Entrevistas

Triunfo de Damiani... ¿derrota del "monopolio"?

La elección en Peñarol se vivió mucho más allá de ese club. Afectó a todo el fútbol y el triunfo de José Pedro Damiani es leído como una derrota para el contratista y empresario televisivo, Francisco Casal. Esteban Valenti dirigió la campaña publicitaria de los vencedores y dijo que "lo que se ha roto en el fútbol uruguayo es que todo, la AUF en primer lugar, depende de manera umbilical de Paco Casal y de Tenfield. Eso le hace muy mal al fútbol".

(Emitido a las 8.47)

EMILIANO COTELO:
Nos vamos al fútbol, mejor dicho, a la política del fútbol uruguayo. Vamos a detenernos en los resultados de las elecciones en el Club Atlético Peñarol el sábado pasado, en las que volvió a alzarse como ganador José Pedro Damiani, a quien le fue muy bien, ya que su lista, la lista 10, obtuvo el 49 por ciento de los votos. Por su parte la lista 11, que encabezaba el escribano Ricardo Scaglia, obtuvo el 30 por ciento, la lista 12, de Ruben Marturet, un 18 por ciento, y la lista 1810, de Juan Lema Benzo, un 0,94 por ciento. De esta manera la nueva directiva de Peñarol quedará integrada por seis representantes de la lista de Damiani, tres de la de Scaglia y dos de la de Marturet.

El contador Damiani resulta reelecto y se encamina a hacer historia, como han dicho algunos títulos de la prensa del domingo, porque en el año 2008 llegaría a 19 años al mando de la dirección de Peñarol, 16 de ellos en forma ininterrumpida, superando al contador Gastón Güelfi, que tiene el record con 15 años.

No pasa desapercibido este triunfo del contador Damiani y hoy queremos encararlo desde un ángulo relativamente original. Porque sobre este resultado y este triunfo vamos a conversar con Esteban Valenti, que integra la Tertulia de En Perspectiva los días jueves, es periodista, y además ha sido muy conocido en los últimos años por su condición de jefe de campaña del doctor Tabaré Vázquez.

***

Esteban, ¿en cuántas campañas electorales trabajaste con Vázquez?

ESTEBAN VALENTI:
En 1989 fue la campaña de la 1001, en la que el doctor Vázquez salió intendente, y después en 1999 y 2004. En realidad, más que jefe de campaña era el responsable de comunicación y publicidad, que es bastante diferente.

EC – La charla esta mañana viene porque –no sé si todos los oyentes lo saben– tú fuiste el encargado de la campaña publicitaria del contador José Pedro Damiani. El tema salió alguna vez en la Tertulia, muy fugazmente, pero nunca tuvimos tiempo de charlarlo con tiempo, a fondo. Y ahora que el resultado ya está me parece una buena oportunidad para tratar de sacar dos o tres conclusiones. Primero quiero sacarme la duda: ¿fuiste tú a proponerte o te fueron a buscar para que te encargaras de la campaña?

EV – Vinieron de la Lista 10 a proponerme hacerme cargo de la campaña y no dudé ni un segundo. Es más, en la propia conversación con Juan Pedro Damiani, con quien nos hemos hecho bastante amigos, le dije: "Ya se me ocurrió la consigna". Yo no lo había pensado, era un tipo de elección totalmente diferente, porque es una elección deportiva, aunque tenía un gran significado simbólico porque estuvo en todas las primeras páginas de los diarios y ocupó toda la prensa y además era una elección que tenía connotaciones que iban más allá de Peñarol.

EC – Justamente, por eso viene esta charla esta mañana. Te lo ofrecieron y no dudaste un minuto. ¿Cómo era tu relación con Peñarol hasta ahora?

EV – La única relación que tenía –jamás había tenido la oportunidad de hablar con nadie de la directiva de Peñarol– era que soy amigo de Juanjo Ramos, que era el único que conocía, y conocía también a Juan Salgado, de Cutcsa, pero nunca hablábamos fundamentalmente de fútbol, era una relación distante, aunque yo soy un hincha de esos que sufren con las derrotas, festejan las victorias. Diría que esto se mezcla mucho con Uruguay, porque, sobre todo por el exilio, me hice bastante fanático de cualquier cosa que tuviera algo que ver con Uruguay, porque lo que más llegaba, que no era tragedia, era fundamentalmente fútbol. Tengo esa relación atormentada y en cierta medida de goce, en las victorias me pongo a gritar por la ventana de mi casa.

EC – Con el contador Damiani en materia política tú te encuentras no sé si en las antípodas pero muy lejos. ¿Cómo jugó ese tipo de factores, un frenteamplista haciéndole la campaña a un pachequista, por ejemplo?

EV – En la lista 10 yo encontré gente de todos los grupos, convivimos sin discutir absolutamente de temas políticos. Yo creo que agregarles a los muchos males que tiene el fútbol uruguayo factores de partidización sería un nuevo virus mortal para el fútbol. En la lista 10 he conocido gente del Partido Colorado, como por ejemplo el diputado Barrera, con quien hicimos buena parte de la campaña; gente del Partido Nacional, que si bien no es muy notoria es de origen claramente nacionalista, por ejemplo, en la Tertulia me encontré con Manino Mercader, con quien todos saben que vivo polemizando, sin embargo apoyamos al mismo candidato en la interna de Peñarol; muchos frenteamplistas, estaban tres ministros, como Rossi, Lepra y María Julia Muñoz, y el intendente de Canelones, que son hinchas a muerte de Peñarol y también partidarios de Damiani; y mucha gente que no era nada. Descubrí una parte de Uruguay que yo veía desde afuera como partidos, como fútbol, que es una realidad institucional pero una realidad cultural nueva que me completó el cuadro de este país.

EC – Tú dices que esta elección y esta candidatura tenían connotaciones muy especiales que volvieron interesante la tarea de realizar la publicidad. ¿Cuáles eran esas connotaciones? ¿Qué era lo que estaba en juego?

EV – Te voy a hacer una aclaración: yo en general me caracterizado por hacer campañas para cambiar, para cambiar el cuadro político, para cambiar la intendencia, para cambiar el gobierno nacional, etcétera; esta era una campaña de alguien que había dirigido el cuadro durante 17 años y, sin embargo, aunque parezca una paradoja, era una campaña para cambiar.

EC – A ver, vamos a desarrollar ese tema.

EV – Y por eso acepté, aunque si estoy de acuerdo con algo que tiene que continuar no tengo ningún inconveniente en apoyarlo y lo apoyo con entusiasmo. Lo empecé haciendo como una tarea novedosa, como una experiencia, y después me metí adentro con alma y corazón. Te voy a decir una cosa que ya he escrito, incluso en Bitácora: hay una frase de Malraux que dice que el arte oculta algo más profundo que el arte; y en Uruguay –y yo conozco bastantes países– el fútbol oculta algo mucho más profundo que el fútbol.

EC - ¿Qué era lo que estaba de por medio? ¿El factor Paco Casal?

EV – Sí, estaba el factor monopolio, en primer lugar estaba el factor crisis del fútbol uruguayo. Yo no olvido nunca, sin preguntarle a qué partido pertenece o no, que el contador Damiani fue el primero que yo escuché pararse ante las cámaras a hablar de que el fútbol uruguayo iba hacia el desastre, pararse frente al monopolio, a pesar de que él forma parte de la estructura del fútbol. Dentro del fútbol hay fuerzas –y en primer lugar en este caso Damiani, aunque no creo que sólo desde Peñarol se pueda cambiar el fútbol uruguayo– que se pararon frente al monopolio, que es destructivo del fútbol uruguayo, no sólo por los resultados sino porque la ecuación empresarios multimillonarios y cuadros desesperados, sin recursos, totalmente dependientes del monopolio, es la peor que puede tener no sólo el fútbol uruguayo sino cualquier institución. Conocí un grupo de gente muy capaz, trabajadora, con perfiles diferentes, que no es unánime, que discute, gente cuyo objetivo absolutamente claro fue pararse frente a un desastre, porque lo que está pasando en el fútbol uruguayo es un desastre anunciado que se viene concretando, que no es sólo la eliminación del mundial, que es el vaciamiento de los clubes, el vaciamiento de las canchas, la pérdida de interés, la pérdida de dignidad del fútbol uruguayo, capaz de perder por cifras absolutamente abultadas. Todo ese cuadro que todos sentimos en lo hondo, los que participan en el fútbol y los que tienen familiares, los que ven cómo reaccionamos frente al fútbol. Como peñarolense siempre creí que era un papel de Peñarol como institución, por su trayectoria y su tradición, que tenía que hacerlo. Y creo que los votantes votaron por eso, porque no deben haber votado por los resultados deportivos.

EC - ¿Cómo era el cantito el otro día en el Palacio Peñarol?

EV – Uno de los que escuché decía: "Se va acabar, se va a acabar, la dictadura de Casal". Quiero hacer una aclaración: yo no tengo ningún inconveniente –y los que me conocen saben que si tengo que hablar duro contra algo, hablo, que no digo gre-gre para decir Gregorio–, no creo que Tenfield y Casal tengan que desaparecer, tienen un espacio que se ganaron de determinada manera colocando jugadores en el exterior. Pero hay que restablecer el equilibrio, lo que se ha roto en el fútbol uruguayo es que todo, la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) en primer lugar, depende de manera umbilical de Paco Casal y de Tenfield. Eso le hace muy mal al fútbol, está más que demostrado, es unánime, era unánime en Peñarol, y creo que en todas las opciones electorales lo que la gente entendió claramente fue que la opción que se podía poner –que se puso hace años– frente al monopolio era defender un modelo de fútbol diferente, independiente, con equilibrio entre el cuadro y los contratistas. Porque no estoy tan seguro de que los cuadros estén en crisis por casualidad, están en crisis porque se ha generado una relación patológica, enferma, en la cual los cuadros son débiles para poder ser manejados y manipulados por desesperación.

EC – Queda claro que tú tenías la expectativa de que con Damiani reelecto presidente desde Peñarol se pudiera trabajar en esa dirección, en particular a propósito de la relación Peñarol-Paco Casal, pero también de la relación entre Paco Casal y el fútbol uruguayo en general.

EV – Absolutamente.

EC – Eso por un lado, lo que pase en Peñarol, pero tú estás con un pie en el fútbol, en este caso en la política del fútbol, y por otro lado también en la política. Desde ese otro punto de vista, ¿qué hay que hacer? El tema apareció en la Tertulia del jueves pasado, después de la eliminación de Uruguay para Alemania 2006, pero no se llegó a una conclusión muy contundente. ¿El Estado tiene que meterse en este lío?

EV – Vamos a empezar por lo básico: hasta que no cambie la dirección de la AUF, hasta que no se vaya el presidente, responsable de esta relación, no va a haber cambios reales y positivos en el fútbol uruguayo. Vamos a empezar por el principio... "Gregorio".

Segundo, para que eso se produzca, tiene que partir de las fuerzas de la propia Asociación. Peñarol, pero también otros cuadros que se han callado hasta ahora por el pleito electoral, tienen que ver en qué peligro está su propia supervivencia como institución a través de la rapiña de los jugadores, a través de todo lo que ha pasado, tienen que reaccionar.

Y en tercer lugar, entre la intervención del Estado –que no propicio en absoluto– y no participar en nada en un problema que tiene connotaciones culturales, anímicas, políticas, económicas, de todo tipo, hay un gran trecho. Y digo el Estado porque no es un problema de un partido, de un gobierno, es un problema de toda la estructura del Estado a través de los organismos competentes. Por ejemplo, un hecho que en la elección de Peñarol se vio, que compartimos la lista gente de diferentes grupos y partidos que básicamente, además de estar con Damiani como personaje, como personalidad del fútbol, porque nos hace recordar a un pasado de gloria y de imagen, y porque es un personaje dentro del fútbol y el fútbol uruguayo ha sido un fútbol de personajes, hay que asumirlo, si nos rascan un poquito en última instancia todos queremos cambios. Creo que ese es el mensaje del resultado electoral. Peores resultados deportivos, difícil.

EC – Y desde el gobierno, hasta ahora, desde el miércoles pasado con la eliminación hasta hoy, ¿se ha esperado demasiado para tomar algún tipo de decisión?

EV – No sé qué se está haciendo, no tengo ese nivel de participación en las actividades cotidianas del gobierno. Sí creo que hay que dar señales, se dieron al principio, hubo un impulso, pero era en un momento en que todavía quedaba la expectativa. Pero ahora hay dos grandes hechos que hablan de cuál es la situación del fútbol uruguayo: la primera, que fuimos eliminados, y no por dos penales errados, sino por una trayectoria una vez más absolutamente a los vaivenes, a los bandazos y en segundo lugar el resultado de Peñarol. En esta elección votaron 3.600 personas, pero por la dimensión de la campaña y del debate político institucional –no político en el sentido partidario sino el tema del fútbol, etcétera– fue una elección que reflejó estados de opinión pública, porque los hinchas de Peñarol viven en la sociedad, y el problema es que esos hinchas que viven en la sociedad estuvieron influenciados por un debate que está planteado. Yo tomo el resultado de Peñarol, más allá de que efectivamente es histórico, como una reafirmación, es una reafirmación de que la gente quiere un fútbol independiente, no sólo a Peñarol independiente. Y es un buen paso, pero solo no alcanza y hay que actuar, porque, efectivamente, si los uruguayos queremos recuperar un sentido de alegría, de identidad nacional y de optimismo y el fútbol sigue en crisis, va a ser más difícil, aunque en todas las demás cosas nos vaya bien. Y propongo gente joven, hay que poner gente joven en la AUF, gente de adentro.

EC - ¿Algún nombre ya?

EV – No, no quiero quemar a nadie porque no he hablado con nadie, pero creo que hay gente muy valiosa, capaz, inteligente, que puede ocupar ese espacio y ayudar a darle pluralidad al cambio.

Y, además de todo, me divertí como pocas veces.

------------------------
Transcripción: María Lila Ltaif Curbelo
Edición: Mauricio Erramuspe