El gobierno procura postergar las negociaciones en los Consejos de Salarios
Análisis del economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte.
(Emitido a las 8:30)
EMILIANO COTELO (EC):
La semana pasada el gobierno dio a conocer su intención de postergar las rondas de negociaciones en los Consejos de Salarios, que originalmente debían comenzar a inicios de 2008 para mediados del año próximo.
Aquí En Perspectiva, el ministro de Trabajo, Eduardo Bonomi, señaló que -con esa medida- se buscaba evitar una nueva ronda de negociaciones en 2009, en medio del proceso electoral.
De todas maneras, también es claro que el anuncio del gobierno ocurre en un momento muy especial, con la inflación en alza y con crecientes reclamos de recuperaciones salariales.
Por eso nos pareció que valía la pena detenernos en este tema en el análisis económico de hoy. ¿Cómo se vienen comportando los salarios reales? ¿Cuánto los ha afectado la suba de precios? ¿Cuán importantes son los riesgos de que los ajustes salariales retroalimenten la inflación? ¿Cuán factible es desindexar la economía en este contexto?.
Este es el tema con el economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte.
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EC: - Pablo, ¿cómo se han comportado los salarios este año?
PABLO ROSSELLI (PR):
Si comparamos el salario promedio percibido en los primeros ocho meses de 2007 con el mismo período de 2006 vemos que los salarios aumentaron considerablemente en términos reales. Los salarios públicos aumentaron 5,5% y los salarios privados subieron 4,5%.
EC: - ¿Y cuáles son las perspectivas para el cierre de 2007?
PR: - Dependiendo finalmente de cuánto suban los precios en los últimos meses del año, podrá haber alguna variación, pero es claro que este año tendremos un aumento significativo de los salarios reales, que en el promedio de 2007 debería por lo menos superar el 4% en los privados y el 4,5% en los públicos.
EC: - Pasemos al tema de las negociaciones salariales. ¿Cómo están analizando la idea del gobierno de postergar las rondas de negociaciones?. El ministro de trabajo señaló que se quería evitar una ronda de negociaciones adicional en 2009, en medio de la campaña electoral. Pero por otro lado, el contexto actual se presenta bastante difícil para el gobierno, con muchos reclamos de recuperación.
PR: - Es cierto. Y probablemente se están combinando las dos cosas en esa decisión del gobierno. Es lógico evitar una ronda de negociaciones salariales en medio de la campaña electoral porque eso podría derivar en reclamos salariales importantes, inconsistentes con el cumplimiento de otros objetivos de la política económica como la reducción de la inflación y el aumento del empleo. En particular, a nuestro juicio no será posible que en este período de gobierno se logre recuperar toda la pérdida salarial registrada durante la crisis, sin poner en riesgo la estabilidad macroeconómica, al menos en el caso del sector privado.
EC: - ¿Cuán lejos están los salarios en relación a los niveles pre-crisis?
PR: - Los salarios públicos están actualmente a un 9% o 10% de los niveles que por ejemplo teníamos a fines de 1999. En el sector privado la diferencia es mayor. del orden de 13% o 14%.
EC: - ¿Y por qué no podrían alcanzarse aquellos niveles? Me imagino habrá oyentes preguntándose eso, dado que la economía continúa creciendo.
PR: - Es verdad. En el caso de los trabajadores del sector público, el tema pasa por una decisión fiscal, de expansión del gasto y de cómo financiarlo, lo que nos podría llevar a otras discusiones que hoy no vienen al caso.
Pero en el sector privado las restricciones son mayores. Si bien es cierto que la economía crece a un buen ritmo y que actualmente tenemos niveles de producción superiores a los de 1999, los niveles de salarios de aquellos años se sustentaban también en un tipo de cambio real mucho más bajo que el actual. Por lo tanto, si la política salarial procurara alcanzar rápidamente los niveles salariales que teníamos antes de la crisis, probablemente se terminaría produciendo una fuerte caída del tipo de cambio real, que podría poner en riesgo, por ejemplo, el dinamismo del sector exportador y el dinamismo del empleo.
EC: - Volvamos al tema de las negociaciones salariales. Decía que el contexto actual además se presenta difícil para que el gobierno pueda conducir con éxito una nueva ronda de negociaciones. ¿Comparten esa visión?
PR: - Sí. La suba de la inflación ha ido generando un aumento de las expectativas de inflación con el riesgo de que esas expectativas se retroalimenten en nuevas subas de precios y de salarios. En este contexto, una ronda de negociaciones ahora podría derivar en una mayor indexación de los salarios. Eso iría en la dirección opuesta al camino requerido, que es de reducción de la indexación (recordemos que más de la mitad de los convenios tienen ajustes o gatillos en función de la inflación pasada) y que es de una necesaria moderación del ritmo de recuperación en términos reales de los salarios. Varias veces hemos sostenido en el programa que esos dos elementos, desindexación y moderación salarial son elementos necesarios para contribuir con la política monetaria en el combate a la inflación. Sin embargo, los reclamos de ajustes salariales para enero nos están marcando con claridad los riesgos de que terminemos con una mayor indexación de la economía y con una exacerbación de los ajustes de salarios.
Concretamente, en estos últimos días hemos visto por ejemplo reclamos de aumentos de salarios en torno de 13% a 15% en el caso de los funcionarios públicos.
EC: - ¿Cómo surgen esos porcentajes?
PR: - Para llegar a un 13% de ajuste básicamente se computa la inflación de 2007, tomando por ejemplo un 9%, y un porcentaje de recuperación de por ejemplo un 4%, lo cual arroja un ajuste de 13%.
Se trata de un porcentaje muy elevado, que justamente surge de incorporar toda la inflación pasada en el cálculo del ajuste. Si en las rondas de negociaciones se generalizaran estos mecanismos, estaríamos retrocediendo en el objetivo de desindexar la economía y aumentarían los riesgos de que las subas de salarios y precios se retroalimenten mutuamente, haciendo más difícil el combate a la inflación. Más aún, si la inflación fuese a bajar hacia el centro de la meta el año próximo (como es el objetivo del gobierno), esos porcentajes de ajuste en enero de 2008 derivarían en subas muy fuertes de los salarios reales. Por ejemplo, si la inflación fuese en 2008 de 5% (el centro de la meta), una suba de salarios públicos de 13% en enero derivaría en un incremento del salario real de más de 8% el año próximo. Si el gobierno convalidara esos incrementos de 13%, por ejemplo, en el sector público, estaría enviando una señal negativa en relación a la propia evolución futura de la inflación.
EC: - ¿Por qué?
PR: - Un ajuste de salarios en enero de 13% determinaría una suba real de más de 8% si la inflación bajara. Ese porcentaje de incremento es desmedido y podría hacer pensar a los agentes que el propio gobierno tiene una proyección de inflación superior a la meta. En ese sentido, no debemos perder de vista que las propias acciones del gobierno en materia salarial contribuyen a formar las expectativas de inflación de los demás agentes.
EC: - Está claro el riesgo que supone en medio de este panorama la indexación de la economía. Pero, por otra parte, parece difícil que con las expectativas tan desfavorables que se presentan en materia de inflación, el gobierno pueda contener los reclamos salariales. ¿Cuál es el margen de acción que en realidad le queda al gobierno?
PR: - Está bien la pregunta y agregaría que al panorama se suma el riesgo de que la inflación pase de 10% anual, lo que llevaría a tener ajustes semestrales en el sector público. Eso ha llevado al gobierno a aprobar medidas puntuales como reducciones de tarifas para tratar de evitar subas de precios mayores. Más allá de la calidad de algunas de esas medidas (por ejemplo otras veces hemos comentado que bajar las alícuotas del IVA a algunos productos no constituye una medida eficaz y que además distorsiona el sistema tributario), es razonable que se procure evitar esa situación a través de rebajas de tarifas.
De todas maneras y lo hemos dicho otras veces en el programa, la clave en el combate de la inflación está en la política monetaria. Esta semana se reúne el Comité de Política Monetaria del Banco Central y deberíamos tener una señal contundente, con un aumento significativo de la tasa de interés, que comience a revertir el clima de expectativas vigentes, lo que a su vez es un requisito para contener los reclamos salariales.
EC: - ¿Y cuánto tendrían que subir las tasas de interés?
PR: - Debemos esperar a tener la inflación de setiembre. De todas maneras, la suba de los precios mayoristas (3,1%) nos hace pensar que en setiembre los precios al consumo quizás subieron más que lo previsto (la encuesta de expectativas del Banco Central daba una proyección de solamente 0,2%).
En cualquier caso, cuando miramos la curva de tasas de interés en pesos, estamos observando que la tasa de referencia del Banco Central (para las operaciones interbancarias a un día de plazo) está en 5% anual, cuando las tasas a plazos mayores son sustancialmente más altas. A un año de plazo, las tasas están en 10% anual. Eso nos está pautando la necesidad de una suba importante de la tasa interbancaria, que en un 5% anual, está siendo inclusive negativa en términos reales.
EC: - ¿De cuánto debería serla suba de la tasa interbancaria?
PR: - Deberíamos pensar, por lo menos, en una tasa de 6% o 7%.
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