Las subas de enero y las perspectivas de inflación para los próximos meses
Análisis del economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
(Emitido a las 08.30)
EMILIANO COTELO (EC):
El viernes el Instituto Nacional de Estadística informó que los precios minoristas aumentaron 0,78% en enero.
La suba fue muy inferior a la del último enero y la inflación en términos anuales cayó de 8,5% el mes pasado a 7,4%. ¿Sorprendió el dato de enero? ¿Cuáles son las principales conclusiones que podemos extraer de las cifras del INE? ¿Cuáles son las perspectivas para el resto del año? El diálogo es con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.
Comencemos con el dato puntual de enero. La inflación fue más baja que la que indicaba la encuesta de expectativas del Banco Central. ¿Sorprendió entonces el dato de IPC?
PABLO ROSSELLI (PR):
El pronóstico promedio de los analistas que contestaron la última encuesta del Banco Central era de 1,1% y nuestro pronóstico puntual era algo más bajo. Esperábamos una inflación de 1%. Como tú adelantabas, finalmente se observó un aumento del IPC de 0,78%. La inflación fue entonces un poco más baja de lo esperado, pero no diría que fue una sorpresa. La inflación estuvo dentro del margen de error que habitualmente tienen nuestros pronósticos.
Además, sin dudas se esperaba un registro de inflación en enero bastante más bajo que el de enero del año pasado, como efectivamente ocurrió. Por eso no sorprendió la caída de la inflación medida en términos anuales, que pasó de 8,5% en diciembre a 7,4% en enero. En enero de 2007 la inflación había sido de 1,77%, mientras que este año el aumento de precios fue de 0,78%.
EC: - Prácticamente un punto porcentual menos. ¿Cómo se explica esa diferencia tan importante?
PR: - Hay dos elementos importantes a tener en cuenta. Por un lado, en enero del año pasado hubo un aumento muy importante de las frutas y verduras, de casi 10% en un mes. Eso no ocurrió este año. Por el contrario, los precios de las frutas subieron sólo 0,3% y los de las verduras de hecho cayeron, como lo vienen haciendo desde hace algunos meses.
EC: - Bien, ahí tenemos entonces una primera diferencia importante. ¿Cuál sería el otro elemento a tener en cuenta?
PR: - La segunda diferencia es el comportamiento de las tarifas públicas. Este año no tuvimos ajuste de UTE en enero, y tampoco subieron los precios de los combustibles. En enero del año pasado, en cambio, la electricidad había subido 9,2%, mientras que ANCAP había subido 3% el precio de la nafta. Esta diferencia hace que el aumento de los precios administrados tomados en su conjunto haya sido este año mucho más moderada que el año pasado: 1,3% en vez de 3,1%.
EC: - ¿Cómo fue el comportamiento del resto de los rubros que componen el IPC? ¿Podemos concluir que la inflación viene en una trayectoria descendente?
PR: - Si miramos el comportamiento de los demás precios del IPC, excluyendo frutas, verduras y precios administrados, lo que a veces denominamos inflación subyacente, vemos que la inflación subyacente también cayó en la medición anual. La inflación había tenido un pico de 9,6% en octubre del año pasado. Desde entonces la trayectoria ha sido a la baja: en noviembre fue de 9,5%, en diciembre de 9,3% y en los 12 meses a enero la inflación subyacente fue de 9,1%.
EC: - ¿Eso quiere decir que las presiones inflacionarias están cediendo?
PR: - La inflación mensual subyacente está siendo más baja que la que teníamos un año atrás, y por eso baja la medida de 12 meses. Pero desde una perspectiva de más corto plazo, no tenemos que perder de vista que si miramos los datos mensuales en vez de la inflación medida en períodos de doce meses, hace dos meses que la inflación subyacente viene mostrando cierto aumento. En noviembre la inflación subyacente había sido de 0,4%, en diciembre fue de 0,5% y en enero de este año subió a 0,6%. Una inflación subyacente de 0,6% es baja en relación a los niveles que alcanzamos en enero del año pasado, pero en términos anualizados equivale a una inflación de más de 7%, así que tampoco es un número tan positivo.
EC: - En cuanto a perspectivas, ¿el dato de enero cambió en algo las perspectivas que venían manejando para este año?
PR: - El dato de enero estuvo relativamente en línea con nuestras expectativas. Y las conclusiones de los datos de enero no hacen más que reforzar el diagnóstico que venimos manejando desde hace un tiempo: la inflación en 2008 debería ser más baja que en 2007, porque los precios de las verduras van a tender a "normalizarse" si las condiciones climáticas siguen siendo buenas, porque desde el resto del mundo deberíamos tener menos presiones para que sigan subiendo los precios de los alimentos (aunque la carne puede ser una excepción importante por el acceso de Uruguay al mercado europeo) y porque desde la segunda mitad del año pasado la política monetaria se tornó más contractiva justamente para intentar frenar el aumento de la inflación.
Pero el dato de enero también reafirmó un riesgo que venimos visualizando desde hace algunos meses, el riesgo de que las presiones inflacionarias domésticas se intensifiquen. Y en este sentido me gustaría señalar un aspecto del dato de IPC de enero que no mencioné antes.
EC: - ¿Qué aspecto?
PR: - Los precios de los bienes que llamamos "no transables", es decir, los precios de los bienes que se rigen básicamente por el balance entre la oferta y la demanda doméstica volvieron a subir en enero más que el promedio de los bienes que componen la canasta del IPC y en la medición anual marcaron una inflación de 9,5%.
Con estos niveles, parece importante cuidar que las políticas fiscal y salarial no contribuyan excesivamente a la expansión de la demanda interna. Como hemos dicho varias veces, políticas más expansivas podrían derivar en presiones importantes sobre los precios domésticos.
EC: - Con el dato de inflación de enero sobre la mesa, ¿tenemos que esperar algún cambio en la política monetaria del Banco Central? Pregunto porque la próxima reunión del COPOM está prevista para el viernes y ustedes venían sosteniendo que en principio el Banco Central tenía espacio para no subir la tasa de interés en esta oportunidad.
PR: - Como hemos mencionado varias veces las rebajas de tasas que hizo la Reserva Federal de Estados Unidos y las que probablemente hará en próximos meses tienen por efecto una ampliación del diferencial de tasas con respecto a Uruguay y eso favorece la apreciación de nuestra moneda, la caída del tipo de cambio, lo cual a su vez ayuda a reducir las presiones inflacionarias en Uruguay, aún cuando no haya cambios en las tasas de referencia del Banco Central.
Por otra parte, si bien los precios de los alimentos siguen mostrando subas significativas y en el caso de la carne el acceso a la Unión Europea está determinando algunos aumentos adicionales, en este contexto externo el riesgo es más bien a que se observen caídas de los precios internacionales de los commodities. Por último, el gobierno decidió ampliar su objetivo de inflación, aceptando un máximo de 7%.
Con esos elementos, a nuestro juicio hay cierto espacio para que el Banco Central mantenga la tasa de referencia en 7,25%, a pesar de que las presiones inflacionarias continúan siendo importantes.
EC: - ¿No se corren riesgos de incumplir nuevamente la meta de inflación?
PR: - Hay algún riesgo, pero a nuestro juicio es por ahora acotado. Por supuesto, si el Banco Central quisiera llevar rápidamente la inflación al centro del objetivo (5%) y no correr el menor riesgo de incumplimiento de la meta, tendría que subir sensiblemente las tasas de interés, pero correría el riesgo de actuar demasiado contractivamente (provocando una caída más fuerte del tipo de cambio) en un marco externo incierto, que por ejemplo podría conducir a una desaceleración marcada de la economía en 2009 (sobre todo si los problemas en Estados Unidos se prolongaran y terminaran afectando severamente al resto de la economía mundial).
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