Los salarios públicos y las claves para el próximo ajuste de enero
Análisis de Pablo Rosselli, de Tea Deloitte.
(Emitido a las 8:20)
EMILIANO COTELO (EC):
En estos días se están produciendo intensas negociaciones entre los sindicatos de funcionarios públicos y el gobierno para la fijación del incremento que regirá a partir del 1 de enero. Hasta ayer las negociaciones no habían culminado, pero -en principio- se estaba considerando un porcentaje de incremento de entre 11,25% y 12,25%.
En torno de estas negociaciones hay varios aspectos de discusión. Por ejemplo, está de por medio el tema de la indexación de la economía. Más concretamente, para fijar el ajuste, ¿debe considerarse la inflación pasada o las expectativas de inflación para el año próximo? Por otro lado, ¿cómo se debe determinar un porcentaje de recuperación? ¿En qué medida un aumento de más de 11% puede poner en riesgo el cumplimiento de otros objetivos en el frente fiscal o en materia inflacionaria? ¿Cómo interpretarán los agentes en el sector privado el ajuste del sector público?
Son varias las preguntas para el diálogo con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
Para situar a los oyentes en el contexto sería bueno mirar las cifras de este año. ¿Cómo se han comportado los salarios públicos en lo que va de 2007?
PABLO ROSSELLI (PR):
Tenemos cifras del Instituto Nacional de Estadística hasta setiembre. En los primeros nueve meses de 2007 los salarios públicos aumentaron un 5,4% en términos reales en comparación con enero-setiembre de 2006.
Al interior del sector público, a su vez, ese promedio resulta de un incremento de los salarios de 6,6% en la administración central, de 3,6% en las empresas públicas y de 4,7% en los gobiernos departamentales.
EC: - En primer lugar, hay diferencias significativas. ¿A qué obedecen? En segundo lugar, en el caso de la administración central el incremento es importante (6,6%) a pesar de que tuvimos mayor inflación. ¿No hubo un efecto de pérdida salarial por tener una inflación mayor a la que se preveía originalmente?
PR: - Hubo sí un efecto de pérdida salarial por los mayores niveles de inflación que hemos tenido este año. De hecho, las cifras que manejamos son hasta setiembre. Cuando cierre el año, según nuestras estimaciones, el incremento de salarios públicos habrá sido algo menor a las cifras que comentábamos recién. En la administración central será del orden de 6,4%, en las empresas públicas de 3,2% y en los gobiernos departamentales de 3,8% (si no hay ningún ajuste de aquí a fin de año).
De todas maneras, persisten las diferencias y el porcentaje de recuperación en la administración central será de cualquier manera importante.
EC: - ¿Y cómo se explica eso?
PR: - En primer lugar, en enero de 2007 el ajuste en la administración central había sido mayor. En concreto, había sido de 12% frente a un 10% en las empresas públicas. Por otra parte, las cifras que manejamos corresponden a la remuneración líquida de los trabajadores luego del pago de aportes personales, de IRP y de IRPF. Según los datos del INE, la Reforma Tributaria significó -en promedio- una mejora de ingresos para los trabajadores de la administración central (de aproximadamente 1,4% en julio) mientras que en las empresas el efecto fue prácticamente nulo.
Entre el mayor ajuste de enero y ese efecto de la Reforma Tributaria queda explicada la diferencia entre administración central y empresas públicas.
En el caso de los gobiernos departamentales en realidad hubo varios ajustes de diferente magnitud a lo largo del año (seguramente con diferencias entre los departamentos) y no podemos identificar con precisión el efecto de la reforma.
EC: - Pasemos a las negociaciones. Decía que el gobierno está manejando un porcentaje de ajuste de entre 11,25% y 12,25%. Sería bueno explicar en primer lugar cómo se llega a ese porcentaje. ¿Se está considerando la inflación pasada? ¿La inflación futura? ¿Cómo se fijaría el porcentaje de recuperación?
PR: - De acuerdo a lo que han señalado en forma pública algunos de los participantes en las negociaciones, el gobierno está manejando un promedio de inflación pasada y futura más un porcentaje de recuperación. A partir de una estimación de inflación en 2007 de 8,5% y de una inflación de 6% para el año próximo, se llegaría a un ajuste de 7,25% por concepto de inflación. A eso se le sumaría un porcentaje de recuperación del orden de 4% o 5%.
EC: - ¿Y cómo analizan ese mecanismo de ajuste que plantea el gobierno, con esas consideraciones de inflación pasada e inflación futura? ¿Hay un avance en materia de desindexación de la economía con este mecanismo?
PR: - Hay al menos dos aspectos a considerar. En primer lugar, parece importante que en la negociación salarial se avance en el sentido de fijar un componente de ajuste por inflación que mire la inflación futura. En algunos casos, eso se estaba haciendo así en el sector privado. Pero lo ideal sería que en todas las negociaciones salariales del sector público y privado se evitara el uso de la inflación pasada, porque incrementos transitorios de la inflación conducirían a ajustes adicionales de salarios que le darían más persistencia a la inflación. Lógicamente, bajo ciertas circunstancias eso puede ir en contra de los intereses de los trabajadores. Por eso, no es fácil salirse por completo de la inflación pasada, máxime en un momento en el cual la inflación persiste por encima del rango objetivo. Vista esa restricción, podríamos decir que hay un avance en el sentido de reducir el peso de la inflación pasada en la determinación de los ajustes.
Un segundo aspecto tiene que ver con el porcentaje de recuperación, que parece muy elevado. Si bien se establece un porcentaje de recuperación de entre 4% y 5% (todavía en negociación), el resultado al final de 2008 probablemente será mayor.
EC: - ¿Cómo es eso de que el porcentaje de recuperación puede terminar siendo mayor?
PR: - El aumento en términos reales de los salarios dependerá de la evolución de la inflación. Consideremos por ejemplo un ajuste de 11,75%, a mitad de camino entre los dos valores que veníamos comentando y consistente con un porcentaje de recuperación de 4,5%. Con ese ajuste, si la inflación es de 6% como se contempla en la fórmula del ajuste, entonces los salarios subirían 6% en términos reales en la administración central y algo más de 5% en términos reales en las empresas públicas.
El aumento termina siendo mayor que el porcentaje de recuperación porque ese porcentaje de recuperación se fija -en parte- sobre la inflación pasada. Pero el año próximo la inflación bajaría y entonces en términos del salario promedio del año (que es la medida relevante porque los trabajadores cobran su sueldo todos los meses) se produce un aumento del salario real mayor.
EC: - Ustedes están viendo un incremento del salario real importante. ¿Cómo puede afectar esto los otros objetivos de la política económica como la inflación o los resultados fiscales?
PR: - Sin dudas puede haber efectos adversos en los dos frentes. Aunque como la economía está creciendo mucho también aumenta la recaudación y por eso el impacto fiscal no es, a nuestro juicio, el punto más relevante. En cambio, estos porcentajes de ajuste que se están manejando hacen más difícil el cumplimiento del objetivo de inflación. En primer lugar porque estos ajustes de salarios públicos podrían inducir a pensar a los agentes que la inflación terminará siendo más alta que el 6% contemplado (que a su vez es el máximo del rango objetivo) y que el propio gobierno contempla ese escenario.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que las negociaciones en el sector público son luego una referencia ineludible en las negociaciones con el sector privado. Es posible que el año próximo veamos reclamos en el sector privado para obtener incrementos de salarios reales de la misma magnitud. Otras veces hemos señalado que es necesario que se modere el ritmo de aumento de los salarios reales, pero eso no estaría ocurriendo en el sector público.
EC: - ¿Y qué puede suceder con la inflación?
PR: - En la evolución de la inflación van a jugar varios aspectos. Probablemente tengamos una moderación de la inflación internacional, que ha jugado un papel clave en la suba de la inflación de 2007. Probablemente bajarán las frutas y verduras...
Pero en la dirección contraria van a jugar las subas de salarios. Si estas subas en términos reales que estamos viendo para el sector público tienden a repetirse en el sector privado, entonces tendremos más presiones inflacionarias desde la demanda interna.
Eso podría dejar al gobierno ante el dilema de incumplir una vez más su objetivo de inflación en 2008 o de apretar más la política monetaria. Pero eso supondría un descenso adicional del tipo de cambio. Por eso señalamos otras veces en el programa que desde la perspectiva de la competitividad de los sectores exportadores y de la sostenibilidad en el tiempo del buen desempeño de la economía era importante evitar la combinación de una política salarial muy expansiva, como la que sugieren las cifras que se están manejando, con la aplicación de una política monetaria contractiva como la que está impulsando el Banco Central.
EC: - Pablo, hoy hablamos de salarios. Pero ayer el gobierno aprobó una suba de combustibles. ¿Cómo vieron la medida?
PR: - Con los precios actuales del petróleo, estaba claro que habría un ajuste. Seguramente el impacto en el IPC va a ser muy moderado. Podemos retomar este tema en unos días. En una semana tendremos las cifras de inflación de noviembre y será un buen momento para revisar las perspectivas de inflación.
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Edición: María Eugenia Martínez