Básquetbol de Primera

Santísimo proceso

Santísimo proceso

Malvín no solamente fue campeón por quinta vez en once años, sino que además sigue formando jugadores y haciéndolos crecer. "Pitu" Santiso es ahora otro emblema para los que vienen atrás.

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El playero es sin dudas uno de los clubes de referencia en el trabajo de Formativas, con dos equipos en las principales series del torneo, siendo constante abastecedor de las selecciones uruguayas y teniendo jugadores jóvenes muy requeridos en el torneo de ascenso.

Pero es difícil afirmarse en Primera en un club que siempre apunta al título. El esfuerzo se debe redoblar, la constancia y la paciencia también, pero vale la pena.

Esta fue la temporada de quiebre de Juan Santiso. Luego de pelearla desde su debut en 2012, de tener que luchar con uñas y dientes por estar en la rotación, por tener más minutos y más importancia. De año a año ir al Metro a ser protagonista y volver a Malvín a trabajar en silencio, a aprovechar cada chance y a mostrar que estaba listo. Por si fuera poco, en el medio de eso estudió y se recibió.

En la Liga de la que anoche gritó campeón, "Pitu" fue fundamental. Por cambiarle la cara al equipo con sus ingresos, por hacer mejores a sus compañeros, por contagiarlos con su intensidad. Y cómo si fuera un premio, la noche en que Malvín fue pentacampeón, él fue titular.

Para los que vienen abajo, es la muestra clara de que se puede. Es cierto que a veces nos quedamos con las ganas de ver más jóvenes en cancha, y más cuando el playero tiene varios que asoman queriendo irrumpir. El semillero está, el trabajo está, y el ejemplo está. Hay proceso.

Juan Santiso, ese joven que vemos hace muchos años, pide a gritos dejar de tenerlo como el "pibe", porque ya es un hombre. Y ahora es también, verdaderamente, campeón de la Liga Uruguaya.