Sobre la entrevista con Esteban Valenti
(Mensaje enviado el martes 22 de noviembre)
Sr. Emiliano Cotelo:
Escuchando el lunes en su programa a Esteban Valenti comprobé una vez más que el fútbol nos genera una pasión totalmente irracional.
Ahora parece que las elecciones en un club de fútbol son la independencia, los principios y todas las buenas intenciones necesarias para cambiar a este deporte y que solo este club no lo va a poder realizar, que necesita de otros.
Claro, no se sabe cual es la dirección que se propone, si es aquella cuando Paco era un fenómeno y prestaba a este Club gratis jugadores, o cuando le sacaba al rival de todas las horas alguno de sus mejores jugadores a mitad de los campeonatos o previo alguna final por el Uruguayo, o cuando se cambiaban las reglas de los campeonatos para ganar el quinquenio y Paco se encargaba de conseguir los votos necesarios de los demás clubes; o cuando se vota los derechos de televisación a Tenfield. Yo lo entiendo porque a mi me pasó lo mismo, en esa época, cuando perdía, me puse principista, me importaba el fair play, los jueces nos cocinaban, existía una conspiración general para perjudicarnos, y estaba contra Tenfield. Uno nunca mira para adentro, la culpa la tienen otros y nos volvemos paranoicos.
Me resultó gracioso, realmente, ver como cantaban " se va acabar............" y quienes lo cantaban, (demás está decir que para mi generación un estribillo muy caro) los mismos que mañana si pueden y gracias a la viveza criolla, ganan a cualquier precio, o de donde si nó, salió aquella vieja concepción de que "el futbol es para los vivos", yo era chico pero me acuerdo de los Cataldi, los Zeni o los Latorre.
Sin lugar a dudas el fútbol es irracional, por supuesto también lo es para mi, no estará por ahí lo que tendríamos que modificar para las nuevas generaciones, yo estoy tratando con mis hijos, es un deporte que muchas veces el ganar o perder depende de una casualidad y no de actitud heroica y que los rivales juegan y para ganarles debemos hacer mejor las cosas y no solamente rezar, o ponernos en víctimas.
Ruben del Parque Rodó