Los logros y los debes de la economía argentina de cara a las elecciones de octubre
Análisis del contador Alfonso Lema, socio de Tea Deloitte.
(Emitido a las 8.25)
EMILIANO COTELO:
Ustedes lo saben, en Argentina se ha lanzado ya la campaña electoral con miras a la elección presidencial de octubre. La candidata oficialista Cristina Fernández de Kirchner se encuentra en una gira en España y en una conferencia ayer resaltaba los logros del modelo argentino.
Nos pareció oportuno entonces dedicar nuestro espacio de análisis económico de hoy a examinar en detalle los logros y los debes del modelo argentino. Por ejemplo, ¿cómo debemos evaluar el crecimiento económico fuerte que se observa en el país vecino? ¿Cuánto es resultado del contexto externo y cuánto de las políticas internas? ¿Son resultados sostenibles? ¿Qué riesgos tiene ese modelo? Enseguida el diálogo es con el contador Alfonso Lema, socio de Tea Deloitte.
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Alfonso, el modelo argentino despierta pasiones, cosecha fuertes apoyos pero tiene también sus detractores. Entonces, ¿cómo debemos analizar, tratando de dejar las pasiones a un lado, los resultados del modelo argentino?
ALFONSO LEMA:
Contestar tu pregunta es sin dudas un desafío, justamente porque la marcha de la economía argentina despierta debates muy apasionados._ Haciendo un esfuerzo por tratar de permanecer al margen de esas pasiones, debemos señalar en primer lugar que la evolución de algunas variables económicas claves ha sido muy favorable en los últimos años. Y me refiero por ejemplo al crecimiento económico, a la marcha de la inversión y al descenso de la desocupación.
EC - ¿Podemos poner algunas cifras, Alfonso?
AL - Sí, Emiliano. Recordemos que después de la crisis de 2002, la economía argentina creció fuertemente. Entre 2003 y 2006, se observó un aumento del PBI de casi 9% anual en promedio, un registro espectacular. Esto llevó a que el producto acumulara un crecimiento de 41% en esos cuatro años, superando el récord anterior de producción de 1998. Y en este resultado tuvieron que ver fundamentalmente el desempeño del consumo privado y de la inversión. El consumo privado aumentó 39% y la inversión creció 71% entre 2003 y 2006.
A su vez, el crecimiento del producto propició una caída de importancia en la desocupación. Recordemos que durante la crisis la tasa de desocupación llegó a niveles muy altos, de más de 20%, mientras que los últimos datos mostraron una tasa de desocupación de algo menos de 10%.
Finalmente debemos hacer un comentario más sobre la inversión. Además de crecer 71% en los últimos cuatro años, este componente de la demanda agregada aumentó sustancialmente en términos relativos. En 2006 la inversión representó casi 22% del PBI. Este nivel de inversión es algo superior que el mejor número de la década del 90, más concretamente de 1998, cuando la inversión había representado 21% del PBI.
EC - Ahora, ¿en qué medida esos resultados obedecen a las políticas aplicadas y cuánto responde a un contexto externo muy favorable?
AL - Es prácticamente imposible cuantificar la incidencia de cada cosa, Emiliano. Por un lado es muy claro que el contexto internacional ha sido extremadamente favorable. La economía mundial está atravesando una fase expansiva que probablemente sea la más fuerte y más prolongada en por lo menos 35 años. Y este panorama es particularmente positivo para los países exportadores de materias primas, porque los precios de las materias primas han subido francamente mucho en los últimos años. Argentina es un gran exportador de productos agropecuarios y además cuenta con importantes yacimientos de petróleo, por lo que se ha visto favorecida por la suba del petróleo.
Pero por otro lado, también es probable que las políticas macroeconómicas hayan contribuido de una manera apreciable en esas tasas de expansión. Sin embargo, este es uno de los puntos cruciales del debate. Quienes critican la política económica argentina señalan que las políticas macroeconómicas han sido muy expansivas, actuando en forma "procíclica". Eso generaría mayor crecimiento ahora pero en la medida que las políticas no resulten sostenibles, a mediano o largo plazo, vendrá un ajuste a la baja.
EC - Alfonso, uno de los pilares de la política argentina que siempre se menciona es el dólar alto. Y de hecho, en los últimos días el Banco Central salió a comprar dólares e hizo subir el tipo de cambio, yendo contra lo que parece ser la corriente general de caída del dólar.
AL - Es cierto, Emiliano. Mientras que el dólar presenta una caída generalizada en el mundo frente a las demás monedas, sube en Argentina.
Quienes defienden la política argentina subrayan que el dólar alto permite mantener un dinamismo exportador importante. Los críticos, por otro lado, argumentan que para sostener esa política el gobierno se ha visto en la necesidad de introducir numerosas distorsiones que son la base de muchos de los problemas actuales.
EC - ¿Y cuál es la visión de ustedes sobre esto, Alfonso?
AL - Bueno, en primer lugar el dólar alto ha permitido sostener una buena tasa de crecimiento económico. Y, a nuestro juicio, se debe reconocer que eso ha sido un buen resultado de gobierno, incluso desde una visión llamemos "ortodoxa" de la política económica. Un factor clave para eso ha sido el superávit fiscal.
EC - ¿Por qué, Alfonso?
AL - Por lo siguiente. Desde 2003 el resultado fiscal global es positivo. Ese superávit fiscal le ha permitido al gobierno contar con recursos genuinos para comprar cantidades muy importantes de dólares, que en parte evitaron una caída del tipo de cambio.
Sin embargo, la historia no es tan simple porque esa política tiene sus problemas.
EC - ¿Qué problemas, Alfonso?
AL - En primer lugar, a pesar del crecimiento de la economía, en los últimos años el superávit fiscal ha venido bajando... En 2004, por ejemplo, el superávit fiscal fue de 2,6% del PBI y en 2006 cerró en 1,8% del PBI. Para este año se prevé un nuevo descenso.
Por otra parte, hay varios riesgos en torno de la política de dólar alto. Otras veces hemos comentado en el programa que los gobiernos no pueden evitar sistemáticamente las presiones cambiarias que surgen del contexto internacional. En concreto, en el mundo está habiendo mucha inflación en dólares y esa inflación en dólares se traslada a los precios internos en la forma de inflación (porque justamente no se permite que baje el valor del dólar).
EC - ¿Y qué problemas genera eso, Alfonso?
AL - Como no se puede evitar la inflación en dólares, el gobierno ha practicado una serie de medidas de tipo "heterodoxas", como las detracciones a las exportaciones, controles implícitos de precios y algunas medidas como la remoción de directores del INDEC que han generado dudas en el mercado sobre la calidad de las estadísticas oficiales de inflación. Y por último no podemos olvidar que hace varios años que casi no se ajustan las tarifas de la mayoría de los servicios públicos. Esto evidentemente afecta la oferta de todos los tipos de energía, en especial a la eléctrica.
EC - De hecho, Alfonso, este invierno se observan restricciones al consumo de energía eléctrica que afectan, sin dudas, la calidad de vida de la población y también a la producción.
AL - Sí, Emiliano. Desde hace meses las familias tienen topeado el consumo de energía si quieren evitar multas; hubo dificultades de abastecimiento de gasoil y más recientemente el gobierno estableció topes al consumo de energía para las empresas.
Esto último determinó que la producción industrial en junio mostrara una caída, muy leve (de 0,1%), pero caída al fin. No se trata de un descenso que ponga riesgo el crecimiento de la economía argentina, que seguirá siendo importante este año (7,5%) pero es una señal de que hay problemas.
EC - Alfonso, de alguna manera podría concluirse que la economía argentina está marchando muy bien y que seguirá creciendo a tasas altas.
AL - Sí, a corto plazo la situación es muy buena. La duda que siempre queda es si la situación podría ser mejor. Y esto lo decimos porque a partir de la situación actual están quedando tensiones para el futuro, inflación reprimida, gasto público creciendo fuerte, lo que no deja mucho margen fiscal ante un deterioro severo de la situación externa (porque el superávit fiscal se logra en base a impuestos que dependen de las exportaciones) y el tema del acceso al financiamiento externo aún no resuelto luego del "default".
En definitiva, la economía crece mucho pero se debe advertir que hay tensiones que se derivan de un signo muy "procíclico" de las políticas macroeconómicas, que no están dejando lugar para buenas tasas de crecimiento en el mediano plazo, y de numerosas distorsiones macroeconómicas. Todo eso explica una visión cautelosa de los mercados hacia Argentina, que se refleja por ejemplo en el riesgo país.
EC - ¿A cuánto asciende el riesgo país de Argentina?
AL - Ayer en los mercados los mercados se produjo una suba del riesgo de los países emergentes, que también afectó a Argentina. Ayer el riesgo Argentina cerró en 391 puntos, una cifra alta en relación al riesgo Uruguay, que ayer también subió un poco, situándose en 167 puntos básicos.
En definitiva, el mercado le está asignando un riesgo claramente más alto a Argentina en comparación con otros mercados emergentes y esto se debe a las distorsiones y problemas que se han generado con la política económica.