Entrevistas

Un uruguayo dispuesto a "perseverar" por el Mercosur

Con la convicción de que se pueden hacer cosas que sirvan al país, el economista José Manuel Quijano asume como director de la Comisión Sectorial del Mercosur. Aunque admite que la relación con Argentina está complicada por el conflicto sobre Botnia, asegura que entre los funcionarios de las cuatro embajadas hay la mejor disposición. En los procesos de integración, dice, "uno no puede ser impaciente, pero tiene que ser perseverante".

(Emitido a las 8.20)

EMILIANO COTELO:
El economista uruguayo José Manuel Quijano, director de la Comisión Sectorial del Mercosur, fue designado ayer por el Consejo Mercado Común del bloque como director de la Secretaría del Mercosur, cargo que ejercerá por un período de dos años.

Estamos con el economista Quijano.

¿Qué es concretamente este nombramiento? ¿Qué importancia tiene?

JOSÉ MANUEL QUIJANO:
La Secretaría del Mercosur es un órgano que tiene un componente técnico, además del componente administrativo. Pretende ser el órgano que avala, da respaldo o apoya las decisiones del Consejo, que tienen que tener cierto sustento una vez tomadas. Es un órgano predominantemente técnico. Hasta ahora ha funcionado así. En algunos momentos con más empuje, en otros con menos, según cómo ande la relación entre los socios. Tengo la esperanza de poder hacer muchas cosas en estos dos años desde esa Secretaría.

EC - ¿Qué desafíos tienen por delante la Secretaría y la tarea que en particular te toca asumir?

JMQ - Son los retos que tiene el Mercosur. El Mercosur tiene que avanzar en la normativa y la aplicación efectiva del mercado ampliado. Eso implica varias decisiones; algunas ya tomadas pero que se llevan a la práctica parcialmente. Otras que requieren avanzar en ellas. Pero esencialmente, si hemos apostado a un mercado ampliado, que ese mercado ampliado exista de hecho y exista certeza jurídica de que lo hay. Esa es una de las cosas básicas.

EC - ¿En qué se traduce en términos prácticos?

JMQ - En términos prácticos hay que tener una reducción sustancial de los controles aduaneros. No puede haber normas para-arancelarias que frenen el pasaje por la frontera. Habría que tener una reducción programada de las perforaciones del arancel externo común. Debe haber un conjunto de normas que conduzcan a que quien haga una inversión en cualquier punto del Mercosur tenga la certeza de que puede colocar su producción o su servicio en cualquier otro punto del Mercosur. Esa es la esencia de un acuerdo, sobre todo para economías pequeñas. Es lo que le da especial interés a un acuerdo de integración. De hecho, esto se ha cumplido parcialmente, con algunas dificultades y ha generado a veces incerteza jurídica donde deberíamos tener certeza.

EC - Están el doble pago del arancel externo común y la ausencia de un código aduanero común.

JMQ - Exactamente.

EC - Puntos que se suponía que podían llegar a allanarse en este período de seis meses de la Presidencia de Uruguay, pero no se pudo...

JMQ - No se logró. Eso no me preocupa. Son todos temas difíciles que requieren procesos de maduración y de trato en profundidad hasta llegar a acuerdos. En estos asuntos uno no puede ser impaciente pero tiene que ser perseverante, tiene que estar convencido de que no es realista esperar resultados a muy corto plazo en un proceso de integración. Pero convencido al mismo tiempo, como muestran otros procesos, de que si uno tiene claro el objetivo, si el proceso de integración es el eje de la conducta del país, esa perseverancia termina rindiendo frutos. A eso apuesto.

EC - Desde ese cargo de director de la Secretaría del Mercosur, ¿se puede hacer algo? ¿O todo depende de las decisiones políticas y de las relaciones entre los gobiernos?

JMQ - Por supuesto que depende de decisiones políticas y de relaciones entre los gobiernos. Además, como se me ha informado –lo sabía de antes–, el director de la Secretaría trabaja muy en contacto con los embajadores de los cuatro países del Mercosur. No puede ni debe hacer lo que se le dé la gana. Mi percepción –espero no ser optimista en exceso– es que el momento es muy bueno. La relación que tenemos con Argentina y con Brasil en particular, con los embajadores respectivos, es muy buena como para poder trabajar.

EC - Entiendo el matiz. Porque más bien está complicada por otros lados.

JMQ - Está complicada la relación nacional con Argentina, lo que tiene que ver con el conflicto de la papelera y algunas otras cosas. Pero la relación entre los funcionarios de las cuatro embajadas ante el Mercosur –incluida la de Uruguay, donde está Gonzalo Rodríguez Gigena, un viejo amigo de toda la vida–, con los embajadores de Brasil, de Paraguay y de Argentina, es muy buena. Hay la mejor disposición.

Creo que, con las limitaciones del caso pero se pueden hacer cosas. Si no, no habría aceptado este cargo. Porque no tengo ni edad ni ganas de perder el tiempo. Acepté porque creo que se pueden hacer cosas en la dirección que me parece relevante para el país, para su inserción internacional. La inserción internacional en cualquier hipótesis pasa por tener lo mejor arreglado posible el barrio.

EC - ¿Cómo se procesa un nombramiento como este? ¿De qué depende? ¿Por qué Quijano y no otro? ¿Por qué no un argentino o un brasileño?

JMQ - Hay cierta rotación. Y presumo que en este período, después de Paraguay, le tocaba a Uruguay.

EC - ¿Es un cargo de dedicación full time?

JMQ - Sí, por eso hay que pensar bien si uno cree que puede hacer cosas y está dispuesto a dejar otras. Si crees que no las puedes hacer o que vas a perder el tiempo, lo mejor es no tomar el cargo.

EC - ¿Con cuántas personas cuenta esa Secretaría del Mercosur?

JMQ - Se me dijo que hay 28 personas trabajando y que hay cuatro cargos de técnicos senior para designarse, dos economistas y dos abogados. De manera que en el entorno de las 30 personas trabajan o trabajarán en esta Secretaría.

EC - La sede es aquí en Montevideo.

JMQ - La sede es aquí en Montevideo, en el Edificio Mercosur.

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Edición: María Eugenia Martínez