Aprender tango en Montevideo
"Que el mundo fue y será una porquería ya lo sé. En el quinientos seis y en el dos mil también". Los uruguayos escuchan la sentencia y saben que hablamos de tango. Aunque no se baila en las discotecas y casi desapareció de las fiestas quinceañeras y casamientos, el tango es tradición en Uruguay. Pero muy pocos saben bailarlo. Distinto a lo que pasa en Buenos Aires, donde se respira en todas partes, en Montevideo hay que hurgar un poco para encontrar el tango. Pero está.
Empezó a bailarse en las tabernas, y según se cuenta, los hombres rivalizaban en hacer los pasos más complicados. Por eso, la variedad de movimientos que tiene. Bailado en sus orígenes en el ambiente del bajo y el prostíbulo, nace con un modo muy "corporal", provocador y cercano.
Apto para todas las edades, sólo hace falta ponerse zapatos de suela, y estar dispuesto. Ofertas, hay varias.
Tanguería Tabaris, por ejemplo, tiene actividad desde hace seis años y hoy ofrece clases tres días a la semana para los principiantes: martes, viernes y sábados. Los sábados, después de la clase, se arma baile. Ahí participan profesionales, alumnos y público en general. Las clases duran una hora y media y cuestan 75 pesos.
Con frecuencia se organizan eventos y se presentan espectáculos en esta tanguería, que está en Tristán Narvaja 1518, casi 18 de Julio. El teléfono es 408 78 56 y también se puede escribir a tabaris@montevideo.com.uy.
Margot Mateauda se ha "hecho un nombre" entre tangueros del mundo, cuenta. Y llegan de todos lados a su academia. Se llama "Lo de Margot" y el nombre es bien literal porque la dueña además vive allí. Para los que empiezan, hay dos opciones: viernes a las 21.00 y domingos a la misma hora. Estas clases cuestan 100 pesos.
"El tanguero de acá encuentra un lugar seguro para bailar, pero también el turista", comentó Margot.
También pueden optar por clases particulares. En ese caso, se cobra 200 pesos y hay que coordinar antes. Está en Constituyente 1812, entre Gaboto y Yaro y el teléfono es 410 62 30.
Joventango funciona en el Mercado de la Abundancia. También tiene oferta para bailarines principiantes, pero dividen el año en cuatrimestres y la actividad de 2005 está por terminar. Aunque quedan pocas clases este año, los principiantes que estén interesados pueden ir los lunes a las 19.45, los martes a las 19.00 o a las 20.30, los miércoles a las 19.00 o los viernes a las 20.30. También hay una clase para principiantes adultos mayores, que es los lunes a las 17.30.
El Centro Cultural Mercado de la Abundancia está en San José 1312, esquina Yaguarón. Se puede llamar después de las 19.30 al teléfono 901 55 61 o escribir a joventango@hotmail.com.
El Foyer del Teatro Solís es una excelente excusa para acercarse al tango. El entorno inspira al "dos por cuatro" y el ciclo de clases "fue un verdadero éxito de público", aseguran. Hay diferentes horarios, uno para los que se acercan por primera vez a la práctica y otro para los que quieren mejorar la técnica.
Los responsables de las clases en el Solís son profesores de La Junta (http://www.tangolajunta.com.uy), un grupo dedicado al baile y la enseñanza del tango. Las clases para principiantes son los sábados entre las 13.30 y las 15.00 horas. La capacidad de las clases es de 80 personas y se cobra 80 pesos.
También en Ciudad Vieja está Danceco. Los que se animen, pueden incorporarse en cualquier momento. Los grupos para los que se inician son los lunes de 19.00 a 20.00 y la cuota mensual es de 240 pesos.
Aunque nadie puede aprender a bailar en una clase, sí se puede llevar una idea, comentó Virginia, encargada en esa academia que está en la calle Colón, esquina Buenos Aires.
Aunque no tiene un lugar único, la Avalancha Tanguera enseña en varios lugares de Montevideo y también en el interior. Cada día, hay varios locales, en distintos barrios, donde se puede aprender. Por ejemplo, los jueves de 21:15 a 22:30 hay clases en el Club Urunday Universitario, en Suárez y Bulevar. Los lunes a las 20.00 la clase es en la Asociación Cristiana de Jóvenes, que está en Colonia y Eduardo Acevedo. Y hay otras opciones.
En la Avalancha enseñan tango criollo. "Hay un balanceo al principio para que la pareja sintonice el mismo ritmo y luego se camina (el hombre hacia adelante y la mujer hacia atrás) dando un paso largo y lento y tres más rápidos. Eso se complementa con diversas figuras", comentó Magela Palleiro.
Los fines de semana, Avalancha va a diferentes lugares a difundir el tango criollo, se enseña en forma gratuita y se saca a bailar a la gente que se reúne a mirar. "En la Avalancha, las edades van de 18 años en adelante, pero hay mayoría de gente joven y bailan muy bien", contó Magela.
Porteño u Oriental. Las diferencias están en la forma de comenzar a bailar y hay varias cosas a considerar, aclaró Solanye, de Joventango. El tango oriental, explicó, es el más simple: "Se podría decir que empieza con el clásico dos para este lado, dos para este otro, pero se van agregando giros".
En el porteño, se comienza desde ocho pasos básicos y se alterna luego con diferentes figuras, giros, ochos, pivots. Según Solanye, el tango porteño es el que más se enseña, pero no hay que perder de vista que es, en definitiva, un tango mejorado, sin llegar a ser ballet.
Aunque su nombre sugiera otra cosa, Joventango también acepta a mayores. Y a los más chicos. Si bien ahora no hay clases exclusivamente para niños, hay dos o tres alumnos que toman clases. En un mismo grupo hay personas muy jóvenes que bailan con otras de tercera edad, por ejemplo, contó Solanye.
Lo mismo pasa en Tabaris o en Lo de Margot. Aunque en este último caso, el viernes, es el día de la "muchachada", contaron.
Extranjeros. A pesar de que hay que hurgar un poco, son muchos los extranjeros que se acercan al baile. En Joventango, por ejemplo, aseguran que es asombrosa la cantidad y la variedad de nacionalidades de los incipientes bailarines.
Y también llegan, por ejemplo, a Lo de Margot. La semana pasada se hizo allí un show para 20 italianos, otro para suizos y un tercero para tahitianos, contó la dueña.
Poco preparados. Sobre la posibilidad de ofrecer una clase de tango incorporada a un circuito turístico, Solanye admitió que los montevideanos no estamos muy preparados. "De todas formas, la idea no se ha desechado nunca, pero el tema es instrumentarla. (...) En Buenos Aires, el engranaje es otro", explicó.
Zapatos. El tango se puede practicar con cualquier calzado, pero se recomienda el de suela. En las mujeres, el taco alto es más favorable para deslizarse, ayuda en la postura y queda mejor estéticamente.
Moda. "Si bien hay una mayor afluencia de gente que quiere bailar tango, es más bien, una cuestión de moda. Luego se produce un decantamiento natural, en el cual quedan los interesados de verdad. De todas formas, sí hay una revaloración del tango bailable", comentó Solanye, de Joventango.
Intérpretes. El baile requiere, claro, la música que lo acompaña. "Estamos dando lugar a las voces y a la música del tango. Hay excelentes intérpretes", contó Solanye. Entre las mujeres, se destaca Malena Muyala y la jovencísima Francis Andreu. Entre los hombres, Álvaro Hagopián es uno de los jóvenes tangueros del momento.
Principio. Por su origen popular, resulta imposible decir una fecha de nacimiento. Pero la mayoría de los estudiosos dan por buena la década de 1880 como el punto de partida.
Tiempo. Aunque siempre depende del oído y las dotes del bailarín, se puede aprender bastante rápido. Según Solanye, de Joventango, en unas 16 clases se logra bailar correctamente. Marta, de Tabaris, también estima que una primera etapa del aprendizaje se logra con dos o tres meses de clase.
Servicio especial para Espectador.com de: María Eugenia Martínez.
Ilustraciones: Oscar Scotellaro.
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