Carta del coronel Gilberto Vázquez al presidente Tabaré Vázquez
Publicado por Búsqueda el jueves 6 de julio.
Señor Director:
Carta abierta a la opinión pública.
Sr. Presidente de la República:
Presente.
El objetivo de la presente es hacerle conocer como presidente electo de los Orientales, proclamado defensor del Estado de Derecho, los motivos por los que he tomado la decisión de no aceptar la condición de rehén político, a la que un proceso de odio y revancha hacia las Fuerzas Armadas pretende someter a un grupo de militares.
Con fecha 24 de mayo de 2006, el Comandante en Jefe del Ejército me plantea las connotaciones políticas, que mi situación en calidad de detenido por la solicitud de extradición a la República Argentina comporta, y la solución que el gobierno que Usted preside persigue.
-La decisión de que seremos condenados por alguno de los delitos de derechos humanos que se le imputa a las Fuerzas Armadas ya está tomada. Seremos condenados sí o sí.
-En el caso de la extradición, se nos advierte sobre las condiciones arduas de reclusión en Villa Devoto, y la absoluta falta de garantías en cuanto a los procedimientos legales en ese país. Todo lo cual nos enfrentará a un escenario hostil que nos asegurará un viaje de ida sin retorno.
-A cambio, se nos ofrece la opción de aceptar responsabilidades en el caso Soba-Mechoso Méndez, lo cual nos representaría, condiciones de reclusión favorables dentro del territorio nacional y simultáneamente bloquearía el proceso de extradición en curso.
Es mi deseo declarar, que este ofrecimiento no sólo representa una estafa al Estado de Derecho que usted a liltranza ha proclamado, sino también un chantaje moral a mi persona como militar y así como para las Fuerzas Armadas; que en definitiva continuarán siendo rehenes de esta situación, creada por el odio inculcado a nuestro pueblo durante
generaciones.
Como hombre de honor, cultivado durante más de cincuenta años dentro de mi Institución, no puedo aceptar un ofrecimiento semejante, particularmente porque en realidad, no busca establecer la verdad ni la justicia, sino que persigue compromisos políticos totalmente ajenos a ella.
Es conocido el brete en que el gobierno se ha metido, fomentando todo tipo de campañas de desprestigio contra las Fuerzas Armadas. Como consecuencia de ello, desde antes de asumir su gobierno, ha pretendido tentar a los integrantes de la Fuerza, para ofrendar algunas cabezas, que descompriman el adeudo asumido con la opinión pública y en particular un pequeño sector de su partido, a través de una persistente campaña contra las acciones de guerra que se padeció en el pasado.
Actualmente, este aprieto se ha estrechado aún más, ya que aceptar otra extradición, particularmente a la Argentina, dentro las actuales condiciones políticas representará un acto más de descrédito sobre su deber de salvaguardar la soberanía nacional.
Con este chantaje, se pretende darle solución a ambos contextos: por un lado se ofrece las tan buscadas cabezas, victimizando a personajes emblemáticos de la guerra antisubversiva y por otro, se consigue una vulgar chicana legal para eludir las responsabilidades sobre el pedido de extradición.
Quiero manifestar mi absoluto compromiso por la decisión que he tomado, asumiendo además, la responsabilidad de continuar por todos los medios, bregando por evitar que el Ejército continúe rehén de una situación fomentada por intereses decididamente ajenos a la patria.
Si he cometido algún error no tengo ningún temor en afrontarlo, por eso he aceptado hasta hoy mi reclusión, pero no puedo aceptar semejante ofrecimiento.
Un soldado está dispuesto a dar la vida por sus ideales. Estos no se opacan con ofrecimientos de confort y seguridades, apenas una vulgar máscara de un procedimiento que, de aceptarlo, envilecerá mi honor y mi lealtad hacia mi patria, inquebrantablemente por encima de cualquier adeudo político.
No me tiembla la mano al firmar esta misiva, así como no me tembló a la hora de tener que combatir. Lo hago con la más absoluta convicción que cualquier sacrificio será exiguo para contribuir a impedir que el Ejército siga estando en el centro de una campaña de rencores y odios infundados, cuyo único desenlace será un nuevo enfrentamiento entre aquellos que siempre han sido utilizados por sus ideales y
convicciones patrióticas.
Lo saluda atentamente
Cnel. Gllberto Vázquez