La inflación de setiembre y las medidas del gobierno
En setiembre se registró una inflación moderada, pero esa cifra fue muy dependiente de las recientes rebajas de tarifas. "Hemos señalado que el gobierno hacía bien en recurrir a rebajas de tarifas públicas para evitar en el corto plazo una suba mayor de la inflación. Pero ese camino no se puede reiterar indefinidamente", recordó hoy el economista Pablo Rosselli y agregó que, en todos los países del mundo, cuando hay inflación, la política clave es la monetaria.
(Emitido a las 7.40)
EMILIANO COTELO (EC):
Ayer, el Instituto Nacional de Estadística (INE) informó que la inflación correspondiente a setiembre se situó en 0,41%. Este dato era aguardado con mucha expectativa, porque recogería los primeros efectos de las rebajas de tarifas aprobadas por el Poder Ejecutivo para frenar la suba de la inflación.
Es el tema obligado para nuestro espacio de análisis económico. ¿Cómo se debe interpretar la cifra de setiembre? ¿Estuvo en línea con lo esperado? ¿Hace falta que el gobierno adopte medidas adicionales?
El diálogo es con el economista Pablo Rosselli, de Tea Deloitte.
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EC: - Comenzamos con las principales cifras. Ayer los informativos destacaron el hecho de que la inflación medida en años móviles mostró una baja en la medición de setiembre.
PABLO ROSSELLI (PR):
Es cierto. Adelantabas que los precios del consumo subieron 0,41% en setiembre. Como en setiembre del año pasado habían subido 0,5%, la medición habitual en años móviles mostró que la inflación pasó de 9% anual en agosto a 8,9% en setiembre.
EC: - ¿Cómo fueron los comportamientos por rubros? ¿En qué medida se notan los efectos de las rebajas de tarifas aprobadas por el gobierno últimamente?
PR: - Hubo claramente un efecto importante de las rebajas de tarifas. Nosotros analizamos la evolución de los distintos componentes del IPC y ese análisis muestra que, en promedio, los precios administrados bajaron 0,9%. Esas bajas en las tarifas, lógicamente, se reflejan en los rubros del IPC. Por ejemplo, el rubro transporte y comunicaciones bajó 0,75%, recogiendo el efecto de la reducción de los combustibles y de las tarifas telefónicas. El rubro Cuidados Médicos bajó 0,36% por la reducción de la cuota mutual y el rubro Vivienda descendió 0,23%, recogiendo el descenso de los combustibles (que entran en el rubro por su uso para calefacción y cocina) y por el descenso de la energía eléctrica.
EC: - Quiere decir entonces que se vieron algunos efectos de las medidas adoptadas...
PR: - Sí. Y como el IPC se computa en términos de promedios mensuales y las rebajas comenzaron a operar ya entrado el mes, también se recogerá un efecto adicional en la medición de octubre.
EC: - ¿Y cómo están analizando estas cifras? En concreto, ¿cómo se comparan estos resultados con las proyecciones que estaban manejando ustedes?
PR: - El dato de setiembre fue mayor a nuestra proyección. Nosotros esperábamos una suba de 0,2%, que estaba en coincidencia con el promedio de las respuestas de la Encuesta de Expectativas del Banco Central. Lógicamente, todo pronóstico tiene cierto margen de error y una o dos décimas de error es algo bastante normal. De todas maneras, un análisis más detallado del comportamiento de la inflación nos está mostrando -a nuestro juicio- que las presiones inflacionarias son persistentes y que es necesario extremar las medidas para el combate a la inflación.
EC: - ¿Cómo llegan a esa conclusión?
PR: - En setiembre tuvimos una cifra de inflación moderada (0,4%) pero esa cifra fue muy dependiente de las rebajas de tarifas aprobadas por el gobierno. Otras veces hemos señalado que el gobierno hacía bien en recurrir a rebajas de tarifas públicas para evitar en el corto plazo una suba mayor de la inflación. Pero ese camino no se puede reiterar indefinidamente. Las rebajas de tarifas operan "por única vez". Decíamos que en promedio los precios administrados habían bajado un 0,9% y eso tuvo una incidencia a la baja en el IPC de 0,3%. Si las tarifas hubieran permanecido constantes, entonces los precios del consumo habrían subido un 0,7%; lo que ya no es una cifra baja.
EC: - ¿Y qué sucedió con las frutas y verduras?
PR: - En promedio, las frutas y verduras permanecieron prácticamente estables. Mostraron un incremento de 0,2% como consecuencia de un descenso de las verduras (de 3%) y de una suba de las frutas (que pesan menos en el IPC) de 9,1%. Quiere decir que en setiembre, las frutas y verduras no tuvieron una incidencia negativa.
Si dejamos de lado la evolución de las frutas y verduras y de los precios administrados, el resto de los precios mostró una suba significativa. Según nuestras estimaciones, los precios de los bienes transables internacionalmente aumentaron - en promedio- 1,3%, recogiendo los efectos de las subas de los precios internacionales de los alimentos. Tuvimos, por ejemplo, subas en panes y cereales (1,1%), en carnes (0,35%), en lácteos (6,3%) y en aceites y grasas (11,9%). Y a su vez, los precios de los no transables también aumentaron a un ritmo importante (0,8%), a instancias del dinamismo de la demanda interna.
EC: - Ustedes están marcando que las subas de precios del mes pasado fueron importantes a pesar de que el número frío, 0,4%, sugiere otra cosa. ¿Es así?
PR: - Sí. La tendencia más firme de la inflación sigue siendo creciente. Cuando dejamos de lado la baja de tarifas (que como dijimos opera "por única vez") y cuando sacamos los precios volátiles como las frutas y verduras, el resto de los precios subió mucho. Si tomamos el promedio ponderado de los transables y los no transables, para estimar lo que denominamos inflación subyacente (el componente más firme de la inflación), en setiembre tuvimos una inflación subyacente de 1,1%. Es una cifra alta, apenas inferior al 1,2% de agosto.
Si consideramos la medida habitual de 12 meses, la inflación subyacente mostró una nueva suba y se situó en 8,9% (frente a 8,4% en agosto). Es una cifra notoriamente por encima del máximo del rango objetivo (6,5% anual). Y si miramos lo sucedido en los últimos seis meses, la inflación subyacente superó el 10% en términos anuales. Quiere decir que la tendencia firme de la inflación es al alza.
EC: - A esta altura, ¿se puede evitar que la inflación supere el 10% anual en los próximos meses?
PR: - No es imposible evitarlo. De todas maneras, hay que tener presente que en el último trimestre del año pasado la inflación había sido promedialmente muy baja (0,1%). Por eso, registros moderados de inflación (apenas mayores a los de setiembre) serían suficientes para que la inflación llegara a 10% al cierre del año.
El margen es tan pequeño que, aún tomando medidas adicionales, podría terminar ocurriendo que cualquier imprevisto llevara la inflación a ese umbral de 10%, que traería aparejado nuevos inconvenientes (al obligar al gobierno a otorgar ajustes salariales cada seis meses en el sector público).
EC: - Entonces, ¿qué medidas debe adoptar el gobierno?
PR: - Muchas veces hemos sostenido que la clave en el combate a la inflación está en la política monetaria. La política monetaria debe tornarse restrictiva, con tasas de interés positivas en términos reales. Si el gobierno tiene un objetivo de inflación de entre 4% y 6% para el año próximo, deberíamos tener una tasa de interés de - por lo menos- 6% o 7% anual. El Banco Central debería enviar una señal contundente al mercado, de suba de sus tasas de interés en la reunión del Comité de Política Monetaria de hoy y señalizar también que la tónica para los meses siguientes será probablemente alcista. Esa señal es importante para procurar revertir el clima de expectativas de inflación en alza y para evitar una mayor indexación de la economía, con subas de salarios desmedidas en enero.
EC: - ¿Qué opinan de los reclamos de la oposición en el sentido de que se contenga el gasto público?
PR: - Es importante que las políticas macroeconómicas sean consistentes entre sí. Y en ese sentido, es razonable pensar que los esfuerzos por contener el gasto son positivos, en la medida que eso obligaría a un menor esfuerzo de la política monetaria. Cuanto más suba el gasto público, mayor tiene que ser la tasa de interés para frenar la inflación. Pero la inflación es un problema monetario. Y en todos los países del mundo, cuando hay inflación, la política clave es la monetaria. Fluctuaciones importantes de la inflación, con un número muy por encima del rango meta, obligarían a reducciones del gasto público tan importantes que no serían viables. En todo el mundo está subiendo la inflación y la política que aplican todos los países es la suba de las tasas de interés. Por ejemplo, con una reducción del gasto público no habría modificación sobre los precios de los bienes transables, por cómo se forman. Ese componente del IPC sólo lo puede modificar la política monetaria.
EC: - ¿Y cuán eficaces son las rebajas de tarifas o los intentos de reducir algunos precios en acuerdo con el sector privado?
PR: - Ese tipo de medidas de reducción de algunos precios operan por única vez. Por lo tanto, no pueden frenar un proceso inflacionario, de suba sostenida (reiterada) de los precios. En todo caso, algunas de ellas, pueden contribuir en el margen a evitar que la inflación supere el 10% anual.
Pero ese tipo de medidas en ausencia de una mayor restricción monetaria no serán suficientes y podrían alentar un deterioro adicional de expectativas, al enviar al mercado una señal de combate a la inflación de poca eficacia. Esto es particularmente válido en el caso de algunas medidas que procuran bajas de precios en acuerdo con el sector privado, que luego son difíciles de hacer cumplir (como en el caso de la carne y el pollo); sobre todo porque en esos casos tenemos presiones de costos importantes. La clave, como decía, está en la política monetaria.
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