Entrevistas

Retenciones a exportación de gas argentino generarían suba de 30% en Uruguay

Las polémicas detracciones a las exportaciones que complican la interna argentina afectan también al gas y amenazan con determinar una suba de casi 30% en el mercado uruguayo. El director nacional de Energía, Ramón Méndez, explicó que esto se debe a que Argentina puso una detracción equivalente al 100% del precio más caro al que pagan el gas en la importación desde Bolivia. Las autoridades están buscando la forma de que esto no se traslade a Uruguay, aunque Méndez señaló que, si se diera el peor escenario, el gas por cañería tendría un aumento al público de un 30%.

(Emitido a las 7.44)

EMILIANO COTELO:

El tema aparece hoy en distintos medios de prensa. En el caso de El Observador es el título principal, que anuncia: "Las detracciones en Argentina encarecerán gas en Uruguay". Y aparece también destacado en el semanario Búsqueda, que informa:

"El gobierno argentino decidió aplicar un nuevo sistema de detracciones a las exportaciones de gas natural, que, de no poder evitarse, se traducirá en un aumento del 30% en la factura que pagan los consumidores industriales y residenciales uruguayos, según confiaron a Búsqueda fuentes oficiales.

El gobierno, a través del ministro de Industria, Energía y Minería, Daniel Martínez, y del director de Energía, Ramón Méndez, viene desarrollando desde el lunes negociaciones reservadas con autoridades de Argentina con el objetivo de amortiguar la suba que se le aplicará a la venta de gas hacia Uruguay, para que los consumidores no reciban un mazazo tarifario, justo cuando se avecina el aumento de consumo debido al invierno.

Según el ministro Martínez, la situación está muy complicada y las alternativas para evitar el aumento son muy pocas".

Estamos con el doctor Ramón Méndez, recientemente nombrado director nacional de Energía. ¿Ya ha participado en algunas negociaciones por este asunto en sus primeros días de gestión?

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RAMÓN MÉNDEZ:

Sí, antes de ayer estuve en Buenos Aires para conversar el tema del gas de una manera global. Esto es la coyuntura, pero hace tiempo que se viene pensando en el mediano y largo plazo como plan B ante estas circunstancias. Uno de los temas centrales del viaje fue intentar destrabar esta situación en relación con las nuevas detracciones que se han dispuesto para el gas.

EC - Las nuevas detracciones para la exportación de gas en Argentina ¿ya son un hecho?, ¿ya están resueltas?

RM - Sí y no. Sí están resueltas las detracciones, pero no está resuelto si se van a aplicar para Uruguay. Estamos buscando una excepción para evitar este aumento tan importante.

EC - Según la información de Búsqueda, actualmente Uruguay paga 2 dólares por millón de BTU y con el nuevo gravamen a las exportaciones, que toma como valor el 100% del precio más caro al que importa el gobierno argentino el gas boliviano, el costo pasaría a 9 dólares por millón de BTU. O sea de 2 a 9 dólares por millón de BTU, lo que se traduciría en un impacto brutal en el consumo interno, según especialistas.

RM - Exactamente. El precio del gas en sí no es muy caro, incluso Ancap maneja un pozo de gas que coadministra con la empresa correspondiente de Argentina, que produce unos 100.000 metros cúbicos diarios de gas para Uruguay, que es aproximadamente la mitad del consumo diario de nuestro país. Eso hace que el precio del gas no haya aumentado para nosotros de manera tan impresionante como lo ha hecho para el resto del mundo.

Ahora, este aumento del costo se debe a una decisión aduanera, que no tiene nada que ver con la Secretaría de Energía y depende de otro tipo de decisiones. Argentina ha puesto una detracción equivalente al 100% del precio más caro que ellos pagan en la importación de gas natural. Entonces como ahora están pagando alrededor de 7 dólares a los bolivianos, que es el precio más caro, nos trasladan ese impuesto de 7 dólares a nosotros.

EC - ¿Qué se busca con esa detracción? ¿Contener las exportaciones de gas, tener más gas natural en el mercado interno argentino?

RM – Eso tendría que preguntárselo a los argentinos. Pero nosotros pensamos que algunas razones pueden ser disminuir la inflación global y darle más competitividad a la producción argentina.

EC - El impacto aquí puede ser muy fuerte. Si se traslada ese aumento en el costo del gas a las tarifas el incremento no sería inferior al 30%. ¿Confirma ese número?

RM - Sería un incremento de entre 30 y 31%.

EC - ¿Para todas las tarifas, tanto para familias como para los consumidores industriales?

RM - Habría que verlo globalmente. De todas formas, si bien los consumidores industriales se prepararon durante muchos años para el gas natural, no se había previsto el acceso a la fuente misma de Argentina, por lo tanto es muy poco el uso industrial de gas natural en este momento.

EC - Un aumento de 30% es un aumento muy fuerte.

RM - Es un aumento tremendamente significativo, que por lo que estuvimos viendo con las autoridades de Montevideo Gas, haría menos competitivo al gas respecto de casi cualquier otro insumo energético, excepto el gasoil. El costo sería comparable al del fueloil, más alto que el de la electricidad y el de la leña. Sería una situación tremendamente difícil.

EC - Con el inconveniente de que algunos consumidores domiciliarios están cautivos del gas natural, porque han hecho instalaciones a esos efectos.

RM – Absolutamente, aunque de todas formas existen alternativas. En general la calefacción a gas es una losa radiante con serpentín de agua a la que se le puede cambiar la caldereta de gas por una eléctrica. Pero solamente digo que existen otras posibilidades, no estoy promoviendo esto. La situación es complicada pero hay otras posibilidades.

EC - En los últimos años ha habido una buena relación entre las autoridades energéticas uruguayas y las argentinas, al punto de que se lograron acuerdos que quizás sorprendieron si se tiene en cuenta el clima de tensión que había por la planta de Botnia. Ese buen vínculo entre las autoridades de energía de un lado y del otro, ¿puede ayudar en algo?

RM - Por supuesto, claro que ayuda. El secretario de Energía argentino, Daniel Cameron, nos ha dicho que no depende de él, sino de Aduana y de Economía, y que el ministro De Vido –el ministro de Planificación, que se encarga de estos temas– y él mismo tienen la voluntad política de buscar una solución para Uruguay, pero no depende de ellos, viene de más arriba.

EC - ¿De quién depende aquí la gestión para que se exceptúe a Uruguay de estas detracciones?

RM - Estamos viendo todos los mecanismos técnicos posibles, con intercambio de formas de energía. Por ahora estamos buscando el camino.

EC - ¿Hay negociaciones entre el Ministerio de Economía de aquí y el de Argentina?

RM - No que yo sepa, todavía no.

EC - Coloquémonos en la peor hipótesis, o sea que Argentina no revierte esta detracción para Uruguay, que queda vigente también para nuestro país y tiene ese impacto teórico de 30% en las tarifas de gas natural. ¿Qué instrumento puede poner en juego el gobierno uruguayo? ¿Se puede utilizar alguna forma de subsidio para que el aumento sea menor? ¿Se pueden bajar impuestos al gas natural?

RM – Eso es algo que estamos estudiando, cuál es el cargo uruguayo colocado sobre el precio final del gas, está dentro de un paquete de situaciones que estamos analizando. Pero más allá de la coyuntura hay otras soluciones de mediano y largo plazo que estamos viendo en paralelo. La primera y más importante es la instalación de una planta de regasificación de gas natural licuado, con la que nos liberaríamos del gas que llega de los vecinos. En lugar de traer el gas por gasoductos podemos comprarlo ya licuado, traerlo en grandes barcos llamados metaneros y regasificarlo en el puerto de Montevideo.

El gas natural licuado es un "commodity" en el mundo, hay varios países que lo venden y varias compañías que lo venden y transportan. Esa es la alternativa para el largo plazo y para independizarnos de estas situaciones aleatorias.

EC - Es una solución a largo plazo, ¿qué tiempo demandaría?

RM - En realidad es una solución a mediano plazo, estaría para 2013 o 2014. En energía corto plazo son cinco años, mediano plazo son 10 años y largo plazo son 20 años. Estamos hablando de algo de relativamente corto plazo.

EC - Para tener esa planta de regasificación se necesitan unos cinco años.

RM - Hay otras posibilidades, que serían planes C o D –estamos analizando varias posibilidades para tratar de que alguna funcione o que sea paliativa de las que no funcionen–. Una posibilidad es lo que se llama fast track, que es arrendar un barco que tiene el gas líquido y la planta regasificadora incorporada, y va regasificando a medida que el consumo lo requiere. Es una posibilidad, no digo que vaya a ocurrir, pero esto permitiría acortar los tiempos un par de años o un poco menos.

Hay que estudiar los costos y las posibilidades de acceder a este tipo de barcos, las dificultades que implican, etcétera. Estamos estudiando una batería de cosas para resolver en el corto y mediano plazo el problema del gas natural.

Esta situación era inesperada, que de pronto los argentinos colocaran esta fuerte detracción, que realmente no es una cosa menor. Porque no es un impuesto que pagamos, sino el sobreprecio que ellos pagan por el gas a sus vecinos. No lo esperábamos, estamos viendo cómo hacemos si se aplica, para dar algún paliativo.

EC - Desde la audiencia le piden precisión acerca de qué gas es el que resulta afectado por estas detracciones argentinas. ¿Qué gas es el que puede llegar a tener este aumento de 30% en la tarifa?

RM - Eso es muy importante. Básicamente en Uruguay se venden dos tipos de gas: el que normalmente se llama supergás, el GLP, propano, que es el que viene en las garrafas que venden las cuatro distribuidoras (Riogas, Acodike, Supergás Ancap y Megal). Ese gas se fabrica a partir del petróleo, lo fabrica Ancap y está subsidiado para que los hogares más humildes tengan acceso a este tipo de energía. Ese gas no va a tener absolutamente ningún cambio, el supergás que se compra en garrafas no tiene ningún cambio porque no depende de Argentina.

El que depende de Argentina es el gas que llega por cañería, que en Montevideo distribuye la empresa que antes era Gaseba, que luego fue comprada por capitales franceses y el año pasado fue Petrobras y ahora se llama Montevideo Gas, mientras que en el interior es la empresa Conecta. Esas dos empresas compran el gas natural a Argentina y lo distribuyen. Ese es el gas natural que aumentaría su tarifa en 30%.

EC - ¿Cuándo van a estar las decisiones en el gobierno uruguayo?

RM - Se va a procesar en el correr de este mes. Las noticias, ya sea el vínculo con Argentina o las medidas internas que podamos tomar, se van a resolver este mes.

EC - Lo que hasta ahora generaba preocupación con respecto al gas natural argentino era si íbamos a poder contar con suficiente suministro, porque hay antecedentes de cortes de suministro de Argentina a los países vecinos en los últimos inviernos. Esa era la inquietud hasta anteayer; es más, habían salido declaraciones de José Luis Pou, por ejemplo, secretario ejecutivo de la Asociación de Grandes Consumidores de Energía Industrial, en esa dirección. Entonces, más allá del tema del precio, ¿el suministro está seguro?

RM - La respuesta es muy sencilla: Argentina consume por día 120 millones de metros cúbicos de gas, mientras que nosotros consumimos 200.000 y Chile consumía un número relativamente mayor, de varios millones. Entonces, frente a una dificultad seria en la interna argentina, cortarle a Chile era inevitable, aunque no le cortaron el consumo residencial casi en ningún momento. Pero nosotros consumimos menos que algunas manzanas de algunos barrios de Buenos Aires, por lo que es mucho más fácil que no nos corten a nosotros.

Por ahora eso no está previsto, estamos trabajando en varias líneas, fundamentalmente en la extensión del permiso de utilización del pozo que comaneja Ancap desde hace ya varios años en Argentina. Eso sería una especie de garantía de mantener aunque sea el pequeño volumen de gas que recibimos de Argentina desde hace algunos años.