"Hay que ganar cuatro, así que no hay por qué festejar en demasía", aseveró Pablo López con el triunfo todavía fresquito en la noche del viernes en el Palacio Peñarol. Malvín puso la serie 2-0, pero el técnico no quiere aflojar.

"Nosotros seguimos padeciendo el rebote de ataque. Ganamos algunas situaciones de uno contra uno, pero tenemos muchísimo para mejorar en las rotaciones", analizó.

"El juego de Aguada es un juego muy interior, de alto-bajo, hay que rasparse. Me parece saludable para todos que se permita contacto en ambas direcciones. Nosotros tenemos que jugar todo lo físico que los jueces permitan", comentó sobre los arbitrajes y el estilo friccionado de estos partidos.

López se refirió a los aportes de su extranjero McGuire, el que llegó más recientemente al club. "Lo mejor que él tiene es su compromiso. Es un loco sumamente coacheable, hace lo que vos le pedís, cree mucho en su juego. El equipo está teniendo la capacidad de tenerle paciencia y él nos ayuda con su compromiso, sobre todo en el rebote defensivo", resaltó.

"Ofensivamente nos costó fluir bastante. Nuestra defensa es la que nos permite, cuando tenemos baches en ataque, mantener el score y liderarlo. Así fue todo el año", recordó. Por eso López concluyó que: "partido a partido tenemos que mejorar la eficiencia".