Felipe llegó al fútbol de Austria por motivos poco relacionados al fútbol. Su novia, diplomática, viajó junto a él a Viena. Allí siguió dedicándole tiempo al fútbol, cuando encontró al Peñarol vienés. Si bien vestían de amarillo y negro y tenían carteles de "La caterva", los austríacos no terminaban de comprender sobre el mirasol uruguayo.

Sobre la vida en Viena, Felipe nos contó está acostumbrado a ver manifestaciones en contra del nazismo por las calles. Además, dijo que los hinchas vieneses son bastante problemáticos y les gusta pelearse con la policía. "Ni miras de haber disturbios en las canchas, generalmente es afuera, antes de los partidos", agrega.
Finalizando, Felipe se sintió en la necesidad de aclarar que el pan de viena, no existe en Viena.