¿Cómo impacta la inversión extranjera directa que está recibiendo el país?
Análisis de Alfonso Lema, socio de Tea Deloitte.
(Emitido a las 8:30)
EMILIANO COTELO (EC):
Plantas de celulosa, inversiones en la industria frigorífica, compra de campos. En los últimos meses son muchas las señales de creciente presencia de inversores extranjeros en Uruguay.
Aprovechando la publicación de los datos de balanza de pagos, que contienen información de los flujos de capitales hacia nuestro país, vamos a dedicar el espacio de análisis económico de hoy a repasar la evolución reciente de la inversión extranjera y analizar la relevancia de la expansión de la inversión extranjera para el crecimiento. También vamos a explorar las perspectivas.
El diálogo será con el contador Alfonso Lema, socio de Tea Deloitte.
Alfonso, ¿podemos comenzar repasando a cuánto asciende el monto agregado de inversión extranjera directa en Uruguay?
ALFONSO LEMA (AL):
Muy bien. Las cifras oficiales llegan hasta junio. Los datos de balanza de pagos muestran que la inversión extranjera directa sumó 1.000 millones de dólares en los doce meses a junio. Esta es una cifra algo más baja que la observada en el conjunto del año pasado, cuando la IED alcanzó un récord de 1.300 millones de dólares. Eso se explica en buena medida porque, en el segundo trimestre de este año, se registró una cancelación de préstamos que mantenían algunas empresas multinacionales con sus matrices, lo cual supuso un saldo neto negativo. Pero eso no quita que la inversión extranjera se ubica en niveles extraordinariamente elevados, tanto en términos absolutos como en relación al PIB.
De hecho, en la segunda mitad de los 90 los flujos de IED se ubicaron entre 0,5% y 1% del PIB, mientras que en 2006 la inversión extranjera fue equivalente a 6,8% del PIB.
EC: - Habrá oyentes preguntándose cuánto incide en esa cifra la inversión de Botnia. ¿Qué arrojarían las cifras si excluyéramos a Botnia?
AL: - No hay una estimación oficial. En su momento se habló de que la instalación de la planta suponía una inversión total en torno a 1.000 millones de dólares, que se distribuirían en algo más de dos años. En 2006, podríamos pensar que tuvimos entre 400 y 500 millones de dólares por Botnia. En cualquier caso, podemos decir que la IED ha subido sensiblemente en los últimos años y eso no es exclusivamente por Botnia. Además, tampoco es claro que debamos sacar a Botnia del cálculo.
EC: - ¿Cómo deja al país una inversión extranjera directa de 6,8% del PIB en la comparación internacional?
EC: - Es una cifra francamente muy buena. En términos de PIB, la inversión extranjera en Uruguay fue más alta que la IED que recibieron por ejemplo Argentina y Chile en 2006, de 0,4% y 4,5% del PIB respectivamente, según cifras de CEPAL. Considerando el conjunto de América Latina y el Caribe, la IED de Uruguay sólo fue superada por la que recibieron Panamá, Costa Rica y Ecuador, siempre en relación al PIB.
Es cierto que en un contexto internacional con tasas de interés relativamente reducidas en los países desarrollados y con precios de los "commodities" en alza, tendieron a aumentar los flujos de capitales hacia los mercados emergentes. Como consecuencia de eso, casi todos los países de América Latina mostraron un aumento de la IED. Pero un elemento que es importante destacar es que Uruguay parece haber ganado atractivo frente al resto de la región.
EC: - O sea que el aumento de la IED en Uruguay ha sido más importante que en otros países de América Latina...
AL: - Sí, eso es lo que marcan las cifras de CEPAL. Desde la segunda mitad de los 90, Uruguay nunca había logrado atraer a más del 1% de las inversiones extranjeras que venían a América Latina. En 2005, la participación de Uruguay subió a 1,5% del total y en 2006 la IED que ingresó a nuestro país fue equivalente a 3,6% del total que informa CEPAL; casi cuadruplicando los registros observados en los años previos.
EC: - ¿A qué atribuyen ustedes este mayor atractivo de Uruguay?
AL: - A nuestro juicio, el "atractivo" que ha ganado nuestro país está vinculado con algunos elementos estructurales, sobre los cuales el país ha venido trabajando en los últimos años.
EC: - ¿A qué te refieres concretamente?
AL: - A varios cosas. Por ejemplo, a la relativa estabilidad de las reglas de juego (al menos en comparación con la región), a la estabilidad macroeconómica y a una salida "ordenada" de la crisis que vivió el país en 2002, con mínima alteración en los contratos.
Tampoco tenemos que perder de vista las reformas estructurales que se llevaron adelante durante los años 90, incluyendo la liberalización en el agro, en los puertos, en el sector de los seguros, en las telecomunicaciones, las reformas en la seguridad social. Todos son factores que - desde el punto de vista de los inversores- probablemente marcan una diferencia entre Uruguay y otros países de la región.
EC: - Parecería que el país ha hecho un esfuerzo importante para atraer más inversión y que ese esfuerzo está dando sus frutos. Algunos oyentes se preguntarán entonces por qué hay quienes aún miran con recelo o cuestionan la mayor presencia de inversores extranjeros en el país.
AL: - Como hemos recalcado en otras oportunidades en este espacio, el principal desafío del país para poder crecer en forma sostenida a un ritmo mayor es lograr un aumento de la inversión, que permita generar más empleo y reducir de forma sustancial los niveles de pobreza actuales. Como el ahorro en Uruguay es bajo, inevitablemente el aumento de la inversión pasa en buena medida por captar más inversión del exterior. Uruguay ha sido tradicionalmente un país con muy bajos niveles de inversión.
EC: - ¿De qué magnitudes estamos hablando?
AL: - En la década del 90, la inversión en activos fijos en Uruguay se ubicó promedialmente en torno a 14% del PIB. Con la crisis lógicamente la inversión se vio muy resentida y ese ratio cayó hasta un mínimo de 9% en 2003. En los últimos años se observó un repunte significativo y en 2006 la inversión se ubicó en 16% del PIB, el nivel más alto desde comienzos de los 80, cuando el país estaba terminando obras de infraestructura importantes. De todas maneras, todavía estamos por debajo de los niveles que se observan en el resto del mundo.
Por ejemplo, los datos del FMI marcan que en el promedio de los países de América Latina la inversión se ubica en torno a 20% del PIB. Si miramos ejemplos de países desarollados, en Estados Unidos la inversión en 2006 también fue de 20% del PIB, en la zona del euro 21%, en Japón 24%.
EC: - Y en las economías asiáticas la inversión debe ser todavía más alta. ¿Es así?
AL: - Efectivamente. Los datos del FMI marcan que en los últimos años la inversión en los países en desarrollo de Asia ha superado, en promedio, el 35% del PIB de la zona.
EC: - ¿El aumento de los flujos de inversión extranjera directa que estamos observando en Uruguay nos va a ayudar a alcanzar niveles de inversión más en línea con los del resto del mundo?
AL: - Antes de responder a tu pregunta me parece importante hacer una aclaración de índole conceptual. El concepto de inversión extranjera directa, o IED, es un concepto fundamentalmente financiero, que comprende transacciones que se realizan entre residentes y no residentes, como aportes de capital, reinversión de utilidades de compañías multinacionales o créditos entre las matrices y las sucursales.
Entonces, el concepto de IED refiere básicamente a una modalidad de financiamiento de las inversiones, que no siempre están destinadas a la incorporación de nuevos bienes de capital (de activos fijos) por parte de filiales. En otras palabras, no todo lo que se computa en la balanza de pagos como IED es inversión en el sentido económico, desde la perspectiva con la que se computa la inversión en las cuentas nacionales.
EC: - ¿Podemos poner algún ejemplo para aclarar este punto?
AL: - Por supuesto. Un ejemplo claro es la compra de empresas existentes por parte de inversores extranjeros. Este es un ejemplo de inversión extranjera directa, pero no supone una inversión en sentido económico, lo que ocurre es un cambio en la propiedad de activos ya existentes.
EC: - Entonces, si las inversiones del extranjero no traen aparejada la incorporación de nuevos activos fijos ¿no constituyen un aporte al crecimiento real de la economía? Estoy pensando en la compra de empresas existentes, pero también en la compra de tierras.
AL: - Es un tema controvertido, pero resulta fundamental tener en cuenta consideraciones de productividad. Aún cuando sólo existan cambios de la propiedad de los activos, ese traspaso puede traer aparejado un uso más eficiente de los recursos, que es la otra gran palanca del crecimiento económico. Es poco frecuente que la IED se limite exclusivamente a un cambio de propiedad; generalmente la compra de activos tiene asociados otros cambios con efectos positivos sobre la economía, desde cambios en la gestión hasta la incorporación de nueva tecnología o la realización de inversiones adicionales.
Se plantea a veces una disyuntiva entre inversión local e inversión extranjera. Para crecer más, el país necesita más inversiones y hacer un uso más eficiente de sus recursos. El ahorro en Uruguay es bajo, por lo que inevitablemente el aumento de la inversión pasa, al menos en parte, por captar más inversión del exterior.
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