¿Qué pasa con Cavani?
El París Saint-Germain se ha convertido en un festín de goles del que, por ahora, no participa el uruguayo Edinson Cavani, el máximo anotador histórico del club que parece no haber digerido físicamente el pasado Mundial.
Habituado a ser el estilete del ataque parisiense, el "Matador" tarda en encadenar las rachas goleadoras con las que se ha ganado el corazón de la hinchada.
El equipo ha celebrado 16 goles en los últimos 3 partidos, pero solo uno de ellos lleva la firma del máximo anotador de Francia en las dos últimas campañas.
Suficiente sequía como para que en el Parque de los Príncipes se haya comenzado a debatir sobre los motivos por los cuales la pólvora del "charrúa" parece húmeda.
El delantero, que habitualmente derrocha esfuerzo físico en los partidos, hasta el punto de que el encadenamiento de carreras son una de las claves de su eficiencia goleadora, parece haber regresado fatigado del agotador verano.
Cavani se perdió el último partido, contra Francia, por una lesión en el muslo, que también retrasó su reincorporación al dispositivo parisiense, lo que perturbó su preparación de pretemporada.
Esa pérdida de frescura física puede explicar parte de su bajada de rendimiento goleador, que por el momento le mantiene con 5 goles.
El uruguayo es indiscutible en el puesto del "9" del nuevo entrenador del PSG, el alemán Thomas Tuchel, que sin embargo ha variado todo el dispositivo que le respalda.
Frente al tridente que alienaba Unai Emery, con Neymar en una banda y Kylian Mbappé en la otra, el germano opta por dejar a Cavani solo en punta.
El joven prodigio francés por la derecha, el argentino Ángel di María por la izquierda y el brasileño con total libertad de movimientos.
Más aislado, el uruguayo necesita más aun la conexión con sus compañeros y la química no parece pasar entre ellos. Si Neymar y Mbappé se asocian con una facilidad asombrosa y Di María ha encontrado un hueco perfecto en el dispositivo, Cavani no termina de integrarse en el panorama ofensivo parisiense.
De puertas para afuera, al "charrúa" le sigue quedando mucho crédito. "No es cierto que esté peor. Es muy importante para nosotros, es nuestro principal goleador", aseguraba Tuchel después de que Cavani no aportara goles al festival anotador del PSG contra el Amiens el pasado sábado (5-0).
Pero enseguida regresaron a la mente de los observadores los problemas que mantuvo con Neymar a principios de la pasada temporada, cuando el brasileño aterrizó a orillas del Sena convertido en el fichaje más caro de la historia del fútbol.
Aquellos roces no se cerraron de forma limpia y Cavani aparece algo apartado de la sociedad Neymar-Mbappé.
El uruguayo tiene ahora una nueva ocasión de reengancharse al rally goleador, la visita del Nápoles, equipo desde el que llegó al PSG, que pagó 64 millones de euros por un jugador que no bajaba de los 30 goles en sus tres temporadas en el sur de Italia.
El club que ahora entrena Carlo Ancelotti, con quien no llegó a coincidir en París, nunca ha ocultado su adoración por el uruguayo.
Eso abre una puerta de salida si no logra integrarse en la constelación parisiense, una constante desde su llegada al PSG en 2013. Al final de cada temporada han sido persistentes los rumores sobre su salida.
Pero Cavani ha demostrado que tiene madera de líder. Primero hizo olvidar al sueco Zlatan Ibrahimovic, a quien superó como máximo goleador histórico del club. Ahora, debe sacar la cabeza en un vestuario plagado de egos.
EFE