Entrevistas

Gobernanza, un elemento crucial para el desarrollo

Gobernanza, un elemento crucial para el desarrollo

Desde hace más de una década, el Banco Mundial mide la gobernanza de los países. Se trata de un índice sobre "el arte de gobernar para el logro de un desarrollo económico, social e institucional", definió Daniel Kaufmann, director de Programas Mundiales en el Instituto del Banco Mundial. Uruguay está bien ubicado, agregó, pero debe pensar en cómo mejorar y cuán ambicioso quiere ser.

(Emitido a las 9.07)

EMILIANO COTELO:
Uruguay está mejor que algunos países europeos, como Grecia o Italia; en América Latina solo es superado por Chile; pero está algo peor que hace algunos años.

¿De qué ranking estoy hablando? Del ranking de gobernanza que hace pocos días publicó el Banco Mundial (BM) con información en seis indicadores básicos de 212 países para el año 2006.

Control de la corrupción; calidad de las regulaciones; libertad de expresión; confianza en la vigencia y el cumplimiento de leyes y contratos; estabilidad política y calidad de los servicios públicos.

¿Cuál es la importancia de estos indicadores? ¿Qué beneficios puede traerle a un país como el nuestro el hecho de ubicarse en el tercio superior de este ranking a nivel mundial?

Vamos a conversarlo con uno de los responsables de este informe, el director de Programas Mundiales en el Instituto del Banco Mundial (IBM), Daniel Kaufmann, de nacionalidad chilena, master y doctor en Economía de la Universidad de Harvard.

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Doctor Kaufmann, vamos a detenernos en el concepto de "gobernanza". Ese concepto todavía no nos es muy familiar, muchas veces se confunde con el de gobernabilidad. ¿Cómo lo podríamos definir?

DANIEL KAUFMANN:
Me encanta que use el concepto de gobernanza, que es el concepto que viene del diccionario de la Real Academia de la lengua, porque gobernabilidad es el concepto que se usa en general, la calidad de gobernable, se refiere mucho al sector público. Gobernanza es mucho más amplio, es el arte o la manera de gobernar para el logro de un desarrollo económico, social e institucional, y para un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía. Abarca a toda la sociedad.

EC - Avancemos un poco más, el IBM mide la gobernanza utilizando seis dimensiones. Vamos a repasarlas y explicarlas.

DK - La primera es sumamente importante, es la calidad de la voz y rendición de cuenta, lo que se llama en inglés Voice and Accountability, que desafortunadamente no tiene muy buena traducción en castellano. Es accountability y voz democrática, mide el grado en que los ciudadanos de un país pueden participar en elecciones de gobierno así como la libertad de expresión, la libertad de asociación y la libertad de prensa.

El segundo, que es parte también de la gobernabilidad política, es estabilidad política y ausencia de gran violencia y de terrorismo. Mide la percepción de la probabilidad de que el gobierno esté sujeto a actos de desestabilización o sea derrocado a través de medios inconstitucionales o violentos, incluyendo los actos de terrorismo.

El tercero y el cuarto se refieren más a la parte económica de gobernabilidad. La efectividad gubernamental o la burocracia, que mide la calidad de los servicios públicos, de la administración pública, y el grado de independencia de presiones políticas. Y la calidad de las fórmulas de discusión y credibilidad de estas políticas económicas.

El cuarto es la calidad del marco regulatorio, mide la capacidad del gobierno para formular y aplicar políticas y reglamentaciones para promover el desarrollo del sector privado.

El quinto y el sexto se refieren al aspecto más institucional, de respeto institucional. El quinto se refiere al Estado de derecho, a la calidad de la aplicación del Estado de derecho (en algunos países decimos el imperio de la ley), mide el grado en que la gente confía en y obedece las reglas sociales. En particular se refiere a la calidad de la ejecución de contratos, la calidad de la Policía, de los tribunales, así como a si existen muchos delitos y actos de violencia, de crímenes de calle.

Y el sexto, pero no menos importante, es el control de la corrupción. No tengo que definirlo demasiado porque se sabe exactamente a qué se refiere. Esos son los seis indicadores de gobernabilidad en los que hemos estado trabajando, midiendo e investigando diez años.

EC - No vamos a poder entrar en todos los detalles técnicos, y además resultaría muy complejo, pero le pediría que nos explicara en síntesis cómo se mide cada uno de estos indicadores.

DK - Tomamos como base los reportes y las visiones de cientos de miles de ciudadanos, usuarios de servicios públicos, empresarios y expertos en los países mismos. Tenemos acceso a 33 fuentes distintas de todo el mundo, incluso The Economist Intelligence Unit, el Latinobarómetro de América Latina, el Afrobarómetro, de instituciones de todo el mundo.

Tenemos un método no solo para tener acceso y recopilar, sino para resumir desde el punto de vista estadístico toda esta información con un modelo especial para poder agregarla y tener estos indicadores. El desafío enorme era cómo tener una pauta que tuviera sentido en forma resumida de toda esta información anárquica que está por todos lados en el mundo. Eso es lo que hemos hecho, en ningún momento entra nuestra distinción sobre cuál es el rango del país o cómo le va al país, utilizamos la visión de los reportes de los ciudadanos, de los empresarios y de los expertos en el país mismo.

EC - ¿Cómo se explica que el BM, un organismo más bien volcado a cuestiones económicas, se ocupe de un tema como este, la gobernanza, y releve y mida estos seis indicadores?

DK - Otra excelente pregunta, para la cual tenía la respuesta contraria hasta mediados de los noventa, sencillamente estábamos en la era de la prohibición de trabajar en esta área de gobernanza y de corrupción porque se consideraba interferir en el asunto político interno de un país, lo que según nuestro mandato del BM no es posible. Pero gracias al poder de los datos y a la venida del nuevo presidente en ese tiempo, el señor Wolfenson, hace más de diez años, se desafió esa interpretación al demostrar que la gobernanza es crucial para el desarrollo económico de los países. Lo que hemos ayudado a hacer con nuestros datos, al demostrar que es algo sumamente importante para el auge económico, ya sea en tanto a tener más ingresos, a crecimiento, a igualdad económica e inversiones, entonces se nos dio el mandato y el derecho de trabajar en estos asuntos de gobernabilidad. No por ser un asunto político o ético-moral de por sí, sino por tener una importancia enorme para los países en su desarrollo económico.

EC - ¿Estas variables son determinantes, por ejemplo, en los flujos de inversiones?

DK - En forma relativa sí. Hoy los inversionistas extranjeros y también los internos se han dado cuenta de que la calidad de la gobernanza, si hay corrupción o no, es fundamental para las decisiones que toman. Miran muchos indicadores y números sobre la calidad de la gobernanza, tanto los inversionistas extranjeros como los locales. Estos números, como otros, tienen importancia en eso. El BM mismo tiene un método de evaluación de los países que es totalmente interno, tiene un índice interno, que utiliza para la asignación de recursos a los países. Lo nuestro solo juega un rol de información y monitoreo más general, no decide cuáles son los flujos para los países.

EC - Este ranking de gobernanza no resulta determinante en las decisiones del propio BM. Se construye, se publica, se difunde... ¿para qué? ¿Cuál es su utilidad?

DK - Porque hoy hay una demanda enorme de muchísimos agentes en el mundo de este tipo de información. Los reformadores dentro de los gobiernos quieren saber y monitorear los resultados de las reformas que están haciendo y cuáles son los no resultados si no hacen las reformas, lo utilizan muy efectivamente para seguir empujando reformas en las áreas en que el país no está bien. Los líderes de la sociedad civil, los líderes del sector privado lo están utilizando muy efectivamente. Los analistas y los investigadores, usted no sabe los cientos y cientos de e-mails que recibimos durante el año preguntando cuándo sale el próximo y hasta qué punto están usando estos números.

Lo más importante de este trabajo de investigación no es que una institución extranjera tome decisiones sobre asignación de recursos, lo más importante es beneficiar a los países mismos, a los ciudadanos, a sus investigadores y a los reformadores dentro de los gobiernos que piden este tipo de información. Como dijo Kelvin, que inventó la medida de temperatura hace cientos de años, si algo no se puede medir, entonces tal cosa no se puede controlar, no se puede hacer nada al respecto. La medición empodera y es crucial.

***

EC - Vamos a detenernos en los números y los resultados de Uruguay. En la prensa encontré lecturas diferentes de los resultados que nuestro país obtiene en estas mediciones. Hubo quienes destacaron lo bien que está Uruguay con relación a otros países, y hubo quienes prefirieron hacer hincapié en que en algunos rubros estamos peor ahora que hace algunos años. ¿Cómo encararía usted el análisis? ¿Qué es lo más importante, la competencia con otros países, en especial con aquellos con los que competimos en la captación de inversiones, o la comparación con nosotros mismos?

DK - Obviamente las dos cosas son muy importantes. Claro que hoy como el mundo es plano y la globalización es muy importante, es sumamente crucial mirarse con respecto al resto del mundo. En todo caso desde los dos puntos de vista. Por un lado Uruguay debería estar muy conforme con cómo estaba en el pasado, pero especialmente con cómo está hoy comparado con el resto de América Latina, y también desde un punto de vista mundial. Al mismo tiempo, como Uruguay ha tenido logros muy importantes me imagino que muchos se estarán preguntando por qué no estar aún mejor en cinco o diez años más, en vez de estar entre los primeros 50 o 60 del mundo en más de 200. Medimos 212 países y Uruguay está entre los primeros 50 o 60, dependiendo de cuál dimensión de gobernabilidad se tome, lo que es muy bueno para un país en vías de desarrollo. Pero cabe preguntarse qué se podría hacer para llegar a los niveles de los países ricos, industrializados de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), para estar entre los primeros 25 o 30 dentro de cinco o diez años. Es el tipo de preguntas que siempre se hace en otros países, en Chile, etcétera. Así que el hecho de que Uruguay esté muy bien hoy con respecto a América Latina no quita que se pregunte por qué no llegar a los niveles promedio de la OCDE en cinco o diez años más.

EC - ¿Cuáles son los niveles de referencia? Hablemos de algunos números. Por ejemplo, estamos hablando de índices que se puntúan de 0 a 100. En Representación y Rendición de Cuentas (Voice and Accountability en inglés) Uruguay aparece con 76,4 puntos; en Estabilidad Política aparecemos con 67 puntos; en Efectividad del Gobierno estamos en 69; en Calidad Regulatoria estamos en 60; en Estado de Derecho estamos en 61 y en Control de la Corrupción estamos en 75 puntos. ¿Qué dice usted sobre estos números?

DK - Como dijo, es el segundo en América Latina, Chile si fuese referencia pero también muchos países de la OCDE están entre 85 y 90. América Latina como promedio está en 50 o debajo de los 50. Por eso la pregunta es cuán ambicioso quiere ser Uruguay, le ha ido muy bien pero tiene potencial para llegar a los niveles de los países promedio de la OCDE, industrializados, y de países como Chile, en cinco o diez años. Eso se lo dejo a ustedes, la ambición y no descansar en los laureles.

Para quien dice que Uruguay ha empeorado en los últimos años, hay que tener mucho cuidado porque somos muy cuidadosos con los márgenes de error de todos los números, porque no solo los nuestros, todos los números tienen margen de error, nosotros somos los únicos que somos transparentes y los ponemos en la web. No ha habido ningún deterioro significativo desde el punto de vista estadístico en los últimos años.

EC - Esa precisión es importante. Porque en el primero de los indicadores, Representación y Rendición de Cuentas, ahora estamos en 76,4 y supimos llegar a más de 79 en el año 2002, en Estabilidad Política estamos en 67,3 y supimos estar en 77,9 en el año 2000. ¿Qué importancia les da a estos retrocesos?

DK - Ninguna, son variaciones dentro del margen de error. En el año 2000 era bajo, 76, en el 98 era 74, así que se podría decir que mejoró en el 98, pero la mejora es relativamente leve, no muy significativa. Ninguno de estos deterioros es significativo o relevante. Al único que habría que ponerle un poco de atención es la calidad del marco regulatorio, ahí sí ha habido una cierta caída desde fines de los noventa hasta hoy, y es relativo a lo muy bien que está en las otras dimensiones de gobernabilidad. Cabe preguntarse por qué, eso se lo dejo a los analistas uruguayos, a usted, si es correcto ese marco que se da con el índice de 60 en el marco regulatorio, que sería un orgullo para muchos otros países, pero en el caso de Uruguay cabe preguntarse cómo mejorarlo.

EC - En varios de estos indicadores estamos en el mejor cuarto de la tabla, en el cuarto superior de la tabla, por arriba de 75 puntos, pero en calidad regulatoria estamos en 60 puntos y supimos estar, en el año 1998, en 83,9, casi en 84 puntos. Aquí hay una diferencia apreciable entre el indicador del 98 y el de hoy, una diferencia de 24 puntos que usted dice que ya no entra dentro del margen de error.

DK - Correcto, ahí ha habido una bajada.

EC - ¿Qué significa? ¿De qué estamos hablando en el caso de este indicador concreto? ¿Qué estaría fallando?

DK - Habría que hacer una investigación más en profundidad, por expertos en Uruguay. Lo que podemos decir desde el punto de vista de nuestro reporte es que esta medida agregada del marco regulatorio mide todas las reglamentaciones y políticas que tiene el gobierno para promover el desarrollo del sector privado. Cabe preguntarse si hay demasiadas trabas administrativas desde el punto de vista de las empresas, si toma demasiado tiempo comenzar una nueva empresa, o si cuando comienza hay muchas trabas para los permisos. O en cuanto a importar o exportar, si hay trabas o no. Le pongo esos ejemplos porque el marco es sumamente amplio, todo el marco regulatorio que afecta al sector empresarial. Ese es el tipo de debate y discusión que es muy importante tener, no solo con el gobierno sino también con el sector empresarial, dónde están los puntos clave para intervenir. Es muy importante tener perspectivas y no dejar a Uruguay muy mal parado al respecto, está todavía en el nivel 60 de 100, sobre el promedio mundial que incorpora a todos los países ricos. Así que está mucho mejor que el promedio de países emergentes, pero como dice usted, vale la pena preguntarse cómo se puede mejorar para llegar a niveles de 75, 80, 85 en el futuro.

EC - Si miramos la medición y el informe de gobernanza en términos más generales, ya saliendo del caso concreto de nuestro país, ¿cuáles son los avances y retrocesos en cuanto al buen gobierno en el mundo y en particular en América Latina? ¿Qué han venido observando en estos diez años de trabajo?

DK - El primer punto es bastante sobrio: no ha habido en promedio un avance significativo en cuanto a gobernanza, en sus varias dimensiones, en el mundo. Pero la buena noticia es que hay muchos países que en ocho o diez años han logrado avanzar significativamente y muchos países han logrado llegar a un nivel alto de gobernanza a pesar de ser países emergentes. Uruguay es un ejemplo, Chile, Costa Rica en América Latina, pero hay en otras partes del mundo, incluso en África, están Botswana y Mauricio, y los países bálticos de Europa, como Estonia y Letonia, etcétera. Hay varios ejemplos de países emergentes que están mejor en cuanto a la calidad de gobernanza que algunos países del sur de Europa. Esto demuestra que no hay que ser rico como precondición para tener un alto nivel de gobernanza.

Pero esa buena noticia tiene su contracara, por cada país que ha mejorado hay uno que ha empeorado, como es el caso de Venezuela, y en otras regiones Zimbabwe, Costa de Marfil y varios otros donde ha habido un deterioro muy grande en los últimos ocho o diez años. Al fin y al cabo, como promedio no hay una gran mejora en ninguna región ni en el mundo en general. Pero el promedio oculta muchas variaciones de un país a otro y eso es lo que hay que mirar.

Lo otro que se ha mostrado en nuestra investigación con estos datos es la importancia fundamental de tener buena gobernanza y mejorar la gobernanza para el auge económico. En cuanto a crecimiento e ingreso mostramos que hay un dividendo de 300%, que un país que mejora en controlar la corrupción, en el marco regulatorio y en Estado de derecho en el largo plazo tendrá un ingreso por cabeza tres veces mayor, si tiene 7.000 dólares por cabeza por año en el largo plazo va a tener más de 20.000, toma largo tiempo llegar a los frutos.

EC - ¿Cómo es eso del dividendo 300? ¿300 con respecto a qué?

DK - 300%, si tiene 7.000 dólares por cabeza por año hoy, va a tener 20.000, tres veces más, en el largo plazo si mejora la gobernanza en sus varias dimensiones. Eso se ve también en el mediano plazo en muchos países, en la diferencia del ingreso por cabeza de Chile de hoy comparado con el de hace quince años, o en el ataque a la pobreza, o en otros países como Tanzania o en los bálticos, incluso en el mediano plazo se tienen frutos de la buena gobernabilidad y de las reformas para cambiar la gobernanza y mejorarla.

EC - ¿Dónde está usted esta mañana?

DK - En Washington.

EC - Allí tiene su sede el IBM. ¿Cómo lo define?, ¿qué relación tiene con el BM?
 
DK - Somos el arma de enseñanza y el think tank del BM, donde se hacen muchísimos programas de entrenamiento y estudios de investigación, que hacemos junto con el Departamento de Investigación. Somos parte del BM, no somos totalmente independientes, pero no estamos involucrados en la parte operacional de préstamos ni en ninguna condicionalidad. Por lo tanto se nos ve con un poco más de distancia y de neutralidad intelectual.

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Edición: Mauricio Erramuspe