"Es una fiesta y una tradición, no sólo desde el punto de vista hípico y competitivo, sino que también social";, dijo Aguirre agregando que si se compara con el fútbol, es como si se jugara un clásico porque es la carrera más importante del calendario hípico nacional. Además, es un evento de carácter internacional al cual vienen caballos de muchos países, pero principalmente de Brasil y Argentina.

Como se mencionó, este premio nació en 1889, pero con el nombre de Premio Internacional. Fue en 1913, cuando falleció José Pedro Ramírez, el año en el que se cambió el nombre a la competencia. Ramírez fue político, periodista, profesor, abogado e integrante de la comisión directiva del Jockey Club desde la fundación del mismo y cuando murió era su presidente. "La comisión directiva, como homenaje, decide llamar a la competencia más importante con su nombre";.

Otras de las características del Premio Ramírez es que se disputa el 6 de enero de cada año, en Día de Reyes. Consultado sobre esta tradición, Aguirre dijo no saber el porqué de eso y explicó que lo que se buscó desde el inicio fue que se disputara pocos días después del Premio Pellegrini de Argentina para que los caballos llegaran bien preparados. Agregó que solamente en tres ocasiones se postergó la fecha debido a inundaciones en la zona del hipódromo.

Históricamente, los caballos uruguayos y los argentinos han sido los más ganadores. Pero en la última década, los brasileros han estado en la pelea llevándose varios títulos. Aguirre destacó la actuación de Hielo, brasilero y ganador de las últimas dos ediciones, que no estará presente este año. "Hay siete u ocho caballos que ganaron el premio Ramírez dos veces, pero ninguno lo hizo en tres ocasiones";, dijo lamentando la ausencia de Hielo al considerar que tenía condiciones para ganar este año.

"Un acierto o un error de un jockey puede determinar la victoria o la derrota";, dijo Aguirre poniéndole el valor justo al trabajo de los jinetes que hacen el 50% de la tarea. Irineo Leguisamo es el máximo referente de los jockey en esta parte del mundo y logró quedarse con el Premio Ramírez en ocho oportunidades (1926, 1929, 1931, 1936, 1937, 1945, 1955 y 1962). Luego, a fines de la década del 80, se destacó Pablo Falero que ganó el Ramírez en dos oportunidades (1987 y 1990). "Hoy hay muy buenos jockeys uruguayos, como Fernando Olivera, como Héctor Lazo, como Luis Cáceres o como Julio Méndez";.

Aguirre dijo que los jockeys que compiten en el Ramírez son de primer nivel y por esa razón tiene una preparación muy profesional: entrenan todos los días y se cuidan en el peso que tiene que tener para competir.

La importancia del Premio Ramírez incrementa otra arista importante del turf: las apuestas. Aguirre aclaró que ese día, además de la carrera principal, hay otras carreras y otros juegos de apuestas. A su vez, existe la posibilidad de apostar desde el exterior y son muchas las apuestas que llegan a las pizarras del hipódromo de Maroñas.

Por último, Aguirre destacó las obras que se han hecho en los últimos años para recuperar el nivel del turf uruguayo. El hipódromo de Maroñas es una muestra de ello, pero también las remodelaciones en el hipódromo de Las Piedras. Por otro lado, dijo que la mediatización de las carreras, con trasmisiones televisivas y vía Internet, ha hecho que baje el número de espectadores en los lugares de competencia. "Quizás el hipódromo necesita incorporar otros atractivos para que llegue más público";, dijo aclarando que igualmente ve que el turf tiene mucho futuro porque hay importantes inversiones.

"Si yo tuviera que dar un candidato, sería Mi Centinela";, dijo Aguirre dejando en claro cuál es su favorito para la comptencia de este año.