VAR-ados en la Tecnología
La aplicación de la tecnología -a través del video arbitraje- en algunos torneos importantes, ha generado como consecuencia un sinfín de opiniones encontradas. Lo que falta saber es si llegó para quedarse o luego de estos ensayos quedará descartada. Mi parecer sobre el VAR en la siguiente columna.
Por Óscar Belo - (@OscarBelo)
La gran explicación que se ha dado para implantar este sistema es llegar a la justicia deportiva o, al menos, acercarse lo más posible. Pero en el camino nos olvidamos que el error humano forma parte del fútbol. Claro que a nadie le gusta ser perjudicado, pero es indudable que la polémica, a raíz de equivocaciones arbitrales, es parte del día a día de este maravilloso deporte.
La inmensa mayoría estamos de acuerdo con la justicia deportiva y aspiramos a que se pueda dar. Pero entiendo que esa justicia debe estar proporcionada por los actores que están dentro del campo para impartirla. Si hay jugadas que no son observadas por el juez central, los asistentes, el cuarto árbitro e, incluso -como sucede en algunas competencias-, tampoco lo perciben los jueces que están detrás de los arcos, no veo con buenos ojos que se sancione a través de otro referí que se encuentra en una sala de videos. Lo que no se ve no debe sancionarse. Muchos se agarran de este punto para decir que es un terreno fértil para que empiecen a jugar las malas intenciones o situaciones de arreglo de partidos. Pero, incluso cuando se aplica el VAR, siguen existiendo dudas en muchas de las jugadas que se han dado en los últimos partidos, tanto del Mundial Sub 20 como en la Copa Confederaciones. Es decir, aquellos que imaginaban que este sistema sería de alguna forma "la última palabra";, para determinadas situaciones de juego se han equivocado y la realidad ha demostrado que no es tan así.
Luego, podemos también ingresar en el terreno del tiempo que requiere la utilización de este tipo de tecnología en los partidos. Si hay un gol, un equipo festeja, pasan varios segundos y recién ahí notifican al árbitro o el mismo solicita ayuda, se desnaturaliza el deporte y la jugada. Es totalmente anti futbolístico observar planteles enteros durante varios minutos aguardando por la decisión final del juez, ya sea para confirmar o ratificar lo sancionado inicialmente. Le quita espontaneidad a los protagonistas y, por supuesto, a los hinchas. También, se puede dar que, en el tiempo que se demora la notificación de una jugada dudosa, el otro equipo convierta un gol. Por ende se debe volver atrás, dejar de lado el gol o el ataque del equipo "A"; para cobrar un penal a favor del equipo "B";, como pudo haber pasado, por ejemplo, en el partido entre Italia y Uruguay por el Mundial Sub 20.
Resulta obvio que a lo largo de la historia se han dado casos de corrupción en el fútbol. Entonces habrá que trabajar en formar dirigentes honestos y capaces, educar a los futbolistas para aceptar la derrota y, sobre todo, seguir afinando el trabajo sobre los árbitros para reducir el error involuntario del hombre lo más que se pueda.
Desde mi punto de vista, la tecnología debería ser utilizada en 2 situaciones muy puntuales: si fue gol y en actitudes antideportivas. En cuanto a lo primero, me refiero a que debería utilizarse para determinar si la pelota cruzó totalmente o no la línea de gol. Es muy saludable que se aplique en este tipo de casos por la repercusión que puede tener en el resultado si no se acierta en la apreciación inicial del árbitro. En cuanto al segundo caso, hablo de cuando hay actitudes antideportivas que escapan a los ojos de los árbitros que están dentro del campo, llámese agresión de un futbolista a otro (caso Zidane-Materazzi en el Mundial 2006, por ejemplo, o Suárez-Chiellini en 2014).
En el resto de las jugadas, si se aplica en todas las que se dan en un partido, estaríamos ante el inicio de un nuevo deporte. Los jugadores ya no sabrán si festejar o no, la autoridad de los jueces de campo quedará en segundo plano, los mismos árbitros pueden "descansarse"; en que el sistema de video les avisará ante un fallo, y, principalmente, será una denuncia demasiado grande de que, como sociedad del deporte, hemos perdido una batalla enorme que es la de no aceptar el error humano como parte del fútbol. Si no somos capaces de aceptarlo, no habrá ningún sistema de video, por más caro y preciso que sea, que pueda solucionar un problema que está instalado en cada uno de nosotros.