Gorrión y cuenta nueva
Uruguay se consagró campeón de américa de la categoría sub 20 luego de 36 años.
Por Oscar Belo
Es una consagración tan histórica como merecida por lo que mostró esta generación dentro del campo de juego, superando a los rivales más poderosos del continente como Argentina y Brasil entre otras buenas victorias de la celeste. Es cierto que existieron altibajos. Tal vez los 2 primeros partidos de la fase inicial y el "golpazo" sufrido ante Venezuela fueron los momento más crIticos.
La altura, primero de la ciudad de Ibarra y posteriormente de Quito jugaron su papel. Pero fue en ese aspecto donde se vio la mano de Fabián Coito, a quien le podré cuestionar alguna variante o forma de arrancar un encuentro, pero de quien hay que reconocer como manejó los momentos de cada jugador para aprovechar lo mejor de cada uno.
Sin lugar a dudas Uruguay fue la mejor selección del sudamericano incluso sin alcanzar su máximo potencial colectivo. En varios partidos, quizás en la mayoría, fue superado por sus rivales en varios pasajes de los compromisos. Creo que también ahí surgió una de las claves del campeonato obtenido: Uruguay pegó en momentos claves. En el 3 a 3 contra Argentina, cuando nos costaba generar peligro, cada vez que los botijas pisaban el área había peligro. En el 3 a 0, también frente a la albiceleste pero en el hexagonal final, ellos dominaban pero tras la expulsión de Belmonte la Celeste se adueñó del partido y no lo soltó más.
También pasó contra Brasil. Sufrimos el primer tiempo y los primeros 10' del complemento. Pero de la nada apareció una "bomba" de Amaral, cuando el gol compatriota no se veía por ningún lado y el equipo de Coito pasó por arriba a la "verdeamarela" en los últimos 35 minutos de partido hasta darlo vuelta.
Como señalaba anteriormente, hubo pasajes del campeonato en donde el nivel colectivo estuvo a la altura de las expectativas y en otros tantos no. Por eso, más allá de los resultados, siempre pedimos más de estos jugadores independientemente de los resultados. Sin embargo, cuando el fútbol no aparecía por combinaciones, circuitos o microsociedades, siempre pero siempre algunas de las excelentes individualidades que tiene esta selección mostraba su categoría.
Mele fue en lineas generales un portero muy seguro que transmitió esa sensación al resto del equipo. Agustín Rogel fue el bastión de la defensa y del equipo. Tiempista, guapo e impasable en algunos partidos. Facundo Waller fue el más parejo y regular del torneo. Jugó bien siempre y en una función mucho más asociada a la contención que a la creación, dando equilibrio a su sector. Pero una de las claves del campeonato fue el ingreso de Carlos Benavidez en la mitad del campo. Le dio otro balance al equipo que no tenía en los primeros partidos. Además de liberar a Waller le permitó a Rodrigo Bentancur transformarse en uno de los mejores volantes del torneo cuando su inicio no había sido bueno.
Es imposible no hablar de Rodrigo Amaral y Nicolás De La Cruz, quienes no tengo dudas fueron los mejores futbolistas del certamen. De La Cruz fue la gran manija del equipo. El que aparecía cuando no funcionaba lo colectivo. La pide siempre. No se esconde y le sobra talento. Asistió a sus compañeros pero también hizo goles. Rodrigo Amaral es el "distinto" de esta selección. Con una jerarquía difícil de encontrar en jugadores de su edad. Cuando le llega la pelota la convierte en peligro para el rival. Y aunque no podemos dejar de decir que da ventajas desde lo físico, jugó muchísimos minutos en gran nivel y anotó goles tan lindos como importantes.
Este titulo es cien por ciento de los jugadores y el cuerpo técnico que se lo ganaron en la cancha y en la preparación. A ellos mis felicitaciones y admiración eterna por la entrega, coraje, sacrificio, talento y humildad.
No todo está BIEN cuando se gana. No es bueno decir que SI a todo aunque el resultado sea bueno. Existieron fallas, errores, malas decisiones, partidos negativos, juego poco convincente. Pero nada de eso borra las virtudes y aciertos aquí manifestados.
Nada es casualidad, ¡todo es causalidad! Esta generación que alcanzó la gloria que otras no pudieron, es parte de un proceso de selecciones encabezada por Tabárez. Un proceso serio y ordenado donde la selección nacional verdaderamente se transformó en prioridad. Un proceso con una organización digna de los mejores modelos del exterior. Con un perfil muy marcado de futbolistas elegidos por su capacidad deportiva pero que tienen que tener muchas cosas más. Coito es una pieza fundamental de todo esto. Con más de 200 partidos dirigiendo a las selecciones formativas de Uruguay. Logrando muchos objetivos que van más allá de si una pelota entra o no. Pero también es cierto que con títulos todo se valora mucho más y el obtenido hace horas pone bien en alto su trabajo.
Otra vez no se dio en la "fácil" (contra Venezuela), esperamos la difícil. Contra el local, con su gente, con la altura, con la soga al cuello para gritar más fuerte que nunca ¡CAMPEÓN! ¡¡URUGUAY NOMÁ!!