Entrevistas

Vuelve la polémica por reventa de entradas para partidos de Uruguay

A tres horas de puestas a la venta, las entradas de las tribunas Ámsterdam y Colombes para el partido de la selección ante Australia, se agotaron. No fue muestra de un furor de la afición por las entradas sino de un problema que no se termina de resolver en el fútbol uruguayo: la reventa de entradas. Comentario de Álvaro Gonzalez Márquez.

(Emitido a las 7.30)

EMILIANO COTELO:
La Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) puso ayer a la venta 28.000 boletos, correspondientes a las tribunas Ámsterdam y Colombes, para el primer partido del repechaje entre Uruguay y Australia, que se jugará el sábado 12 en el Estadio Centenario. Pero esas 28.000 entradas se agotaron en cuestión de minutos.

¡Qué demanda! ¡Qué pasión! ¡Qué interés del público por comprarlas...! No, parece que no fue eso.

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Álvaro González Márquez, del equipo de 13 a 0, ¿qué fue lo que ocurrió?

ÁLVARO GONZÁLEZ MÁRQUEZ:
Vos detallabas lo que sucedió en la mañana de ayer. En primer lugar me parece bueno marcar algunas cosas. Era una buena intención la de la AUF la de dividir la venta de entradas, es decir, arrancar con las populares, en los dos primeros días vender las entradas populares de Ámsterdam y Colombes, y luego, a partir del sábado, comenzar la venta del resto de las localidades del Centenario. Había un gran interés, durante la mañana de ayer y en las horas del mediodía había grandes colas, con mucho público en los distintos puestos de venta, lo que marca la atención que la gente de Uruguay le da al partido.

Pero pasó algo que ha sucedido muchas veces, que no cuenta con un marco legal que lo impida, pero que genera una gran molestia, marca y muestra algunas cosas que no están funcionando adecuadamente y además entrega una imagen hacia afuera que no es la mejor. A pocas horas de puestas esas 28.000 entradas a la venta, cuando la gente llegaba a la boletería se encontraba con que ya estaban agotadas.

EC – Y se encontraba también con los revendedores ofreciéndolas.

AGM – Exactamente, la gente veía con indignación que los revendedores tenían boleteras enteras, no una cantidad importante de entradas sueltas –que en algunos casos tenían–, sino los talonarios de entradas.

Evidentemente, hay dos grandes situaciones, por un lado, si ellos pudieron acceder a comprarlas directamente, es un disparate que se permita que alguien venga y diga "quiero 100 entradas", así, a cara descubierta, y se le entreguen 100 entradas.

EC – El responsable de Tesorería de la AUF, Ruben González, dijo que "quienes tengan pruebas de que había revendedores con talonarios completos, las presenten por escrito para poder actuar".

AGM – Claro, ¿vos te imaginás a la gente, en el medio de ese escándalo, tomando fotos o diciéndole a un revendedor: "Escúcheme, ¿usted no me haría el favor de quedarse un instante, que le voy a sacar una foto para poder tener la prueba correspondiente de que usted estaba con un talonario completo?", o "Perdón, ¿no me daría el primero y el último número de su talonario?"? Evidentemente, esas pruebas son muy difíciles de conseguir, pero esta situación se repite continuamente cuando hay espectáculos de estas características, por tanto nadie puede presentar las pruebas, hasta este momento nadie se ha tomado el trabajo de salir a buscar las pruebas, porque este tipo de situaciones se da tan esporádicamente que la gente pierde la referencia, por lo que hasta que no se da otro espectáculo similar nadie se acuerda de que esto pasa y nadie toma las previsiones para conseguir esas pruebas.

EC – Desde la audiencia José, de la Blanqueada, pregunta si hicimos la cuenta de cuántas entradas por minuto se vendieron. Dice que a él le da que se vendieron 155 entradas por minuto, ya que hubo tres horas de venta.

AGM – Un ritmo impresionante de venta de entradas. Otra cosa que colabora mucho a veces es esa avidez por trasmitir primicias, no por parte de los medios sino en el propio boca a boca que se da cuando se realiza este tipo de ventas, muchas veces uno llega a una cola para conseguir una entrada, está en el final y se genera esa sensación de que las entradas no están agotadas. Muchas veces no se han agotado pero se genera ese clima, aparecen los revendedores y es todo un campo fértil para estos procedimientos.

EC – Incluso es discutible el sistema que se empleó esta vez, porque tú decías que parecía bien intencionado, pero hay quienes dicen que si se sale a la venta primero con la Ámsterdam y la Colombes, que cuestan 70 pesos, las compran los revendedores y pasan a ofrecerlas a 200, y es más fácil que las vendan a ese precio porque todavía no están disponibles las de la Olímpica, que van a costar 200 como precio oficial.

AGM – Desde ese punto de vista es cierto, pero uno parte de la premisa de que la intención era buena por una cuestión de orden y de hacer las cosas dentro de un marco de prolijidad. Si no sucede eso se genera este tipo de cosas, sacás a la venta las entradas más baratas, rápidamente se agotan, se genera esa sensación de que te quedás sin ver el espectáculo y la gente termina pagando un precio que no es. Es más, ayer la suma de versiones terminó ayudando a esta situación, porque a mitad de la tarde se decía que en algunas bocas de venta ya se estaba vendiendo la Olímpica, que se había prometido para el sábado. A última hora la AUF envió un fax diciendo que a partir de hoy van a estar a la venta las entradas para las tribunas Olímpica y América. Esto tampoco termina siendo una buena cosa, porque se estuvo dos semanas hablando de que se iba a vender de una determinada forma, no todo el mundo tiene por qué tomar contacto con la noticia a tiempo, quizás hoy a mitad de la tarde, cuando se pongan a la venta las entradas para la Olímpica y la América, se agoten, y alguno, que había pensado ir mañana porque viene del interior o porque quién sabe qué vuelta da, también se va a quedar sin la posibilidad de conseguir entrada. Todo termina ayudando a que se dé una situación o una actividad que se da porque no hay un marco regulatorio. No sé si es posible darle una regulación, no soy jurista.

EC – Otros países lo han solucionado. Jorge, de La Teja, plantea la otra lectura, dice: "Son las reglas de juego de la economía de mercado, hay oferta y demanda y cada uno compra cuantas quiere". Es una manera de verlo, pero, entonces, ¿para qué se fijan los precios de las entradas? ¿Para qué hay populares? Es muy chocante una situación como la que se dio ayer, que llevó a que muchos fanáticos del fútbol que no pueden pagar entradas caras sintieran una gigantesca frustración, porque una cosa es pagar 70 y otra es pagar 200.

AGM – Aparte no están todos en las mismas condiciones, un día laborable a las 9 de la mañana mucha gente está condicionada por su trabajo y le resulta muy difícil ir al lugar de venta. Si las condiciones fueran las mismas para la mayoría –no digo para todos, pero para la mayoría–, de repente a través de sistemas de venta por Internet, venta telefónica o muchas formas que el mundo entrega en esas economías de mercado a las que se hacía referencia, habría más posibilidades, y cuando abrís el abanico de posibilidades para que la gente pueda adquirir las entradas, el riesgo se reduce a esa otra situación, porque si tenés muchas bocas de venta, si tenés empresas que trabajan en forma tercerizada para la venta de entradas, evidentemente, los riesgos se achican. La reventa va a existir siempre, pero por lo menos no se daría con la magnitud con que se da acá, esto es un escándalo.

EC – Recién este oyente manejaba el cálculo de que en teoría se habían vendido 155 entradas por minuto, pero El Observador hace un cálculo aun más exigente, dice que en realidad se vendieron 28.000 entradas en dos horas y media, lo que daría un promedio de 187 entradas por minuto.

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Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe