Opina Ã"scar Belo - Peñarol

Cocha-bamba y baile

Cocha-bamba y baile
Javier Calvelo

El sueño del debut de Peñarol en la Copa Libertadores se convirtió rápidamente en una pesadilla. Jorge Wilstermann goleó 6 a 2 al "mirasol" y deja muy herido al equipo de Leonardo Ramos de cara a la actividad local y la continuidad del certamen continental.

Por Óscar Belo - (@OscarBelo)

Las horas previas al encuentro entre Jorge Wilstermann y Peñarol ya no fueron las deseadas por todos los que conforman el mundo "aurinegro". La suspensión de Cavallini por 4 partidos impuesta por Conmebol y que tomó por "sorpresa" a los dirigentes comenzó a complicar en la antesala de un partido que Peñarol debía ganar, o al menos empatar,  para empezar pensando en grande en esta Libertadores.

El resultado fue contundente. Tanto, que es la tercera vez en muchísimos años de historia de este torneo en el que Peñarol recibe 6 goles. Pero, tal vez, más preocupante resultó el rendimiento del equipo "carbonero" que en ningún momento mostró la solidez del partido frente a Wanderers.

En el primer tiempo el equipo uruguayo no mostró casi nada y fue muy frágil defensivamente,  alaramante en esa faceta del juego. La mitad de la cancha no supo cómo jugar el partido. Quedó en un estado intermedio en el que nunca se decidió a atacar pero tampoco colaboró con la línea de cuatro final a la hora de defender. Muchas veces, cuando algún futbolista del club boliviano tomaba la pelota, sobre todo Santos, encaraba de frente a la última zona y difícilmente más de un volante de Peñarol pasara la línea de la pelota quedando siempre de atrás a la jugada. Y en ataque la situación no fue diferente. No solo le costó mucho generar peligro sino que además las pocas chances que tuvo no las pudo convertir.

En ese primer tiempo Peñarol fue desprolijo tácticamente, desordenado, desequilibrado y débil en casi todo el trámite. A medida que fueron llegando los goles se fueron intensificando las falencias del equipo. Las mismas fueron aprovechadas por los bolivianos que se filtraban por todos lados, que tenían más la pelota y que muchas veces por los costados generaban problemas. El 3 a 0 con el que terminó el primer tiempo dejaba bien en claro que por el mismo camino era muy difícil, no solo revertir, sino también no recibir más goles.

Para la segunda parte algunas cosas cambiaron. Ya estaba en cancha Nicolás Dibble, quien le dio otra dinámica a la ofensiva carbonera. Y aunque no duró mucho, durante algunos minutos el equipo se mostró algo más compacto, con las líneas más unidas y con transiciones de defensa a ataque que alentaban la idea de poder llegar al descuento. De a poco Wilstermann volvió a acomodarse, pero en ese pasaje del juego el equipo de Leo Ramos anotó 2 goles. Ambos convertidos por Gastón Rodríguez que dejaban a Peñarol cerca en el resultado pero no tanto en rendimiento. El segundo de Gastón fue en un momento clave ya que con el partido 3 a 1 y con Peñarol intentando llegó la expulsión de Boselli. El ex Juventud entró a los 61 y vio la roja a los 66. Cometió 2 faltas en 5 minutos, ambas castigadas correctamente con tarjeta amarilla que lo dejaron fuera del partido de manera infantil. Cuando parecía que otra vez se venía la noche fue que llegó el segundo gol de Gastón Rodriguez. A esa altura ya estaban 10 contra 10 puesto que a los 55' había sido expulsado José Ríos también decretada correctamente por el juez.

De todas formas, Peñarol no se acomodó más en la cancha y el juego empezó a parecerse al del primer tiempo. Con la intención de buscar el empate, quedaban espacios por todos lados en defensa que otra vez capitalizó J. Wilstermann. Así llegaron 3 goles más de los Bolivianos que le pusieron el sello a un 6 a 2 doloroso, complicado de digerir y a su vez histórico. 

Fue un pésimo arranque del club "aurinegro" que llegó con toda la ilusión y que vuelve a Montevideo con un golpe inesperado. Que la derrota estaba dentro de las posibilidades es indudable, entre otras cosas por los 2500 metros de altura de la ciudad de Cochabamba. ¡Pero hay formas y formas! Y de la manera que perdió el equipo uruguayo es lo que realmente preocupa.

Nada está perdido en la búsqueda de la clasificación, pero sin dudas el margen ya se acorta desde el arranque. Peñarol debe enfocarse en ganar sus partidos en condición de local y rescatar puntos en los dos juegos que todavía le quedan como visitante. De otra forma será difícil pensar en grande en esta edición de la Copa Libertadores.