"Tabárez y el medio: esa es nuestra revolución"
En esta edición de Círculo Central, el foco se ubica en la selección uruguaya, y más precisamente en el medio campo. El análisis detallado de ese sector tan importante para el fútbol en la columna de Guillermo Trasante.
Por Guillermo Trasante
En unas cinco semanas, Uruguay debutará en el campeonato del mundo de Rusia.
Lo hará enfrentando a Egipto con la mega estrella "championizada" Salah. Un jugador muy talentoso, en el pico más alto de su carrera.
Si es por talentosos, los uruguayos tenemos una de las duplas delanteras más poderosas del mundo. Los salteños Suárez y Cavani son dos de los mejores jugadores del orbe y militan en dos clubes de los más prestigiosos de las ligas europeas.
A poco de conocer la lista de 23 de Tabárez, nos gustaría emitir algún concepto futbolístico de cara a la contienda máxima:
- Es claro que para que Uruguay logre un buen rendimiento en Rusia debe apelar al colectivo. Puede haber una o dos estrellas que sean las determinantes pero no se puede llegar lejos si el equipo no funciona como tal.
Y eso el "maestro" lo sabe muy bien, pues sin duda la solidaridad y el sacrificio de sus equipos han sido su sello distintivo, tanto que muchas veces se le ha acusado a Tabárez de realizar planteos conservadores que arriesgan poco. Es cierto que en el proceso uno puede agarrar partidos en los que el juego no lució a la vista pero resultó efectivo, y también es cierto que hubo enfrentamientos en que ni brilló ni fue efectivo.
Aunque sobre estos últimos para ser sinceros fueron no muchas veces. El fútbol es un juego con múltiples bibliotecas, sin embargo el "maestro" es fiel representante de la mística celeste y un estilo de juego que nos ha llevado a los grandes logros dentro y fuera de casa.
Cuando yo empecé en esto del periodismo de fútbol, recuerdo al querido e inolvidable "Lalo" Fernández decir en los micrófonos radiales que los equipos se armaban de atrás para adelante. Es decir, todo equipo uruguayo con pretensiones debía establecer su prioridad en la defensa.
A partir de allí construir un conjunto batallador, que pueda ser capaz de ofrecer buena marca y resistencia, y al mismo tiempo sepa aprovechar las situaciones que genere Uruguay.
Si uno va a la historia, es evidente que tiene que ir al encuentro de grandes jugadores, definidores y muy talentosos para la obtención de grandes conquistas, pero más claro es que tanto a la celeste como a los clubes uruguayos la marca concentrada, el juego colectivo y el máximo rendimiento de sus piezas son los factores que han establecido la diferencia por las cuales muchas veces los uruguayos hemos superado a equipos que por su virtuosismo futbolístico eran más poderosos.
Es lógico suponer que usted entienda perfecto que tal vez no esté mal ser conservador a ultranza a la hora de enfrentar a las más poderosas selecciones del mundo, pero sin embargo muchas veces al uruguayo le cuesta el hecho de observar que ante selecciones de escaso poderío que en los papeles son menos que Uruguay, la selección aplica el molde y sale a "meter" y correr y trancar, sin jugar lindo o más y mejor que el rival.
Ahora, vayamos a la cuestión de nunca acabar:
¿Qué significa jugar bien al fútbol? Para mi jugar bien es buscar siempre la victoria por el método más conveniente a las posibilidades que ofrece el plantel. El plantel pero visto desde el colectivo y no desde las individualidades. Y usted me puede decir pero le jugamos igual a Venezuela y Bolivia que lo que mañana puede ser ante España, Alemania u otras.
No creo que sea tan así, aunque algo de eso es verdad hay. Y eso lo explica el libreto madre. Si usted hace culto a una defensa ordenada, a un juego de salida rápida y vertical para lastimar, difícilmente vaya a variar en demasía la estrategia, independientemente del equipo que se plante enfrente.
Si usted quiere vencer por más goles y con mayor brillantez a selecciones supuestamente más débiles, puede elaborar un libreto madre más agresivo permitiéndose quizás descuidar algo más el sector defensivo.
Pero si esa es su elección estratégica madre, es probable que ante selecciones de un poderío mayor, e ir contra esto se me ocurre es un absurdo ya que nadie puede negar que por diversas cuestiones hay grandes selecciones que son más que Uruguay, usted corra el riesgo de que en los partidos que vaya a definir los torneos de importancia caiga con la misma brillantez que lució en los partidos más discretos.
En esta cuestión del ser o no ser, Tabárez se pidió la clásica. Verá después si le agrega fritas, de tomate o rusa. Claramente apuesta al modelo conservador y al sacrificio colectivo que permita a la hora de la verdad, disimular carencias para explotar virtudes.
No obstante a la hora de analizar este plantel debemos coincidir que estamos en el momento más revolucionario de Tabárez a lo largo de su proceso de 11 años en la selección.
La afición le pedía ya hace un buen tiempo una renovación y fundamentalmente en el sector medio de la cancha. Y lo hizo, y de qué forma. En opinión personal este es el mediocampo más "europeizado" o moderno si usted prefiere, que hemos tenido desde que recuerde en la selección. Y por eso me voy a permitir señalar que este equipo se hace desde la mitad de la cancha, pasando luego por la zaga y recién al final por los delanterios que casi desde que nacieron se sabe que son "la dupla" atacante.
Una mitad de la cancha bien a la uruguaya era con el "ruso" Pérez y el "cacha" Arévalo Ríos. Mordiendo los dientes, comiendo los talones del rival y mirando con cara fea. Generalmente acompañados de un 10 que tenía que ser el típico sudamericano con gambeta y centro largo preciso para el cabezazo de algún llanero solitario a la lejanía.
Este mediocampo de Uruguay es histórico. Estará conformado por jugadores que lógicamente pueden también ser agresivos pero tienen la virtud de ofrecer mejores salidas y devoluciones, preferentemente en corto e incluso hasta con otra postura y otro recorrido en cancha. Esa posiblididad se la ofrecen Rodrigo Bentancur, Lucas Torreira y Matías Vecino. Jugadores que tienen en la marca su aspecto más sobresaliente pero son muy dúctiles a la hora de la transición de defensa a ataque.
Y esa es la variante mayor que Uruguay presentará en este mundial. No significa que nos vaya a ir mejor de forma asegurada. Aunque es lógico sembrar, al menos, mejores expectativas.
Si Tabárez se juega con el doble 5 "Vecino-Bantancur" que todo indica que así será, será bien importante decidir quienes serán los volantes por afuera, que puedan ofrecer una salida con llegada por las bandas pero que también puedan ser el primer escudo de los marcadores de punta, que son otros dos a definir también porque, salvo -Dios no permita- algún inconveniente de último momento, está marcado el triángulo final con Muslera, Godín y Josema.
Ya iremos a los laterales pero continuemos por el medio. Por la banda derecha, los dos que vienen jugando han sido Nández y Sánchez. En sus equipos Boca y Monterrey respectivamente vienen alistando en forma permanente y con gran protagonismo.
En la "China Cup" Tabárez colocó a Nández como titular en los dos partidos, en uno Sánchez lo sustituyó para el segundo tiempo, y en la final ante Gales, Sánchez ni entró, siendo Stuani quien lo relevó a Nández pero ya habiéndose dado otras variantes anteriores como por ejemplo la entrada de Torreira para reforzar la marca.
Del lado izquierdo del mediocampo la duda es ¿el "cebolla" Rodríguez o De Arrascaeta? Contra República Checa en la China Cup jugó Giorgian desde el vamos cumpliendo muy destacada labor en el primer tiempo. Luego fue sustituido por Gastón Ramírez que todo indica será recambio. En ese partido "el cebolla" entró de doble 5 como lo viene haciendo en Peñarol, sustituyendo a Bentancur y jugando con Torreira que había suplantado a Vecino.
Sin embargo en la final de la copa amistosa ante Gales, Rodríguez fue titular y por la banda izquierda desbordó e hizo el centro para que Cavani la empujara entrando por el centro del área sobre el rectángulo menor para marcar el gol del triunfo.
De Arrascaeta está haciendo una Copa Libertadores en Cruzeiro extraordinaria y realmente parece lucir en el mejor momento. Con este panorama creo que Tabárez tiene muchas variantes en la mitad de la cancha, de nombres que además le ofrecen distintas posibilidades de ubicación. Seguramente "el maestro" podrá recurrir a modificar nombres y esquemas según la ocasión.
Por ejemplo, en partidos complicados, que no parecen ser los de la serie a priori, Tabárez podría incluso colocar tres mediocampistas de marca como Vecino-Bentancur-Torreira que entregan bien y hasta pueden ofrecer tiro de media distancia y tal vez jugarse a la creatividad de Giorgian como conexión o a la potencia del "cebolla" para sumarse al ataque.
Esa posibilidad de rotación y variantes le da al técnico de la selección la chance de armar un factor sorpresa que puede resultar determinante a la hora de buscar el resultado. Porque está más que claro que Suárez y Cavani serán el foco de atención por el cual se desvivan las defensas rivales.
Encontrar el "hombre C" o el factor equipo como la tercera vía de llegada al gol se me hace puede acabar siendo el mayor crédito en nuestras ilusiones. Así terminó siendo Forlán con su pegada brillante desde afuera del área, tanto con balón parado como en movimiento en Sudáfrica 2010. Esa es la nuestra.
Para terminar con la defensa los zagueros están fijos y hay que ver los laterales.
Cáceres es número puesto. Estando a la orden sanitariamente es una fija Nacional "el pelado". Entonces hay que ver en qué banda lo coloca el DT para saber cual será el otro marcador de punta. Si Cáceres va por izquierda donde Tabárez lo ha utilizado mucho y donde además viene jugando en Hellas Verona, en mi opinión nadie le saca la titularidad a Guillermo Varela.
Si Tabárez colocara a Cáceres por derecha, entonces entre Diego Laxalt o Gastón Silva estaría el marcador de punta izquierdo. Hay que esperar la lista. Y el tiempo, escaso, transcurrir.
Si hoy tuviera que arriesgar cual sería la formación de Uruguay para el debut ante Egipto el próximo 15 de junio diría esta: Muslera, Varela, Godín, Giménez y Cáceres, Nández, Bentancur, Vecino, De Arrascaeta, Suárez y Cavani.