Análisis Económico

¿Por qué fue tan alta la inflación en febrero? ¿Cuáles son las perspectivas para los próximos meses?

Análisis del economista Pablo Rosselli de la consultora Deloitte.

(Emitido a las 08.35)

EMILIANO COTELO (EC):
En febrero la inflación fue de 0,91%; un registro elevado si se tiene en cuenta que la mediana de las respuestas de la Encuesta de Expectativas que hace el Banco Central apuntaba a una suba de los precios de 0,6%.

La inflación es uno de los aspectos de la marcha de la economía que le ha planteado más desafíos al gobierno, que de hecho en enero resolvió ampliar su rango meta desde un 4% a 6% hasta un 3% a 7%.

¿Por qué fue tan alta la inflación de febrero? ¿Cómo quedan las perspectivas para los próximos meses? ¿Qué supone ese dato para las decisiones de política monetaria?

El diálogo es con el economista Pablo Rosselli, de la consultora Deloitte.


Para comenzar, ¿cómo analizan las cifras de febrero? El dato de febrero fue bastante peor a lo que en general esperaban los analistas.

PABLO ROSSELLI (PR):
Es cierto. La inflación de febrero fue alta en relación a lo que esperaban los analistas. De todas maneras, nosotros preveíamos una inflación más alta que la mediana de la encuesta. Esperábamos una suba de 0,8% debido a que en febrero teníamos ajustes de tarifas y a que también aguardábamos subas en precios de los alimentos.

La inflación fue finalmente de 0,91%, prácticamente en coincidencia con la respuesta más alta que había obtenido el Banco Central (que era de 0,94%). Con el dato de febrero, la inflación en los últimos doce meses registró un repunte, situándose en 7,77% anual (frente a 7,44% en enero).

EC: - ¿Y por qué se produjo esa suba de precios? ¿Cuáles fueron los factores determinantes?

PR: - Hubo dos factores que ejercieron una influencia importante en la suba de precios de febrero. Por un lado, tuvimos ajustes de tarifas. La energía eléctrica subió 8,5% y el agua subió 3%. Eso determinó una suba del rubro Vivienda de 3,25% que a su vez tuvo una incidencia en el IPC de 0,45%.

En segundo lugar, los precios de los alimentos continuaron subiendo, recogiendo los aumentos de los precios internacionales. Así la carne subió por ejemplo 2,8%; los panes y cereales aumentaron 2,2%; los lácteos 1,7% y los aceites y grasas 8,2%. Como consecuencia de esas subas el rubro Alimentos y Bebidas, en su conjunto, subió 1,3% y tuvo una incidencia de 0,4%.

EC: - Queda claro que el dato de febrero fue bastante malo. Ahora, ¿en qué medida puede pensarse que ese dato fue excepcional y que no debería repetirse? Te lo pregunto porque de tus comentarios se deduce que hubo una incidencia importante de tarifas en el mes de febrero.

PR: - Hubo, es cierto, una incidencia de las tarifas. Pero esa incidencia fue básicamente cancelada por una caída de las frutas y verduras.

Según nuestros cálculos, la inflación subyacente, que deja de lado todos los precios administrados y las frutas y verduras, fue alta en febrero, fue de 1,1% y pautó una interrupción de una ligera tendencia descendente que se había insinuado en los últimos cuatro meses, cuando la inflación subyacente había promediado un 0,6% mensual.

En los últimos doce meses, la inflación subyacente fue de 9,5%. Se trata de un registro alto que está pautando la persistencia de presiones inflacionarias que se derivan del dinamismo de la demanda interna y de la subas de los precios internacionales de los commodities.

EC: - ¿Y cómo son las perspectivas para los próximos meses?

PR: - Todavía estamos revisando las proyecciones. Pero este mes tenemos más subas en harinas y otros alimentos en base a harina y en lácteos (subió por ejemplo la leche fresca un 8%). Probablemente la inflación sea igual más baja que en febrero (sea del orden de 0,5% o 0,6%), aunque si el petróleo sigue en 100 dólares por barril, en algún momento podría haber alguna suba adicional de combustibles.

Si miramos más hacia delante, el desempeño de la inflación dependerá de la evolución de los precios internacionales de los commodities y de la propia política monetaria. En principio, nosotros pensamos que la inflación cederá en el conjunto de 2008 pero como decía habrá que seguir analizando la evolución de los commodities. Algunos meses atrás los analistas en general marcábamos que los commodities ya no subirían más luego de los aumentos de 2007, pero la tónica en lo que va de este año sigue siendo alcista.

EC: - ¿Y qué prevén en materia de tasas de interés en nuestro país? Porque el viernes se reúne el Comité de Política Monetaria y en la prensa hubo versiones de que quizás se podría bajar la tasa de interés...

PR: - Otras veces señalamos que este año el gobierno podría verse enfrentado a un dilema entre inflación y tipo de cambio. En concreto, decíamos que si la inflación resultaba muy persistente, el cumplimiento del objetivo de inflación podría demandar una política monetaria todavía más restrictiva que llevara a una caída mayor del tipo de cambio. Y eso a su vez, podría incomodar al gobierno o afectar otros objetivos relacionados con la competitividad y las exportaciones.

En enero tuvimos una señal en relación a este dilema cuando el Comité de Coordinación Macroeconómica entre el Ministerio de Economía y Finanzas y el Banco Central modificó el objetivo de inflación, desde 4% a 6% hasta un 3% a 7%. La suba del límite superior del rango objetivo fue una manera de generar cierto espacio para administrar ese dilema o para administrar otros objetivos de expansión de la demanda interna asociados a los aumentos de salarios y a la suba del gasto público. Ahora, en ese marco, le decisión que el Comité de Política Monetaria deberá tomar el viernes deberá balancear distintos elementos.

EC: - ¿Cuáles son esos elementos? Creo que uno de los aspectos o elementos que podría jugar a favor de un recorte de tasas tiene que ver con las bajas de tasas en Estados Unidos, que están llevando a una caída importante del dólar en nuestro país. ¿Es así?

PR: - Sí. Las rebajas de tasas en Estados Unidos están ampliando la diferencia entre las tasas en pesos y las tasas en dólares. Entonces los inversores se posicionan en pesos y para eso venden dólares lo cual hace bajar el tipo de cambio, lo que a su vez puede generar alguna preocupación por el impacto en la competitividad. Además, se podría argumentar que el descenso del dólar que ya se observó debería tener algún efecto de reducción en la inflación. Si fuera así, quizás no sería necesario mantener una tasa de 7,25% anual. Pero ese argumento deberá ser balanceado con otros aspectos que en todo caso apuntan al mantenimiento de la tasa de interés.

EC: - ¿Cuáles son esos aspectos?

PR: - En primer lugar, el dato de inflación de febrero no fue bueno. Lógicamente, las decisiones de política monetaria no se toman solamente a la luz de un dato mensual sino que también importa la tendencia prevista para los meses siguientes. Pero en cualquier caso, la inflación subyacente sigue siendo alta y no muestra en los últimos meses una caída significativa.

En segundo lugar, los precios de los commodities han seguido subiendo y eso tiene dos impactos. En materia de inflación seguramente habrá más subas de los alimentos en el mercado interno. Y en materia de desempeño exportador, con los precios actuales corresponde esperar una expansión significativa de las exportaciones este año a pesar de que el dólar esté bajando.

Y en tercer lugar, en las últimas semanas hemos visto que la caída del dólar es bastante generalizada. El dólar está cayendo en Europa, en Japón, en Nueva Zelanda, en Australia, en varios países de América Latina y, aunque en menor medida, en varios países de Asia. Desde ese punto de vista, los niveles de competitividad son todavía adecuados. Con esos elementos, tendemos a pensar que el Banco Central no modificará sus tasas de interés esta semana.

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