¿Se configura un escenario de mayor inflación en el mundo?
Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
(Emitido a las 8:20)
EMILIANO COTELO (EC):
En los mercados internacionales se está viviendo una nueva escalada en los precios de las materias primas.
La semana pasada el precio del barril de petróleo llegó a cerrar en 100 dólares por primera vez en la historia, mientras que el precio del oro marcó un nuevo récord y se acerca a los 1.000 dólares por onza. Al mismo tiempo, en las economías desarrolladas comienzan a intensificarse las presiones inflacionarias, a pesar de los temores por una desaceleración económica. ¿Se está configurando un escenario de mayor inflación en el mundo? ¿Cuáles son los riesgos? ¿Qué impactos cabría esperar sobre nuestro país? El diálogo es con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
Comencemos con el precio del petróleo. Después de un alivio en la primera mitad de febrero el precio está de nuevo en torno de los 100 dólares por barril. ¿Cómo analizan ustedes este último empuje?
TAMARA SCHANDY (TS)
Es difícil determinar los elementos puntuales que motivaron la escalada de las últimas semanas. A nuestro juicio, lo importante es ver que esta suba se enmarca en una trayectoria persistente, que obedece a varios elementos. Por un lado, una demanda que sigue creciendo mucho, sobre todo impulsada por una demanda fuerte de los países emergentes. Por otro lado (y más importante aún), ese aumento de la demanda se da en un marco en el que la oferta de petróleo está concentrada en zonas en las cuales el riesgo geopolítico es cada vez más notorio, y eso le pone mayor presión a los precios. Pero además, en el diagnóstico del aumento de precios del último año, los especialistas suman también una creciente inversión especulativa.
EC: - ¿Cómo llegan a esa conclusión?
TS: - Por un lado, por el hecho de que los volúmenes transados en el mercado superan ampliamente lo que los especialistas entienden que debería ser la operativa normal de acuerdo al consumo mundial de petróleo. Pero también es sugerente el hecho de que el aumento del precio del petróleo se ha dado en forma simultánea con una escalada muy fuerte del precio de los metales y de otros commodities.
EC: - ¿Y cómo se explica esa especulación?
TS: - En general, en los últimos años el contexto internacional se caracterizó por una gran liquidez. Las tasas de interés eran relativamente bajas y eso hacía que fuera relativamente barato hacerse de dinero para invertir, entre otras cosas, en commodities.
Y en los últimos meses en particular, cuando empezaron a observarse las primeras señales de que esa abundancia de liquidez podía desembocar en mayores presiones inflacionarias en el mundo, los inversores habrían encontrado motivos adicionales para volcarse al petróleo y al oro, por ejemplo, que tradicionalmente han sido activos de "resguardo". Tú adelantabas al inicio que el oro también está en un nuevo récord y se acerca a los 1.000 dólares por onza, cuando hace un año la onza cotizaba alrededor de los 650 dólares. A fines de los años setenta se observó algo similar. Las tasas de interés eran muy bajas, como lo han sido en los últimos años y como lo vuelven a ser en el caso de Estados Unidos en 2008. Crecían las presiones inflacionarias y el oro aumentó fuertemente, porque los inversores entendían que con esa posición se protegían del impacto de la inflación. Es cierto, de todos modos, que la inflación es ahora menor que entonces, pero el riesgo está latente.
EC: - ¿Hoy es previsible un aumento de la inflación en el mundo?
TS: - En varios países emergentes, sobre todo en Latinoamérica, hace tiempo que estamos viendo presiones inflacionarias importantes, derivadas en buena medida del fuerte aumento que están teniendo los precios internacionales de los alimentos. Nuestro país no es una excepción, de eso hemos hablado muchas veces en este espacio. En Chile, la inflación anual está en 7,5%, cuando el objetivo puntual es 3%. En Colombia la inflación está en 6%, también por encima de la meta. Algo similar ocurre en Perú, que tiene una techo objetivo de 3% y la inflación por encima de 4%.
La novedad es quizás que de un tiempo a esta parte también en los países desarrollados se está observando una inflación creciente. Por ejemplo, la inflación en Estados Unidos cerró 2007 en 4,1%. Es una inflación alta para Estados Unidos. Tenemos que retroceder hasta el 90 para ver un registro anual más alto. Y en Europa la inflación también está subiendo. El último dato es de 3,2%, cuando el objetivo explícito del Banco Central Europeo es una inflación menor a 2%. Tanto en Estados Unidos como en Europa la suba del precio del petróleo ha tenido mucho que ver en el aumento de la inflación, pero lo que los economistas llamamos inflación subyacente también está aumentando.
En China, por poner otro ejemplo, la semana pasada se supo que la inflación trepó a 7,1% anual en enero, el valor más alto en diez años.
EC: - ¿Qué riesgos tiene que se consoliden estas presiones inflacionarias? Estamos en un contexto internacional de por sí bastante complicado, con riesgos importantes en materia de crecimiento.
TS: - El riesgo es justamente que se configure un escenario de desaceleración económica y más inflación, porque esos dos problemas simultáneamente complican la acción de los bancos centrales del mundo. Hasta ahora la Reserva Federal de Estados Unidos actuó de manera muy agresiva, bajando las tasas de interés para evitar una recesión en Estados Unidos. El Banco Central Europeo no flexibilizó la política monetaria todavía pero se espera que lo haga en breve. Sin embargo, si continúan intensificándose las presiones inflacionarias los bancos centrales van a enfrentar un dilema, porque seguir flexibilizando la política monetaria para alentar la economía supone correr riesgos en el control de la inflación.
Eventualmente, los bancos centrales podrían verse obligados incluso a comenzar a contraer la política monetaria para frenar la inflación, subiendo las tasas, y eso tendría un impacto negativo sobre la marcha de la economía. Este no es el escenario que consideramos más probable hoy, pero es un riesgo que está cobrando cada vez más relevancia, sobre todo de cara al 2009. El 2009 podría terminar siendo un año de suba de tasas de interés, con efectos negativos para la economía mundial.
EC: - Pongamos el foco ahora en Uruguay. ¿Qué repercusiones puede tener esta escalada de precios a nivel mundial sobre nuestro país?
TS: - Tenemos que ser muy cuidadosos en este aspecto. Hay varios efectos de signos diferentes.
Por un lado, hay que tener en cuenta que el precio del petróleo y el precio del oro han aumentado mucho, pero lo han hecho en un marco en el que también suben mucho los demás commodities, entre ellos los precios de varios productos que nuestro país exporta, como el trigo, la soja, o el arroz, por ejemplo. El precio de referencia del trigo subió por encima de los 400 dólares y está casi 15% por encima del cierre de 2007. La soja tuvo un aumento similar; el precio del arroz en los mercados internacionales está 10% más alto que hace dos meses. Por más que eso tienda a intensificar las presiones inflacionarias en el mundo, no debemos perder de vista que estas subas estimulan nuestras exportaciones, con efectos beneficiosos para el país. El aumento del precio del petróleo impacta en sentido opuesto, pero nosotros prevemos que el fuerte aumento que están teniendo los precios de los productos que el país exporta nos va a ayudar a sobrellevar un contexto de menor crecimiento en el mundo por la desaceleración (o la eventual recesión) en Estados Unidos, al menos este año.
EC: - Decías recién que hay varios efectos y de signos diferentes. ¿Qué otras repercusiones podría haber en Uruguay?
TS: - Si crecen, las presiones inflacionarias pueden convertirse en una limitante para que los bancos centrales del mundo continúen flexibilizando la política monetaria. En última instancia, si la inflación sube mucho, las autoridades podrían optar incluso por empezar a contraer la política monetaria. Este no es el escenario que consideramos más probable hoy, pero es un riesgo que está cobrando cada vez más relevancia y de materializarse, lógicamente tendría efectos adversos en nuestro país. En ese caso, podríamos enfrentar un escenario de menor crecimiento mundial con precios de los commodities en baja, en términos nominales pero también en términos reales, como sucedió a fines de los setenta y comienzos de los ochenta. En ese marco, nuestro país también vería una desaceleración económica importante.
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