Por Juan Esmoris (@JuanEsmoris02)

El equipo que dirige Alejandro Apud ofició de local en el Gran Parque Central para lo que fue el primer partido internacional de la institución rojiverde en su historia, acompañado de un marco de público cercano a las 1000 personas.

Pitazo de Andrés Rojas y la pelota rodó en cancha de Nacional. Boston River tomó la pelota y buscó por abajo pero en un abrir y cerrar de ojos, con sólo dos minutos de juego, apareció una corrida del delantero colombiano William Palacios que picó la pelota ante la salida de Adrián Berbia y decretó el sorpresivo 1-0 parcial para los incaicos.

De todas formas, la angustia de los hinchas de Boston River fue erradicada seis minutos después, ya que luego de un córner, apareció el zaguero Joaquín Pereyra con una bolea tremenda para poner el empate transitorio.

Varios minutos pasaron, con el local dominando e insistiendo permanentemente sobre el arco de Rosales pero sin eficacia, hasta que tras un remate de Sosa que detuvo el portero de "Las Águilas";, Pereyra nuevamente aprovechó ese rebote y puso el 2-1 a los 43 minutos de cotejo.

Cuando el primer tiempo parecía irse con ventaja mínima Boston River, un error grosero del defensa Kike Rodríguez, que despejó un balón hacía atrás que terminó en el fondo de su propio arco, le permitió al elenco uruguayo convertir dos goles en poco más de sesenta segundo y decretar el 3-1 final.

Durante todo el segundo tiempo, el equipo de Apud mereció mucho más y tuvo algunas situaciones muy claras. Muchas de ellas fueron remates desviados, un remate en el palo de Foliados y otras detenidas gracias a buenas intervenciones de Rosales.

Sin embargo, el portero de Comerciantes Unidas, tuvo una chance inmejorable de descontar, ya que tuvo un penal en sus pies en el minuto 83, luego de que Pablo Álvarez cometiera una infracción sobre Palacios, pero el remate fue muy desviado yéndose por encima del horizontal.

De esta manera, Boston River se quedó con un buen triunfo pensando en la vuelta (dentro de 90 días), con un sabor un poco agrío porque pudo convertir algún gol más, pero a su vez dulce, ya que sobre el cierre la ventaja de dos goles se pudo haber achicado.