Preguntas en el aire

Imprevisión garrafal

Por Emiliano Cotelo.

(Emitido a las 8.35)

EMILIANO COTELO:
Hace frío. Eso no es novedad.
Y cuando hace frío, aumenta la demanda por combustibles para calefacción. Tampoco es novedad.

Hoy en día, en Uruguay, usted podría elegir entre varias alternativas  a la hora de calefaccionarse.  Puede que me olvide de alguna, pero allí están la leña, los combustibles fósiles (gasoil, fueloil, etcétera) el gas natural, la energía eléctrica, el supergás, la energía solar, eventualmente...

En fin, las opciones – en la teoría – son varias.
Pero sólo en la teoría.
Porque algunas de ellas presentan sus dificultades: ya se habló mucho de la escasez de supergás, una situación que tuvo un alto impacto a nivel de la opinión pública, incluso hubo derivaciones a nivel político, costó algún cargo en Ancap y se ganó los titulares de varios medios de prensa durante algunas semanas.

Pero esa situación se solucionó.
Hoy hay supergás disponible.
Sin embargo, si a usted se le ocurrió comprar una estufa a supergas, es bastante probable que pase frío igual: porque, habiendo supergás, hoy el cuello de botella es que no hay garrafas.

Ninguna de las empresas distribuidoras Acodike, Riogas y Ducsa tiene hoy en stock garrafas de 13 kilos. Aparentemente se han vendido muchas estufas y el mercado de las garrafas se saturó.

Las alternativas

Así como lo escuchan: si usted está buscando una garrafa de 13 kilos  y para ello se le ocurre perder una tarde de su vida llamando a la infinidad de puntos de venta que tienen estas empresas, por ejemplo, en Montevideo, se va a topar sistemáticamente con esta respuesta: "no tenemos garrafas".  Y hasta le van a agregar "tenemos la orden de no vender más estufas, porque ya vendimos demasiadas".

Si usted insiste un poco, y encuentra buena disposición del otro lado, puede que le reconozcan que seguramente "cuando pase el invierno ya haya garrafas disponibles". Si usted no se altera demasiado y le hace notar, con una sonrisa, que en el verano ya no necesitará esa garrafa, tal vez consiga un poco más de empatía con ese empleado que lo atendió y – con algo más de suerte – pueda pasar a una segunda etapa del servicio telefónico, ya más personalizada, en la que –con muy buena voluntad– le acercarán algunas sugerencias de solución a su problema:

- Conseguir que alguien en alguna ciudad del interior del país le compre una garrafa y se la mande por encomienda (obviamente, le va a salir más caro; pero es una posibilidad ya que, parece ser que, algunas ciudades todavía no han llagado a sufrir los efectos más duros de esta "sequía de garrafas") 
- Otra: Acercarse a alguna feria para comprar la ansiada garrafa (con una probabilidad cercana a uno de que sea una garrafa robada); 
- Una más: comprar el Gallito Luis y tener la suerte de que alguien, sin saber del recalentamiento del mercado de las garrafas, esté dispuesto a vender una a un precio razonable; 
- Por último, una alternativa similar a la anterior, pero algo más sofisticada: probar en alguno de los sitios de compra venta por Internet y ver si efectivamente cumplen con eso de que son "el lugar donde alguien siempre tiene lo que necesitás".

Uruguay

En fin, así estamos, en pleno julio, con fríos polares y con todo el invierno por delante...y sin garrafas de supergás disponibles.
¿De quién es la responsabilidad?
¿Del frío excesivo?
¿De Ancap que el mes pasado se quedó súbitamente sin supergás, generando una sicosis colectiva?
¿De los medios de comunicación que -se dice- habríamos exagerado esa situación?
¿De las empresas distribuidoras que no invierten en la compra de nuevas garrafas?

Cuesta creer que estas cosas absurdas ocurran en pleno Siglo XXI, pero nuestro país siempre es capaz de sorprendernos.