La Asociación de Bancos Privados del Uruguay rechaza las medidas dispuestas por el gobierno para contener la inflación y detener la caída del tipo de cambio. Julio De Brun, su presidente, sosti

De Brun: medidas de política monetaria del gobierno son inútiles y dañinas

De Brun: medidas de política monetaria del gobierno son inútiles y dañinas

La Asociación de Bancos Privados del Uruguay rechaza las medidas dispuestas por el gobierno para contener la inflación y detener la caída del tipo de cambio. Julio De Brun, su presidente, sostiene que estas medidas son "inútiles" desde el punto de vista de los objetivos del gobierno y "dañinas", para la rentabilidad de los bancos. Y explicó que "si no cambian las otras cosas", estas medidas sólo van a "reducir el costo de la política monetaria". El dirigente señaló que lo que el gobierno busca se alcanzaría eliminando la compra de dólares del BCU y manteniendo el stock de letras de regulación monetaria.

(Emitido a las 9.16)

EMILIANO COTELO:

En el nuevo paquete que anunció el gobierno para frenar la inflación y contener la caída del dólar hay una medida que muchos consideran la más importante: el aumento de los encajes bancarios.

Para los depósitos en pesos a menos de 30 días de plazo el encaje pasa del 17 al 25% y para los depósitos en moneda extranjera, para plazos de hasta 180 días, los encajes pasan del 25 al 35%. Además, se dispone que de ahora en adelante los encajes ya no serán remunerados.

Sobre esta resolución se han escuchado distintas opiniones técnicas. Pero además está la reacción de los bancos: "Nunca vi algo tan inútil y dañino", dijo el presidente de la Asociación de Bancos Privados del Uruguay (ABPRU), Julio de Brun.

¿De dónde surge ese juicio tan crítico? ¿Qué medidas alternativas pudieron haberse tomado? Vamos a conversarlo con el economista De Brun, quien fue presidente del Banco Central (BCU) y ahora encabeza la ABPRU.

¿A qué instituciones agrupa la Asociación hoy?

***

JULIO DE BRUN:

A los 11 bancos privados que actúan en Uruguay.

EC - ¿El Banco Comercial está incluido?

J de B - Sí.

EC - Al principio había una situación especial con esa institución.

J de B - Porque era propiedad del Estado, pero una vez que se vendió el paquete accionario a un grupo privado, estatutariamente quedó en condiciones de formar parte de la ABPRU.

EC - Si entendí bien, ustedes rechazan el aumento de los encajes por dos razones: porque discuten su efectividad y por el hecho de que los encajes pasen a ser no remunerados. ¿Esa es la discrepancia?

J de B - Parte de la discusión es la de toda gremial: si hay un costo no me lo cargue todo a mí, pero uno podría decir que es potestad del gobierno hacerle caer el costo a quien quiera y que los efectos de la decisión se vean a largo plazo. Se hace eso a cambio de obtener un beneficio para el resto de la población en ese sentido.

Incluso he leído algún análisis político que decía que como a los banco no los quiere nadie, cargarles el costo de esto le sirve al gobierno porque le permite adoptar medidas para solucionar problemas que lo complican en otro frente, como el dólar y la inflación. Lo más triste es que si bien la medida es efectiva en términos de bajar la rentabilidad de los bancos o hacerla más negativa de lo que es hoy, va a tener muy poco efecto por sí sola en lo que tiene que ver con los objetivos declarados.

EC - ¿Por qué no va a tener efecto?

J de B - Porque en una situación en que los bancos tienen una liquidez que es mayor que el encaje (porque la demanda de crédito no ha sido hasta el momento lo suficientemente fuerte como para absorber toda la liquidez que tienen los bancos), el efecto del aumento del encaje implica sustituir o modificar la forma en que los bancos componen sus activos líquidos.

Por ejemplo, el aumento del encaje en moneda extranjera va a hacer que un banco que tiene parte de su liquidez depositada en Nueva York, con una renta de dos y algo por ciento anual, la traiga al BCU a cobrar cero, pero no va a dejar de prestar por eso. Lo mismo en moneda nacional, ya no podrá utilizar la parte que estaba utilizando para colocar en instrumentos ofrecidos por el BCU, y la tendrá que tener depositada en el BCU con 0% de interés, pero no va a dejar de atender su demanda de crédito por ello.

EC - ¿Por qué dice que eso no va a tener los efectos que el gobierno busca?

J de B - Porque el diagnóstico de libro de texto es que si el encaje es 25% y un banco tiene 100 pesos de depósito, mantiene 25 en caja y presta 75. Pero cuando le aumentan el encaje de 25 a 35%, el banco tiene que prestar menos para aumentar su liquidez. En la situación de Uruguay hoy, donde cada 100 de depósito hay 50 en caja y 50 prestados, pasar el encaje de 25 a 35 cambia la composición de la liquidez y eventualmente la rentabilidad que los bancos obtienen por ella. Pero la oferta de crédito, la capacidad de los bancos de prestar, prácticamente no se ve alterada.

EC - ¿No puede ocurrir que para enfrentar los mayores costos que este sistema de encaje les significa a los bancos, ustedes suban la tasa de interés de esos créditos? Porque si sube la tasa de interés de los créditos capaz que eso sirve a los efectos del gobierno en cuanto a bajar la presión sobre los precios.

J de B - Pero si usted tiene pesos excedentes y se le frena la demanda de crédito, igual es mejor prestar que tener el dinero sin utilizar. Por lo tanto, la propia competencia entre los bancos por prestar va a hacer de vuelta bajar la tasa de interés. Salvo que hubiera un monopolio, un cártel del lado de los bancos, que se pusieran todos de acuerdo en subir la tasa de interés y eso se mantuviera a toda costa... aunque sería bastante extraño que un banco central promoviera la cartelización del sistema bancario. Aun así no sería fácil mantener una tasa de interés alta y lograr el efecto que el BCU busca con esta medida.

EC - Hasta ahora, por los encajes que tenían que mantener en el BCU de manera obligatoria recibían una remuneración.

J de B - Exacto.

EC - En moneda nacional 4% y en dólares...

J de B - El 40% de la tasa de interés de la Reserva Federal.

EC - ¿Cuánto es eso hoy aproximadamente?

J de B - Anda en el 1%.

EC - En la medida que ustedes dejan de percibir lo que cobraban por los encajes que ya tenían constituidos y no van a cobrar nada por los nuevos que se agreguen desde junio, tienen mayores costos. ¿Qué van a hacer con esos mayores costos?

J de B - Va a haber un intento de traslado a tasa de interés. Pero para bailar el tango se precisan dos, si usted quiere subir la tasa de interés tiene que tener del otro lado alguien dispuesto a tomar el crédito con tasas de interés más altas. Si la demanda de crédito no sigue creciendo va a ser difícil mantener esa tasa de interés alta. Entonces, una de dos: o la demanda de crédito sigue creciendo pese a la suba de tasa de interés –con lo cual el objetivo del gobierno no se logra–, o la demanda de crédito deja de subir porque los bancos suben la tasa de interés. Pero como los bancos se quedan con pesos excedentes, al final la competencia entre los bancos hace bajar la tasa de interés hasta que la demanda de crédito empiece a subir otra vez, con lo cual con esto solo, tampoco se logra el objetivo que busca el gobierno.

EC - Está bien, pero yo lo miraba desde el lado de las cuentas de los bancos. ¿Qué va a ocurrir? ¿Las instituciones financieras van a absorber los mayores costos?

J de B - Como yo le decía al principio: no hay duda de que esto impacta negativamente sobre la rentabilidad de los bancos, y solo se podrá recuperar en la medida que las condiciones de crecimiento del crédito sigan siendo iguales o mejores que hasta ahora. En el corto plazo, el único efecto va a ser que los bancos pierdan más dinero.

La situación actual del sistema financiero, de exceso de liquidez, es como que a usted le bajaran el precio de las manzanas cuando llega a la feria con la mercadería: no tiene más remedio que vender al precio del mercado, por más que con ese precio no recupere los costos. Esa es la situación en el corto plazo para los bancos con esta medida.

EC - Por eso es que usted la califica como "inútil" y "dañina".

J de B - Inútil desde el punto de vista de los objetivos que el gobierno declara y dañina para la rentabilidad de los bancos.

EC - ¿Qué puede implicar que caiga la rentabilidad de los bancos, que según usted ya venía muy ajustada?

J de B - Viene negativa este año. Hay que tener en cuenta que si bien el año pasado los bancos tuvieron utilidades positivas, eso se explicaba básicamente por el hecho de que captaban en la plaza local a tasas de interés muy bajas y la liquidez excedente ante la insuficiente demanda de crédito se colocaba en el mercado internacional a buenas tasas. Cuando las tasas de interés empezaron a bajar rápidamente, sobre todo por la Reserva Federal de Estados Unidos, la ecuación cambió completamente, y eso ya se refleja en los números del primer trimestre de este año, que dan negativo.

EC - ¿Qué puede implicar esto?

J de B - Atenta contra la competitividad de la plaza financiera uruguaya, cada vez se vuelve menos atractiva la decisión ya no de montar, sino de expandir el negocio que tiene hoy Uruguay en materia bancaria.

EC - Se lo pregunto para acercarnos a saber qué tipo de reacción cabe esperar de los bancos o de la ABPRU después de la medida que se conoció oficialmente el viernes.

J de B - Por modalidad, los bancos no van a hacer un piquete y cerrar la Ciudad Vieja, la protesta de las instituciones bancarias siempre es silenciosa y a largo plazo. Si no, mire la evolución del número de bancos y empleados bancarios en Uruguay en los últimos 40 años: es cada vez menos atractivo desarrollar el negocio financiero en Uruguay.

En cuanto a lo que ocurrirá en el futuro, por alguna razón, seguramente ajena a estas medidas concretas, algún banco dejará de operar en Uruguay y va a ser cada vez más difícil encontrar a alguien que quiera sustituirlo. Seguimos en una tendencia de largo plazo de compresión del sistema financiero uruguayo.

EC - Eso suena a amenaza.

J de B - No es amenaza, mire los últimos 40 años. Es una realidad, no una amenaza.

EC - La medida en sí que tomó el BCU, ¿ustedes la cuestionan por su legalidad?

J de B - No he evaluado su legalidad.

EC - Se lo pregunto a partir de algunos trascendidos de la discusión que se dio el viernes en el BCU, cuando las autoridades del banco comunicaron esta medida a representantes de las instituciones financieras. Hubo quejas de algunos ejecutivos bancarios que señalaron que se estaba ante un cambio muy abrupto de las reglas de juego.

J de B - Hubo un comentario en ese sentido, pero que haya un cambio abrupto en las reglas de juego es un desestímulo a la inversión, no necesariamente es ilegal. En cuanto a la legalidad, si usted pregunta a especialistas jurídicos seguramente va a tener dos tipos de opiniones, algunos le van a decir que el BCU está autorizado por ley a establecer encajes, y por lo tanto esta medida es legal. Y otros le van a decir que si bien la ley autoriza al BCU a establecer encajes, no lo hace con el motivo de recaudar, de establecer un impuesto implícito al sistema financiero, sino por motivos prudenciales, por mantener una liquidez mínima con respecto a los depósitos para eventuales salidas de esos depósitos.

Por lo tanto, si bien el BCU está capacitado para poner encajes y la medida podría ser justificable desde el punto de vista prudencial –aunque hoy no hay razón para hacerlo porque no estamos afrontando ninguna corrida, pero supongamos que fuera técnicamente plausible mantener un mayor requisito de liquidez–, combinarla con la reducción de la remuneración a cero no solo sobre lo que había hoy sino además sobre el incremento, tiene toda la pinta de tener un propósito claramente fiscal. Eso extralimitaría la función del encaje como instrumento prudencial y sería una medida recurrible. Aun así, no quiere decir que los bancos hayan tomado una decisión en ese sentido.

EC - ¿Cuándo van a analizar el nuevo escenario para resolver qué van a hacer?

J de B - Lo vamos a discutir esta semana.

EC - Usted sostiene que el aumento de los encajes, más allá de que a los bancos no les cae bien, resulta inútil desde el punto de vista de los objetivos que el gobierno persigue.

J de B - Por sí sola sí.

EC - Estábamos ante un problema de crecimiento de la inflación, ante lo cual había que tomar medidas y continuar endureciendo la política monetaria con aumentos de la tasa de interés en pesos, lo cual podía tener consecuencias no deseadas como las que de hecho ya ha tenido, de tirar abajo el tipo de cambio. Por esa razón se recurrió a esta herramienta del aumento de los encajes, que no tiene ese tipo de derivaciones. ¿Qué otras medidas alternativas había?

J de B - No sé si la medida de política monetaria apropiada era subir la tasa de referencia que utiliza el BCU –la tasa correspondiente a los depósitos overnight– como instrumento de política monetaria, entre otras cosas porque en esta coyuntura internacional usar la tasa de interés como política monetaria es muy mala idea, y no solo en Uruguay, yo no se la recomendaría ni al Banco Central europeo. En el mundo hay alguna discusión sobre la efectividad de las tasas de interés como instrumento de política monetaria, sobre todo en una coyuntura como esta.

EC - Usted discrepa incluso con los anteriores aumentos de esa tasa de interés.

J de B - Es como bicicletear sin cadena, usted transpirará mucho dando vuelta el pedal, pero la bicicleta no avanzará. En Uruguay, por esta particularidad del exceso de liquidez que tenían los bancos, si dejara libre la tasa de interés de un día, seguramente caería a cero aun cuando uno estuviera tratando de hacer una política monetaria restrictiva. Lo que ha ocurrido de hecho en los últimos tiempos es que si bien el BCU ha subido la tasa de interés de referencia, la tasa de expansión de los agregados monetarios, del crédito y de todo lo demás, ha seguido a tasas sumamente altas, superiores al 20% y en algunos meses cerca del 30% anual.

El diagnóstico del BCU es correcto, por fin hay un reconocimiento de que hay un tema monetario detrás de lo que ha sido una sostenida alza de la inflación en los últimos meses. Pero no por las verduras, el petróleo o lo que sea, sino un largo y sostenido proceso de incremento, que ya lleva por lo menos dos años, detrás del cual ha habido un fuerte crecimiento de la oferta, más allá de lo sostenible por las condiciones de demanda en el mercado de dinero. El BCU trata de atacar eso con el aumento de encajes, olvidando el hecho de que esta situación de exceso de liquidez le hace perder efectividad a esa medida en este contexto.

Hay una canilla abierta en algún lado, que es la creación de base monetaria que está determinada por las compras de dólares que han hecho el gobierno y el BCU durante todo este tiempo, que no han sido completamente esterilizadas por el BCU y están en la base de la expansión de dinero y la cantidad de dinero en estos tiempos. Ese es el grifo que está abierto. Con esta medida, en todo caso, tendrán un balde un poco más grande, pero dentro de seis meses estaremos otra vez con el mismo problema si no cortamos el problema de fondo, que es la fuerte tasa de expansión de la cantidad de dinero.

EC - ¿Cuál es su recomendación?

J de B - Si estas medidas se acompañaran de eliminar la compra de dólares del BCU y mantener por lo menos el stock de letras de regulación monetaria, dentro de unos meses podríamos ver una desaceleración de la tasa de crecimiento de la cantidad de dinero. Eso empezaría a presionar sobre la liquidez disponible de los bancos y dentro de unos meses podría notarse una reducción en el ritmo de crecimiento del crédito. Pero esto solo, por sí solo, si no cambian las otras cosas, únicamente va a reducir el costo de la política monetaria, no va a afectar los objetivos finales que busca el gobierno.