya desde una hora antes habían largas colas para ingresar al estadio local, que oficialmente se denomina "Hidalgo" y popularmente el "Huracán".

Con capacidad para 30 mil personas, las instalaciones son de última generación, teniendo un muy buen sistema de amplificación, cómodos asientos, pantallas gigantes y un campo de juego en perfecto estado.

Al precio de cien pesos mexicanos (8 dólares) la entrada general a la tribuna popular se llenó absolutamente. Pizzas, caramelos, cigarrillos, cerveza en tachos de litro y medio, maníes, pop, refrescos, yogur, flanes y unas cuantas cosas más hacían que los vendedores fueran de hilera en hilera esquivando como podían a la afición, haciendo realmente maravillas desde el punto de vista coordinativo. 

Una vez que comenzó el partido, el locutor comenzó la arenga de los "tuzos". Frente a cada tiro de esquina a favor de los locales, desde el micrófono se convocaba a la hinchada y ésta respondía de gran manera, generando una caldera de presión frente a cada pelota quieta.

El argentino Fernando Cavenaghi convirtió el primer gol para el local, y los ánimos andaban de maravillas por la tribuna. Ésta se sustentaba con una gran cantidad de familias, donde los niños se paseaban libremente por las diferentes hileras de asientos, pitando sus cornetas cada 10 segundos. 

El segundo tiempo se vivió con angustia porque el Pachuca no conseguía sacar mayor diferencia, y en el último minuto de descuento Santos Laguna logra empatar y enmudece a la afición.

Se evaporó la alegría y todo el mundo en silencio bajaba los barrancos para tomar las "combis"  en la avenida Juárez. El conductor, quién además tenía que cerrar y abrir la puerta de la camioneta mediante un mecanismo de cuerdas,  era el dueño de la única voz que se escuchaba en el camino de regreso. 

Tratando de no romper el silencio durante el viaje, cuando logré ver el imponente monumento al reloj (que ubica a la plaza central) no quedó otra que decir "me bajo en esta", y ahí, los que hace rato me venían registrando me dijeron "... argentino, no?".

Este trabajo fue realizado a partir de la beca otorgada por el Gobierno de México denominada "Programa Especial 2013 – Estancia para Colaboradores de Medios Informativos".

Fotos y texto: Álvaro Levín.