Análisis Económico

La inflación disparada de agosto y las medidas del gobierno

Análisis del economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte.

Emitido a las 7.50


EMILIANO COTELO:
Los precios al consumo subieron 1,73% en agosto. Esa fue la cifra que informó ayer el Instituto Nacional de Estadística. En lo que va del año, la inflación llegó a 8,22%, mientras que en los 12 meses cerrados en agosto se situó en 9,03%.

"Son índices impresentables", dijo ayer el presidente del Banco Central (BCU), Walter Cancela, en la conferencia de prensa.

¿Qué está sucediendo con los precios? ¿Cómo se explica una suba tan fuerte en agosto? ¿Qué medidas debería tomar el gobierno? Enseguida, el diálogo es con el economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte.

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EC - Para comenzar, ¿qué sucedió en agosto que la inflación fue tan alta?

PABLO ROSSELLI:
En realidad la inflación de agosto no obedece a un aspecto puntual. Por el contrario, hubo un conjunto de factores que explican esa suba de precios tan alta y que nos están marcando que las presiones inflacionarias son mucho más persistentes de lo que en general estaban contemplando los analistas.

EC - ¿Cuáles son esos factores?

PR - Si miramos el comportamiento del IPC por rubros, vemos aumentos muy fuertes en varios alimentos, que obedecen a la inflación internacional (concretamente a los altos precios internacionales de los commodities, de las materias primas que Uruguay exporta). También se observan aumentos muy significativos en rubros de mercado interno, que recogen las presiones que surgen de la mayor demanda interna y probablemente también de las subas en los costos salariales. Además, hubo un impacto por la suba de combustibles y también aumentaron, otra vez, las verduras.

En síntesis: no podemos atribuir la inflación de agosto a algún problema relativamente puntual. Por el contrario, las presiones inflacionarias fueron muy generalizadas.

EC - ¿Podemos ver algunos números? ¿Cuáles fueron los rubros del IPC con mayores incrementos?

PR - El rubro Alimentos y Bebidas, en promedio subió 3,44% como consecuencia, sobre todo, de una suba de 3,2% en panes y cereales, de una suba de las carnes de casi 3%, de los lácteos de 2,5% y de aceites y grasas de 5,2%. En todos estos casos tuvimos subas que obedecen a los altos precios internacionales de estos productos.

Los rubros Vivienda y Transporte y Comunicaciones subieron 1,9% y 1%; principalmente como consecuencia de la suba de combustibles (que en promedio había sido de 5,5%) de principios de agosto. Aunque los índices también recogieron una parte pequeña de la suba de combustibles de julio (que había sido de 3,8%) porque el IPC se calcula como promedio mensual. Por lo tanto quedaba un pequeño arrastre de la suba de julio. Además, subieron rubros de mercado interno (los que llamamos no transables), como la enseñanza, que aumentó 2,1%. Y otros precios administrados, como los tickets y órdenes para las mutualistas. Aumentaron 3,8% y 3,5% respectivamente.

EC - Hasta aquí el análisis de las cifras objetivas. Pero uno tiene la sensación de que en forma sistemática la inflación está siendo más alta que la prevista por el gobierno e incluso por los analistas.

PR - Es cierto. Ha sido así en el transcurso de este año. Este año la inflación está resultando sustancialmente más alta que la que en general pronosticábamos los analistas.

En agosto, para poner un ejemplo, la encuesta de expectativas del BCU marcaba una inflación esperada de 0,65% si se considera la media de las respuestas. Ese 0,65% era el número que dividía las repuestas a la mitad entre los que pronosticaban menos y los que pronosticaban más. Nuestro pronóstico era de 0,7% y la proyección más pesimista marcaba un 0,9%. En cualquier caso, cifras mucho más bajas que 1,7%.

EC - Los analistas le erraron feo. ¿Cómo se explica eso?

PR - Hay varios factores. Por un lado, en el transcurso de este año, y en agosto también, hubo algunos shocks que son de naturaleza transitoria pero que no se han revertido aún. En esta situación se encuentran por ejemplo las frutas y verduras, que han subido muchísimo este año y volvieron a subir en agosto.

Pero además hay presiones mucho más persistentes. Nosotros hemos estado evaluando nuestras propias proyecciones, y en principio estamos concluyendo que las consecuencias inflacionarias de los altos precios internacionales de los commodities están siendo más altas que las contempladas en nuestros modelos de proyección. Nuestros modelos estarían subestimando el impacto, porque no recogen enteramente el cambio que está ocurriendo en la economía mundial, con una inflación internacional que es particularmente fuerte en materia de commodities, como no había ocurrido en décadas. Ese cambio estructural no ha sido bien recogido por nuestros modelos de proyección.

Y finalmente, mirando hacia el mercado interno, en julio tuvimos aumentos de salarios en el sector privado bastante mayores a los que preveíamos. En concreto, en julio, los salarios privados subieron 4,6%, frente a una suba de 3,8% que habíamos contemplado en nuestras proyecciones.

EC - Pasemos ahora a las medidas que debería adoptar el gobierno. Sobre este punto, el BCU confirmó ayer que cambia su instrumento para endurecer la política monetaria. Ya no va a regular la cantidad de dinero, sino que va a actuar sobre las tasas de interés. Va a procurar mantener una tasa call (la tasa de préstamo entre bancos) de 5% anual, con un mínimo de 4% y un máximo de 6%. ¿Cómo ven ese anuncio?

PR - Hay dos aspectos a comentar. En primer lugar, el BCU hasta hace un tiempo venía anunciando metas de expansión de los agregados monetarios.

EC - ¿Cómo se traduce eso al español sencillo?

PR - Básicamente el BCU decía: para los próximos 12 meses la cantidad de dinero subirá tanto por ciento. Pero esas metas eran muy difíciles de interpretar por los agentes y los analistas. Y a su vez (esto es muy importante) le daban una discrecionalidad muy grande para manejar el crecimiento mensual de la cantidad de dinero. Porque si bien se anunciaba una meta para el año siguiente, no se decía con qué cadencia mensual se cumpliría ese objetivo de expansión monetaria. Uno podía tener una menor expansión monetaria en 12 meses pero con un aumento de la cantidad dinero en el primero de los 12 meses. Eso hacía muy difícil interpretar la política monetaria. Que el BCU pase a anunciar una tasa de interés de referencia (5% para la call) con un piso y un techo (algo que se venía anticipando y en los hechos venía operando con ese mecanismo en las últimas semanas) constituye a nuestro juicio una señal mucho más clara y -desde ese punto de vista- debe ser claramente bienvenida.

EC - ¿No es problema cambiar de caballo a mitad del río?

PR - A nuestro juicio no. Porque es un cambio que le va a dar más transparencia a la política monetaria. Va a ser mucho más fácil interpretar el verdadero signo expansivo o contractivo de la política monetaria. De hecho, dados los desvíos que estaba teniendo la inflación, parece lógico tratar de introducir ese cambio que debería ser para mejor.

EC - A propósito de lo que hizo ayer el BCU, decías que había un segundo aspecto a comentar.

PR - Tiene que ver con el contenido concreto: una tasa call de 5%. A nuestro juicio, será necesario que en los meses siguientes las tasas de interés muestren una trayectoria alcista si el BCU desea asegurar el cumplimiento del objetivo de inflación para 2008.

EC - ¿Cuál es la idea? ¿Qué logra una tasa más alta?

PR - Hay dos mecanismos para actuar sobre la inflación. Una tasa más alta por un lado encarece el crédito en moneda nacional (eso debería frenar la demanda interna), pero es un mecanismo bastante débil en Uruguay, porque el crédito en moneda nacional es bastante poco importante. Y a su vez una tasa de interés más alta conduciría a un descenso del tipo de cambio, lo que frena las subas de los bienes que en el mercado internacional están altos, los alimentos que están subiendo. Pero una tasa de interés de 5% es bastante más alta que la que teníamos hace unos meses atrás (en el verano teníamos una tasa de solamente 1% anual), pero sigue siendo negativa en términos reales, porque la inflación es notoriamente mayor a 5%.

A nuestro juicio, en los próximos meses seguiremos viendo incrementos de algunos precios. En setiembre, por ejemplo, las subas de la leche, del pollo, de los huevos y del salario mínimo del servicio doméstico (que se incluye en el IPC por falta de información de mercado) tendrán una influencia sobre el IPC de 0,4%. En los próximos tres o cuatro meses seguramente también veremos nuevos incrementos de los precios de la carne y de los lácteos, porque los precios internos no han absorbido enteramente aún los niveles de precios internacionales vigentes. De modo que pensamos que la política monetaria debería ser más restrictiva.

EC - ¿Más restrictiva aún?

PR - Más restrictiva aún, con tasas de interés mayores a 5%.

EC - Ustedes entienden que habría que adoptar tasas mayores a 5%.

PR - En algún momento. El BCU debe elegir entre actuar más rápidamente o hacerlo en forma más gradual, pero la política deberá ser más restrictiva.

EC - Una política monetaria más restrictiva supondría un descenso del tipo de cambio.

PR - Es muy probable. Cuando la política monetaria se hace más restrictiva, es casi inevitable que se aprecie la moneda. Eso tiene alguna consecuencia negativa para los sectores exportadores, pero el gobierno debe optar entre permitir un descenso del tipo de cambio mayor al que estamos viendo o aceptar niveles de inflación más altos, que tienen el riesgo de alentar una mayor indexación de la economía, lo cual les daría luego más inercia, más persistencia a estos niveles de inflación altos que estamos teniendo.

De todas maneras, además de un uso más intensivo de la política monetaria, también se deberían moderar los ajustes salariales.

EC - ¿Cómo es esto?

PR - Lo hemos dicho varias veces en el programa. Las pautas para las próximas negociaciones en los consejos de salarios deberían ser más moderadas para tratar de contener la suba de la demanda interna y para tratar de contener la suba de costos en los sectores de mercado interno que luego se traducen en incrementos de precios. Además se deberían evitar aumentos de salarios mayores a las pautas que ha dado el Poder Ejecutivo en sectores que tienen precios administrados. Estamos viendo algún caso ahora en que se está pensando en aumentos de salarios superiores a las pautas, condicionados a aumentos de esos precios administrados.

EC - ¿Por ejemplo en qué sector?

PR - En el sector transporte, eso se ha estado comentando en los últimos días.

EC - ¿Por qué hay que tener cuidado con eso?

PR - Porque son precios administrados. Son administrados por una serie de factores. Uno de ellos es que en general no hay suficiente competencia para dejar que los precios se ajusten libremente. Y a su vez son precios de alto impacto en la canasta del Índice de Precios de Consumo. Si en esos sectores que tienen precios administrados se permiten aumentos de salarios mayores a las pautas del Poder Ejecutivo, que luego requieren aumentos adicionales de esos precios administrados, la administración de esos precios no contribuye a tener niveles bajos de inflación, sino, al contrario, introduce elementos de indexación. Se aprueban aumentos de salarios mayores a las pautas, que luego requieren aumentos de precios administrados mayores de los que habría si se mantuviera un incremento de salarios en línea con el resto de los aumentos de la economía.

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