Sin fútbol y sin Mundial
Luego del título conseguido en el Sudamericano Sub 20 obtenido hace un par de semanas, Uruguay Sub 17 no pudo repetir. Dos derrotas y un empate provocaron la pronta eliminación del certamen juvenil.
Por Oscar Belo (@OscarBelo)
La selección uruguaya Sub 17 quedó eliminada en primera ronda del torneo continental, donde uno de los objetivos a alcanzar era la clasificación al mundial de la categoría a disputarse en India. Pero lamentablemente el sueño juvenil quedó trunco mucho más rápido de lo esperado, tras no obtener triunfos en 3 partidos disputados.
La celeste se mostró débil defensivamente a lo largo del campeonato, pero sobre todo en los 2 juegos iniciales ante Ecuador y Colombia. La figura táctica elegida por el entrenador Alejandro Garay fue defender con línea de 3 en el fondo. El equipo, en esos duelos ante Ecuador primero y Colombia después, nunca se sintió cómodo con esa manera de pararse en la cancha. En esos 180 minutos la mayoría de las chances de gol generadas por los rivales se originaron por los costados, donde Uruguay nunca encontró la fórmula para evitarlo. Fue contra Colombia donde más lo padeció el combinado nacional. Aunque siempre es importante la "forma", la "manera" de jugar, hay momentos donde se puede variar un poco la idea cuando las cosas no salen. Sin embargo, Uruguay no cambió y sufrimos constantemente cuando nos atacaban por las bandas.
Claramente lo mejor del equipo de Garay fue de mitad de cancha hacia adelante. Sin ser una máquina, algunas individualidades mostraron ser determinantes para generar peligro. Pero ahí aparece otra debilidad de está selección, ya que le costó mucho culminar los avances peligrosos. Los números son claros, tan solo 2 goles en 3 partidos. Uno de ellos anotado por Owen Falconis frente a Colombia en el que hubo mucho mérito del futbolista pero no fue producto de una combinación colectiva o circuito de juego.
Dejo el partido frente a Chile para un análisis especifico de esos 90 minutos. En un contexto normal, el empate ante los locales nunca es malo. Sin embargo, en esta ocasión, al acumular 2 derrotar previas, la igualdad fue el desenlace de la eliminación. De todas formas, en ese juego ante "la roja" se vieron los mejores minutos celestes. Uruguay fue superior a su rival durante varios pasajes del encentro, aunque vale reiterar que nunca alcanzó un rendimiento colectivo de excelencia. A pesar de ello, el equipo de Garay tomó la iniciativa, corrigió por momentos las falencias defensivas, se las ingenió para generar chances de riesgo pero le faltó puntería y quizás jerarquía a la hora de la definición. Eso lo pagamos muy caro, ya que cuando el tramite estaba más para el 2 a 0 a favor que para el 1 a 1, Chile encontró mediante una jugada aislada, tras errores en la salida defensiva, la fórmula para empatar casi en el final del partido.
No es el 1 a 1 ante Chile lo que nos elimina, sino las 2 derrotas y malos rendimientos anteriores. Pero hay que ser muy claros y cautos. Se trata de chiquilines de 16 y 17 años que están en una categoría formativa donde el resultado no siempre es lo más importante, o al menos no es lo único. No hay que descartar ni condenar a esta generación de futbolistas bajo ninguna circunstancia. Tienen mucho tiempo por delante para demostrar que están a la altura y ojala tengan revancha pronto.
De la misma manera y con la misma convicción hay que decir, sin temores, que esta eliminación tan tempranera es un fracaso deportivo. Lo es, ya que no se lograron los objetivos con los que viajó esta selección.
Sin condenas, sin etiquetas, sin juicios apresurados. A veces se gana y a aveces se pierde. Esta vez tocó perder sin mostrar demasiado desde el punto de vista futbolistico. Pero tranquilos chiquilines... ¡VAN A TENER REVANCHA!