El plan para reformar la regulación del sistema financiero de Estados Unidos
Análisis de la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte.
(Emitido a las 8:30) EMILIANO COTELO: En medio de la crisis del sistema financiero, en Estados Unidos se anunció hace pocos días un plan de reforma de la estructura de regulación y supervisión. Como se trata de modificaciones en el sistema financiero más grande del mundo, que se proponen en medio de una crisis que está teniendo impactos justamente en todo el mundo, nos pareció que valía la pena detenernos en este anuncio. ¿Cuáles son los cambios que se están proponiendo? ¿Cuáles son las consecuencias más inmediatas? ¿Este plan va a ayudar a Estados Unidos a superar la crisis? Sobre estos temas, el diálogo será con la economista Tamara Schandy, de la consultora Deloitte. Tamara, ¿cómo surge esta propuesta de reforma? ¿Es una reacción a la crisis que está viviendo el sistema financiero de Estados Unidos? *** TAMARA SCHANDY: Quizás la crisis haya precipitado los cambios, pero el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Henry Paulson, remarcó que este es un cambio que se viene gestando desde hace tiempo. Paulson dijo que el plan ya se estaba diseñando antes del estallido de la crisis en el mercado financiero, porque a nivel oficial estaba clara la idea de que había que simplificar y modernizar la estructura regulatoria. No olvidemos que la esencia de la estructura que Estados Unidos tiene hoy en día se diseñó hace casi ochenta años, a la salida de la crisis del 29. EC - Antes de entrar en los cambios que propuso Paulson, quizás sea bueno repasar cómo es la estructura actual de la regulación del sistema financiero en Estados Unidos. TS - No vamos a entrar en detalles, pero hoy en Estados Unidos hay siete oficinas encargadas de la regulación del sistema financiero. Hay una que regula a los bancos comerciales; otra que regula a los "thrifts", que son otro tipo de instituciones que también captan depósitos pero no son exactamente bancos; otra que regula a las llamadas "uniones de crédito" ("credit unions" en inglés). En total hay cinco oficinas de este tipo, que manejan la regulación de las distintas entidades que están habilitadas para captar depósitos. A esto se agrega, además, una oficina encargada de la regulación de los mercados de valores, que se llama SEC, y una oficina que regula los mercados de futuros de commodities. En definitiva la regulación está en manos de varias oficinas y según Paulson, en varios casos hay superposición de tareas, hay iniciativas que se podrían llevar a cabo de manera más eficiente. A esto hay que sumarle el hecho de que el esquema actual aparentemente no sirvió para prevenir la crisis que está atravesando Estados Unidos. Entonces, a lo anterior hay que agregar la necesidad de cubrir algunos "vacíos", que quedaron en evidencia con los acontecimientos de los últimos meses. EC - Queda claro qué es lo que motivó esta reforma. ¿Cuáles son entonces los cambios concretos que anunció el secretario del Tesoro? TS - Lo que anunció fue más bien una especie de "hoja de ruta", una guía con los principales lineamientos del plan. Las iniciativas se agruparon en tres grandes grupos: iniciativas de corto plazo, de mediano plazo y de largo plazo. EC - Si te parece, empecemos por las reformas con efectos más inmediatos. ¿Cuáles son las iniciativas de corto plazo que recién mencionabas? TS - Las más relevantes son dos. La primera es la creación de una comisión que podríamos llamar de "vigilancia" del mercado de créditos hipotecarios, que se encargaría de evaluar los requisitos que deben cumplir las instituciones que son habilitadas para operar en este mercado. Como los oyentes recordarán, fue justamente en este segmento del sistema financiero donde se gestaron los principales problemas que llevaron a la crisis que hoy vive Estados Unidos, de allí la necesidad de mejorar la regulación en este mercado. La segunda iniciativa tiene que ver con los mecanismos para proveer liquidez a instituciones no bancarias. Y esto también es consecuencia inmediata de lo que sucedió en los últimos meses. Si la Reserva Federal comienza a dar liquidez a bancos de inversión (como lo hizo con Bear Stearns en marzo), entonces debe crearse un marco formal que ampare esto. Además, la Fed debe tener la potestad de supervisar a este tipo de instituciones, algo bastante lógico, ya que no tendría sentido que los brokers puedan pedir dinero prestado, pero que las autoridades no puedan pedir información acerca de sus operaciones o que no puedan poner ninguna condición. EC - ¿Y cuáles son las medidas no tan inmediatas, las iniciativas de mediano y largo plazo que señalabas antes? TS - Son cambios que hacen fundamentalmente a la estructura del sistema. Todavía falta que medie la aprobación del Congreso y aunque quizás esto lleve varios años en concretarse, me parece que vale la pena centrarnos en el objetivo final, en la reforma de largo plazo que se está planteando. El principal cambio es que la regulación ya no se va a dividir por tipo de instituciones a la que se está controlando, como hasta ahora, sino por objetivos. En ese esquema la propuesta concreta es que haya sólo tres grandes reguladores, cada uno con un objetivo específico. EC - ¿Cuáles serían esas oficinas entonces? TS - En primer lugar, habría un regulador prudencial que nuclearía los roles que hoy cumplen las oficinas reguladoras de las entidades que captan depósitos. En segundo lugar habría un regulador de los negocios que llevan a cabo las firmas financieras, sería una especie de regulador del "código de conducta" de estas instituciones. En esta función estarían contempladas, por ejemplo, las funciones de protección a los consumidores y a los inversores. Y en tercer lugar estaría la Fed, a la cual según se anunció, se le daría el rol de "regulador de la estabilidad de los mercados". EC - ¿Qué significa ser "regulador de la estabilidad de los mercados" y cómo interactúa eso con los roles que la Fed ya tiene, como banco central de Estados Unidos? TS - Esta es quizás la parte que ha llamado más la atención de los anuncios, la parte más controvertida. La idea es que la Fed conserve sus roles de banco central, que siga encargándose de la conducción de la política monetaria y de manejar las tasas de interés para intentar conservar la estabilidad macroeconómica. Pero a esto se sumaría además la responsabilidad de velar por la estabilidad de los mercados. No está claro aún todo lo que puede quedar comprendido dentro de esta atribución, pero ciertamente involucra la capacidad para recopilar información y pedir cuentas de las entidades financieras, incluida la banca de inversión y las aseguradoras, algo que hasta ahora no podía hacer. EC - ¿Cómo fue recibida esta propuesta de darle estos "superpoderes" a la Reserva Federal? TS - Como siempre, hubo quienes estuvieron a favor y también hubo voces en contra. En realidad, en los últimos meses, la Fed ya asumió varios roles que originalmente no estaban en su mandato. Como dije antes empezó a dar liquidez a brokers y además actuó como "liquidador" de Bear Stearns, algo que estrictamente no le correspondía. Pero más allá de las atribuciones de la Fed, el temor que surge a partir de toda la reforma en general es que no sea sólo una simplificación del sistema, sino que conlleve además un endurecimiento de la regulación, que lleve a una regulación excesiva del sistema financiero. EC - ¿Cuáles son los riesgos en ese caso? TS - Una mayor regulación puede ayudar a prevenir crisis, pero también puede dificultar el desarrollo. En defensa del libre funcionamiento y de la autorregulación de los mercados, se puede argumentar que la permanente evolución y sofisticación del sistema financiero es parte del crecimiento, pero el desarrollo de los mercados financieros hacia estructuras más complejas tiene riesgos, básicamente porque cada vez son más difíciles de controlar. Sin embargo, es la forma en que se manifiesta la búsqueda de mejores formas de diversificar el riesgo. En otras palabras, así es que se encuentran mejores formas de juntar a los que tienen fondos para invertir y los que tienen proyectos para aplicar el capital. Eso, en definitiva, se traduce en mejores alternativas para lograr un crecimiento sostenido. Por algo, en los países emergentes como el nuestro, se dice que es fundamental lograr un desarrollo del mercado de capitales, que permita canalizar el ahorro de algunos y un acceso fluido al financiamiento de otros. En definitiva, de todas las crisis se aprenden lecciones y todas las crisis son fuente de inspiración para cambios regulatorios, lo vimos en Uruguay. Las ideas planteadas en esta "hoja de ruta" que presentó Paulson son otro ejemplo de eso. Ahora habrá que ver en qué plazos se concretan y mirar si los cambios se traducen o no en una mayor rigidez para la principal plaza financiera del mundo.