¿Sir Edward "Ferguson" Acevedo?
Presentamos la sección Círculo Central, una columna de Guillermo Trasante. En esta ocasión, el tema es Eduardo Acevedo.
Por Guillermo Trasante
Como jugador fue campeón de América con Uruguay en 1983, siendo titular en las finales que la selección jugó (cuando por ese entonces la copa se disputaba sin sede fija) ganando 2 a 0 en la ida en Montevideo, e igualando 1 a 1 en la vuelta en Brasil, significando para la celeste su segunda vuelta olímpica por un título oficial en tierras norteñas. Tres años después vistió la celeste en el mundial de México 1986.
Era zaguero y nació futbolísticamente en Defensor, debutando un año después de aquel que marcó al violeta y a la mismísima historia del fútbol uruguayo. Jugó en Defensor de 1977 a 1986 cuando emigró a Deportivo La Coruña en España. Estuvo una temporada allí y se mudó para México, jugando para los Tecos de Guadalajara. Retornó a Uruguay para jugar en Racing en 1990 y 1991. Volvió a emigrar, esta vez a un destino muy exótico para la época: Japón. Se enroló en el Toshiba SC. Un año después, ya en 1993, retornó al Uruguay donde jugó sus últimas tres temporadas para equipos diferentes: Fénix y Rentistas en la B y Sud América en la A. Con los buzones fue parte de aquella histórica clasificación a la extinta Copa Conmebol y alcanzó a jugar aquella llave internacional en la que los anaranjados, dirigidos por Julio Ribas, hicieron historia al superar a Gimnasia y Esgrima de La Plata cayendo en el bosque 1 a 0 pero vengándose en Paysandú con una inolvidable goleada de 4-0 a quien llegaba como vicecampeón argentino y que tenía un equipazo con figuras como el arquero Noce, el lateral uruguayo Guillermo Sanguinetti, Andrés Guglielminpietro, el "Pepe" Albornoz, y los mellizos Gustavo y Guillermo Barros Schelotto, hoy dupla técnica de Boca Juniors. Ese equipo de Gimnasia era entrenado nada menos que por Carlos Timoteo Griguol. En los buzones se retiró como futbolista y en los buzones, un año después, tras el descenso anticipado por deudas económicas que le impidieron continuar presentándose en primera división, inicia Eduardo Acevedo su periplo como director técnico, aquella vez en la segunda división.
Ya desde el comienzo sus virtudes para la dirección técnica fueron evidentes, tanto así que dos años después vuelve al club que lo vio nacer como futbolista, ahora estrenándose en la máxima categoría como DT. En aquel 1998, Eduardo hizo un correcto Apertura posicionándose en cuarto lugar, pero un discreto Clausura lo condenó a la mitad de tabla en la anual. Entre 1999 y 2001 dirigió tres temporadas a Deportivo Maldonado en primera división manteniendo la categoría pero figurando siempre de mitad de tabla hacia abajo.
Su primera experiencia dirigiendo en el exterior no fue buena. Fue en México, siendo técnico de un equipo que solamente jugó esa temporada en primera división e incluso desapareció. Se llamaba Gavilanes de Nuevo Laredo y había más uruguayos, entre ellos el arquero Robert Siboldi. Continúa en México hasta 2007 con poca suerte. Dirige a los Tecos en dos oportunidades y en el medio al Monarcas Morelia.
Vuelve a Uruguay y en la temporada 2008-2009, haciendo un gran Clausura se mete en la Liguilla Pre-Libertadores y se alza con el título en calidad de invicto, clasificando a los villeros al máximo certamen de clubes del fútbol continental. Eso le vale la contratación en Nacional para la temporada 2009-2010. Con los tricolores gana el Torneo Apertura con 7 puntos de ventaja sobre Liverpool pero queda cuarto a 16 unidades de Peñarol en el Clausura, en aquel cuasi perfecto torneo de Diego Aguirre al frente de Peñarol. Tras ganar la semifinal -derecho por obtener el primer torneo del año- con 2 goles del "Morro" García a Peñarol, pierde en las finales ante los aurinegros con una derrota y un empate.
Vuelve a los Tecos de Guadalajara y no le va bien, lo cesan en septiembre de 2010. Retorna a nuestro país y dirige Danubio posicionándolo en mitad de tabla. En 2012 dirige por primera vez en Argentina, lo hace con Banfield. Fue su peor campaña. Termina descendiendo de categoría en su primera temporada.
Por unos años se retira de los entrenamientos y vuelve recién en la temporada 2015-2016 a dirigir a Cerro. El refrán dice que segundas partes nunca son buenas, pero en él no se cumplió. Volvió a clasificar a Cerro a la Copa Libertadores, siendo tercero en la tabla anual, debido fundamentalmente a un muy buen torneo Apertura donde quedó tercero muy cerca de Peñarol y Nacional.
Esa gran actuación en Cerro le valió una nueva consideración en su casa. Defensor Sporting lo volvió a llamar para dirigir y tratar de encausar el rumbo ya que el violeta venía de una magra temporada. Es así que el 21 de febrero de 2016, un par de días previos a jugarse la tercera fecha del Apertura, asume como técnico del tuerto, sucediendo a Juan Tejera y permaneciendo en el cargo hasta nuestros días con buenos resultados que vamos a exhibir a continuación.
10º Clausura 2015/2016 PJ: 13 (G:6-E:3-P:4) 21 puntos GF: 22 - GC: 24
En esa campaña en la que asumió horas antes de jugar ante Peñarol con quien cae derrotado por 5 a 1 en el Centenario, pierde de local en el Franzini 4-2 ante Nacional pero vence a Danubio en el Parque Rodó por 3-2.
4º Uruguayo Especial 2016 - PJ 15 (G:7-E:4-P:4) 25 pts GF: 22 - GC: 15
En ese campeonato especial derrota a los dos grandes. Vence 3-2 a Nacional en el Franzini y a Peñarol 2-0 en el Campeón del Siglo. Con Danubio iguala sin goles en condición de local.
Campeonato Uruguayo 2017
Se consagra campeón del Apertura PJ: 15 (G:11-E:3-P:1) 36 pts GF: 25 - GC: 13
Le gana 2 a 0 a Danubio en Jardines por la fecha 5, empata 2 a 2 con Peñarol en el Franzini y vence 3 a 2 a Nacional también en el Franzini.
INTERMEDIO PJ: 8 (G:5-E:2-P:1) 17 pts GF: 15 - GC: 8
Gana de forma invicta la serie A del flamante Torneo Intermedio sobre Peñarol, dejándolo afuera y ganándole -la última fecha y definitoria para ambos- 3 a 2 el 8 de julio de 2017 un partido épico en el Campeón del Siglo con 9 futbolistas violetas contra 11 aurinegros.
Sin embargo cae derrotado en la final jugada en el Centenario 1-0 ante Nacional, que llegaba como ganador de la serie B.
2º Torneo Clausura con 33 puntos a 9 de Peñarol - PJ: 15 (G:10-E:3-P:2) 33 pts GF: 27 - GC: 17
Le gana 1 a 0 a Danubio en el Franzini, pierde 3 a 1 con Peñarol en el Campeón del Siglo, y empata con Nacional 1 a 1 en el Parque Central eliminando al tricolor de las finales.
Empata en la anual con Peñarol y pierde de éste en la hora la definición de esa tabla y con el mismo equipo aurinegro cae días más tarde en la final del uruguayo 4-2 por penales, tras igualar en los 120 minutos de juego reglamentario con las prórrogas incluidas.
APERTURA 2018 Va 3º PJ: 12 (G:7-E:3-P:2) 24 pts GF: 23 GC: 15
JUGÓ: 80 PG: 46 PE: 19 PP: 15 GF: 134 GC: 93 Saldo: + 41
A los partidos jugados en torneos regulares sumamos las derrotas ante Nacional (0-1) en la final del Intermedio, y ante Peñarol (0-1) en la disputa de la tabla anual. La final del uruguayo la computabilizamos como un empate en tiempo reglamentario.
Acevedo ganó desde que está en su segunda época dirigiendo a Defensor el 57,5% de los partidos jugados, perdiendo solamente el 18,75% de los encuentros disputados. Obtuvo en los torneos domésticos, el 65% de los puntos disputados.
¿Cómo le fue ante los grandes y frente a Danubio, sus rivales principales?
En partidos de fases regulares:
Contra Peñarol: Jugó 5 (G:2-E:1-P:2)
Luego en finales perdió la disputa de la Tabla Anual y empató en 120 minutos de la definición del campeonato, cayendo luego en la tanda de penales.
Contra Nacional: Jugó 5 (G:2-E:1-P:2)
Además perdió la final del Intermedio con los tricolores.
Contra Danubio: Jugó 5 (G:3-E:1-P:1)
Torneos Internacionales
Jugó con Defensor Sporting la Copa Sudamericana de 2017, cayendo eliminado en la primera llave con Liga de Quito con quien igualó a 2 de visita pero con quién perdió 2 a 1 de local. En esta temporada lleva tres encuentros disputados por el Grupo A de la Copa Libertadores.
PJ: 5 PG: 1 PE: 2 PP: 2 GF: 8 GC: 8
Promoción de futbolistas, juego al límite y muy polémico
Analicemos más allá de los números el proceso de los Acevedo (Eduardo técnico y su hermano Alejandro asistente) al frente del equipo violeta.
Desde el punto de vista del juego Defensor ha tenido un sello distintivo. Apelar constantemente a su cantera y protagonizar encuentros aguerridos, jugados al límite de lo reglamentario. Para ello recurrió al buen estado físico de sus futbolistas más jóvenes y el hambre de gloria, mostrándose rebeldes y temperamentales. Y lo amalgamó con futbolistas más experientes pero de carácter como pueden ser Guillermo Reyes en el arco, el "Coto" Correa en la zaga, el "bochita" Cardacio en la mitad de la cancha y un enlace que Acevedo conoce y mucho por su relación parental y por haberlo dirigido también en Cerro y Nacional: Matías Cabrera. En su figura táctica ha sido cambiante según la instancia ya sea por características del rival o la situación de juego planteada, aunque justo es decir que la mayoría de los partidos de entrecasa los planteó con una línea de tres integrada por Correa de base con Maulela y ahora Goñi y antes Lamas por izquierda, sumando dos carrileros con mucho despliegue por las bandas como sin dudas fueron Mathías Suárez y Mathías Zunino antes, ahora Ayrton Cougo. Jugadores que lo mismo llegaban a cerrar para conformar una línea de 4 o hasta de 5, o aparecían como extremos además cambiantes entre sí de sector en ataque. Las variantes sin cambiar jugadores que Defensor utilizó en cancha le llevaron a sorprender a sus rivales y por ejemplo adjudicarse el Torneo Apertura del año pasado. Tuvo futbolistas en ataque determinantes, centrodelanteros como Maxi Gómez o Carneiro -ambos ya emigrados al exterior- de llegada al gol pero además de un juego desequilibrante, y cuando no los tuvo apeló al juego de equipo y a las múltiples estrategias para llegar al gol en varias oportunidades a través de mediocampistas e incluso zagueros. Zunino y Bueno resultaron pilares en los ataques de Defensor. Nacional que fue víctima de sus grandes labores los adquirió para su plantel. Gómez ya no estaba y Carneiro había surgido pero su pubalgia no le permitió muchas veces estar al 100%. Y entonces comenzaron a surgir botijas de las inferiores con muy buena proyección. Facundo Milán, un chico de 16 años que debutó una tarde y convirtió dos goles haciéndole ganar un partido chivísimo a Defensor en Colonia ante el aguerrido Plaza que peleaba la permanencia. Ya por ese entonces habíamos descubierto a un jugador bajo de estatura pero con mucha gambeta y muy atrevido como el delantero Pablo López, o vimos aparecer con algunas cosas llamativas a Beltrame por una de las bandas. Para no perder la costumbre hace algunos días Acevedo puso en cancha otro botija de 16 años que tuvo un muy auspicioso estreno ante Liverpool: Emiliano Gómez. Todo eso es un patrimonio que a Defensor le reporta muy buenos dividendos.
Es cierto que los dirigidos por Acevedo juegan al límite de lo reglamentario. Un juego por momentos áspero basado en marca recia cuando no se tiene la pelota. Ha sufrido muchísimas expulsiones, siendo líder en este rubro en los últimos tiempos. Y no es casualidad, también es parte del sello de Acevedo. Les ha impreso determinación y personalidad para jugar cada minuto. Posee un vértigo extremo en cada partido y muchos encuentros se han vuelto de alto voltaje por la dinámica del juego y este carácter fuerte de personalidad al que el futbolista violeta no renuncia durante el trámite. Sin duda que así perdieron muchos futbolistas, pero seguro ganaron más partidos.
Acevedo se ha curtido como director técnico. Ha tenido buenas conquistas pero también ha sabido morder el polvo del fracaso y en plural. Las derrotas vuelven más poderosos a los hombres inteligentes porque las utilizan de puentes hacia el éxito, tras ese andar del tiempo que algunos saben acaudalar en experiencia. En Acevedo el trajín de 22 años como DT le han dotado de ese carácter fuerte que en ocasiones resulta polémico. Sabe que si no juega así los partidos ante los grandes o incuso con su rival especial Danubio, sucumbe. Acevedo ha sabido poner a Defensor entre ceja y ceja de cada hincha de Nacional y Peñarol. Al fin de cuentas está en consonancia con lo que ha sido la historia de Defensor desde aquella histórica vuelta olímpica al revés de 1976 al presente. No es casualidad, porque el creció en las huestes de esa hazaña, es hijo de la rebeldía de aquél cuadro chico que se agigantó poniendo de rodillas a los campeones de América y del mundo. Eduardo mismo ha declarado infinidad de veces lo afortunado que se siente de haber sido subido a primera por el entrenador que lo marcó ya desde sus inicios: el profesor José Ricardo De León, gestor de la hazaña que modificó el ADN violeta para siempre.
La bronca de los hinchas de los grandes a Acevedo y su equipo puede si la analizan mutar al respeto. ¿Porque? Pues porque Defensor ha sido en casa lo que los grandes han sido fuera de fronteras. Desfachatados, temperamentales, jugando al límite, dueños de esa viveza criolla de la que tanto nos jactamos en defensa ante los poderosos, y que naturalmente repudiamos cuando nos sentimos víctimas. La historia grande del fútbol uruguayo está escrita con mucha garra. Y con alguna viveza también. Y muy festejada hasta hoy por cierto, como aquél "limonazo" de Venancio Ramos en un tiro libre peligroso sobre el final que tenían los chilenos en el Centenario y que pudo dejarnos afuera del mundial de México 86.
Sin embargo, fuera de la competencia, Eduardo inculca a sus botijas todo lo contrario. A estudiar, a ser respetuosos, a crecer más allá del fútbol. A crecer en la vida. Sabe que el fútbol no es más que un juego, un juego en el que muy pocos elegidos ganan, algunos empatan y la mayoría pierde pero que no obstante se ha transformado en su vida. Está en su mejor momento, y tal vez en su lugar en el mundo. Su casa. La que lo vio nacer como profesional. En ella le está yendo muy bien. Conoce su idiosincrasia como buen hijo pródigo de los violetas y como uruguayo al fin. Podríamos decir que es de los últimos representantes de una estirpe de futbolistas y técnicos en extinción. Pero lejos de ser anticuado ha puesto en escena una interesante mixtura entre el fútbol moderno y valores de la vieja escuela. Tal vez sea su "secreto".
¿Estamos ante el "Ferguson" de los violetas? No sería tan descabellado Sir Edward Acevedo.